Flor Sosa es una mujer multifacética: emprendedora, influencer y multitasking. Su vida está marcada por su capacidad de transformar el dolor en poder, creatividad y un impacto positivo en su entorno. A través de su trayectoria, demostró ser una inspiración, ya que no solo enfrentó desafíos, sino que los convirtió en oportunidades.
En exclusiva con Para Ti, Flor nos contó cómo construyó su propio camino en el mundo de los negocios y de las redes, desafiando todos los obstáculos que tuvo que sobrellevar.
Tenés 31 años pero ya hacés de todo: sos empresaria, influencer, CEO… ¿Cuál sentís que hasta el momento fue tu mayor logro?
-Creo que mi mayor logro -hasta ahora- es haber convertido mi dolor en poder. Suena a cliché, no soy experta en resiliencia, ni en motivación, lejos de eso…pero siento que a mí el dolor me transformó. Quizás mucha gente se enfrente a una pérdida, alguien que ama, un engaño, un sufrimiento propio o de alguien querido, una enfermedad, a mí me tocó de cerca (la pérdida de mi papá) y con todo eso sentí que lo canalicé como un superpoder.
Me tocó recalcular y volver a empezar. Y lo más importante: me enseñó a preguntarme la razón de por qué hago lo que hago, “¿estoy donde quiero estar?". Esa situación de donde pensé que no había retorno, superarla fue un gran logro y una verdadera transformación personal. Igualmente, estoy trabajando cada día en proyectos chiquitos y otros gigantes para un futuro gran logro. Creo que como todos los curiosos e inquietos, siento que mi gran logro aún no llegó.
¿Alguna vez te dio miedo no tener más techo y decir "ya cumplí todos mis objetivos"?
-Si sintiera que cumplí todas mis metas me sentiría muy triste, porque no soy de esas personas que se sienten “hechas” y van liviano. Yo siempre estoy en una búsqueda como motor constante, las nuevas metas y objetivos son el motivo que me mantienen viva, inquieta y siempre pensando… ¡Sí, tengo apuro, claro! Y no hablo del reloj biológico, sino de objetivos que me puse y aún están en proyecto y no son check y eso me da cierta impaciencia…
Hay días también, que confieso que me cuesta encontrar la motivación, el para qué y por qué de
algo, entender el contexto macro y micro de Argentina, lo que está pasando en el mundo, no
es fácil. Soy de la generación que le cuesta un poco esperar. Para mí, los emprendimientos donde me enfoco, la gente que contacto, todo tiene que ser a lo grande, sueños, trabajos, proyectos, equipos. No escalo para abajo, sueño grande y voy por todo, y a veces las condiciones no se dan o la gente no está en la misma sintonía. A mí el dolor me transformó, y así empecé a transformar mi comunidad, mi entorno. Siempre invito a los que están a mi alrededor a preguntarse: ¿Cómo van a revolucionar su realidad? ¿Qué transforma tu cambio?
¿Cuáles son los desafíos más importantes que debiste enfrentar en el mundo empresarial?
-Yo vivía y estudiaba en el exterior, mis posibilidades se habían ampliado. Ser de Catamarca y formarme afuera me dio condiciones que eran diferenciales, tenía el camino hecho para que mi carrera fuera de proyección internacional. Pero con la noticia de la muerte de mi padre tuve que volver, luego el “tuve” se convirtió en “elegí volver” y ahí el gran desafío fue convertirme en empresaria llenando los zapatos de gente que me miraba como "hija de…" con juicio y más siendo mujer, con 25 años y en el interior, en esta provincia que es súper machista.
Recuerdo los primeros días, las primeras reuniones, me veían joven. Nadie creía en mí. Tuve que jugar muchísimas más cartas siendo joven y mujer que si hubiera sido hombre, por supuesto. Pero el tiempo logró que pueda demostrar que era una Flor transformada y muy determinada. Con mi propia gestión empecé a hacer lío, ruido, cosas que no se esperaban, liderazgo con perspectiva de género, farmacia robotizada, inclusión, blockchain, todos temas que nadie se había animado a tocar. El desafío fue tener que definir ante los ojos de los demás, y también los propios: quién soy, qué quiero ser, qué clase de líder quiero ser, cuál va a ser mi gestión. Ser joven, mujer y del interior pensé que eran mis debilidades, y se convirtieron en mis fortalezas.
¿Cuáles crees que son los mayores desafíos para las mujeres emprendedoras en la actualidad?
-En el mundo las mujeres somos conscientes de las diferencias de género y creo que tenemos incorporado nuestro rol de gestionar desde cada ámbito que ocupamos, la búsqueda y mejora de la equidad. Pero en Argentina a veces hay problemas más urgentes lamentablemente con la actualidad y los balances que se nos exigen tenemos una doble lucha, primero que los números cierren y luego la equidad.
