Durante el fin de semana, se anunció que la estrella del ballet estadounidense Michaela Mabinty DePrince había muerto a los 29 años. Poco después, se supo que su madre adoptiva también había fallecido, sumiendo a la familia en una doble tragedia.
Michaela vivió la crudeza de la guerra en Sierra Leona, estuvo en un orfanato hasta que fue adoptada. Murió la semana pasada, pero no se dio a conocer la causa de su muerte. Veinticuatro horas después, falleció su mamá adoptiva, Elaine DePrince, después de un "procedimiento de rutina en preparación para una cirugía".
La familia afirmó que las dos muertes "no tienen ninguna relación" y Elaine no sabía de la muerte de Michaela antes de fallecer ella misma. "Aunque parezca increíble, las dos muertes no tenían ninguna relación. La única manera de darle sentido a lo absurdo es que Elaine, que ya había perdido tres hijos hacía muchos años, se libró, por la gracia de Dios, del dolor de sufrir la pérdida de un cuarto hijo", dijo el vocero de la familia.
Es un momento "inimaginablemente doloroso" para la familia, que está de luto por la pérdida de dos miembros de la familia a la vez. "El duelo por dos miembros de una familia que murieron en un período de 24 horas es trágico y devastador".
"Tras muchos años de lucha contra una enfermedad hereditaria y una insuficiencia cardíaca, nos entristece comunicarles esta noticia. Elaine DePrince falleció el 11 de septiembre a la edad de 77 años", se lee en el comunicado de la familia.
En lugar de flores, la familia ha pedido donaciones a la organización benéfica War Child, una organización con la que, según la familia, Michaela "estuvo estrechamente involucrada durante muchos años" como embajadora.
La chica de la guerra que cumplió su sueño
"Mis padres decían que yo había nacido con un grito agudo y una personalidad tan espinosa como la de un erizo africano. Y lo que es peor, era una niña y además con manchas, porque nací con una enfermedad de la piel llamada vitíligo, que me hacía parecer una cría de leopardo. Sin embargo, celebraron mi llegada con alegría", ha contando ella misma.
En 1998 yo tenía tres años y mi país llevaba siete años azotado por una guerra civil. Cuando la guerra llegó a nuestro pueblo, papá no estaba en casa. Estaba en las minas de diamantes donde trabajaba cuando los rebeldes quemaron el arroz y las palmeras que crecían en las laderas cercanas, dejándonos sin nada para comer o vender y sin semillas para la siembra del año siguiente.
Luego nos enteramos de que los rebeldes habían ido a la mina y habían fusilado a todos los trabajadores, incluido mi padre. Mamá y yo nos vimos obligadas a mudarnos a casa del tío Abdullah. Se quedó con el dinero que mis padres habían ahorrado para mi educación. A menudo pasábamos hambre y durante meses mamá me dio la mayor parte de su comida. Ella se debilitó tanto que enfermó de fiebre de Lassa y murió.
La llevaron a un orfanato porque como tenía vitiligo y además sabía leer (su papá le había enseñado pero era algo poco usual para una niña), consideradron que estaba maldita.
Cuando Michaela estaba en el orfanato Safe Haven, una fotografía de una bailarina apareció en una revista y ella la recogió del polvo. "Y supe que quería ser esa persona", dice. "Era todo lo que tenía que ver con esa imagen: su sonrisa y su gracia, el hermoso traje y era fascinante ver a alguien de puntillas. No sabía que era bailarina, no sabía lo que era bailar, pero me dio esperanza. Nadie quería adoptarme y pensé: "Esta mujer es feliz, así que tal vez yo pueda serlo".
Era Magali Messac, que bailaba para el Ballet Nacional Holandés. Y Michaela logró ese sueño cuando se unió a esa misma compañía en agosto de 2013.
Elaine y Charles DePrince la adoptaron junto con su amiga del orfanato, Mia. Eran como hermanas. Elaine se ocupó de incentivar a Michaela con su amor por el ballet. Ser adoptada y mudarse a Estados Unidos le salvó la vida.
La dura vida de Elaine
Cuando el marido de Elaine, Charles, le propuso matrimonio, ella respondió que sólo se casaría con él si podían adoptar niños. Su hermano había muerto de leucemia cuando tenía ocho años. "Vi a todos esos otros niños en el hospital que no tenían padres y decidí ser madre para otros como ellos".
Tuvieron dos hijos biológicos y luego adoptaron a tres hermanos: Michael, Cubby y Teddy. Los tres eran hemofílicos y, sin saberlo, les inyectaron sangre infectada con VIH. Cubby murió primero de sida a la edad de 11 años, luego Michael a los 15 y Teddy murió en 2004, a los 24 años.
Ella estudió Derecho e hizo juicio por el daño causado a sus tres hijos adoptados. Ganó el juicio y con el dinero se fueron a Africa que era el lugar que Michael tanto amaba (él soñaba con adoptar un niño huérfano por la guerra). Entonces, Elaine y Charles decidieron adoptar a Mia.
Al enterarse que Michaela había sido rechazada por 12 familias, decidieron adoptarla también. Tenían cuatro años. Elaine y Charles adoptaron cuatro niños más después de Mia y Michaela, y ahora también tienen nietos.
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