Como país hemos logrado muchas cosas como mujeres, pero todavía nos queda un gran
camino por delante. Por eso, creo que la responsabilidad de quienes ocupamos roles
gerenciales es tomar partido por establecer mayores oportunidades en la búsqueda de
equidad. En mi grupo de empresas el 80% de los mandos altos está ocupado por mujeres.
¿Cómo influyó en tu vida el factor "viajes" y tener la posibilidad de recorrer distintos lugares en tu desarrollo personal y profesional?
-Viajo desde muy pequeña. Desde niña con mis papás hacíamos viajes que no eran
comunes, por ejemplo recuerdo estar juntos en Egipto, es un viaje que llevo muy adentro y profundo.
Soy consciente de que mis posibilidades fueron diferentes y siempre muy agradecida. Desde pequeña me sentí inspirada para hacer la secundaria en el exterior, algo que no era muy común en una sociedad tan conservadora como la de Catamarca. Mi mundo allí se expandió, luego vino la Universidad y estudiar afuera lo que te da es ser una plantita en un bosque que no pertenece a ningún lugar, los internacionales todos éramos de algún lugar, nadie era el centro. Mi mundo y mi red de contactos se expandía.
Luego vinieron los viajes por trabajo, la posibilidad de ver qué pasa afuera y qué se puede hacer mejor en nuestro país, en la industria en la que opero. Encontrar partners y colegas de mi edad, donde apalancar y compartir ideas. Y luego los viajes por placer, me gustan los opuestos, las grandes ciudades pero también los exóticos. De mis últimos viajes quedé muy sorprendida por África y Arabia Saudita. Convivir con la comunidad Masai y entender sus tradiciones me voló la cabeza. También quedé sorprendida cómo en el medio del desierto y en tan poco tiempo pudieron dar con tanto desarrollo y lujo en lugares como Al- Ula, ¡que no tienen nada que envidiarle a nuestros paisajes!
Comparo y veo lo que tenemos en Argentina y todo el potencial que tenemos. A pocas horas de mi ciudad, el interior de Catamarca es un lugar que cuando viajo con gente que me acompaña quedan sorprendidos, todo es muy bello, muy inexplorado, nada mostrado y le falta mucho también por desarrollar. Y luego mis viajes como influencer también, desde 2014 viajo a Fashion Week. NY, París,
Milán, un año estuve en FW Dubai y este año por primera vez en el de Copenhagen que tiene un sistema de moda basado en lo sustentable, nada convencional ni parecido a las otras ciudades que son el mainstream de las marcas de lujo y los grandes show de diseñadores. Es algo que comenzó como un hobbie y se convirtió en un trabajo.
De a poco, con el correr de los años me fueron llamando de diferentes medios y revistas para cubrir como curiosa especializada. Por supuesto, soy una apasionada de la moda, y cada viaje es inspiración y una gran plataforma de contenidos que alimenta mi vínculo con marcas de lujos, y aliados estratégicos que se convirtieron en participantes esenciales de cada viaje. Yo nací con las redes, no soy ajena al potencial que tienen para comunicar sus emprendimientos y sus pasiones. Viajar me nutre, me motiva. Conocer nuevas culturas me enseña sobre el otro. Cada viaje es una experiencia de descubrimiento para mí.
El rol que ocupa la moda en su vida
Cómo influye tu pasión por el arte, el diseño y la moda en tus negocios y emprendimientos?
-La moda me atravesó siempre. Yo creo firmemente que la moda es un reflejo de lo que somos individualmente. Definitivamente a mí me moldea, y es una de las mayores herramientas que tengo para expresar cómo me siento. Me ocupo de que la moda hable por mi. Empezó como un juego y terminó siendo otro trabajo. El hecho de poder inspirar con mis looks o mis viajes creo que no molestoó a nadie y eso soy yo. Me encanta ser la empresaria que puede mostrar sus looks, y viceversa. Trato de ser lo más natural posible.
Este año por primera vez experimenté en un proyecto que mezcla moda, con comunidades
con tecnología. Andina es la primera startup que vinculó tejidos con tecnología blockchain: un proyecto que nació inspirado en la comunidad de tejedoras de Laguna Blanca, una localidad muy pequeña de mi provincia, en la Puna, donde más de 400 mujeres transmiten este arte milenario. Los ponchos de vicuña son muy valiosos y muy buscados por las principales marcas de lujo del mundo y esta startup trabaja por el compromiso social, revalorización de técnicas ancestrales, producción y trabajo local digno y sobre todo diversidad e integridad cultural.
Por eso fue un emprendimiento muy movilizador para mí, porque mezcla muchas pasiones. Siempre digo que yo no vivo 100% de la moda, pero le doy un lugar importante en mi vida y lo respeto. Es un canal, es un medio para expresarme. Una de las primeras preguntas que me hice en mi primer día como CEO fue: ¿Qué me voy a poner? (con eso te digo todo). Por eso tomo con mucha responsabilidad cada proyecto, cada trabajo en el mundo de la moda. Viene conmigo a todos lados. Me representa.
En el ámbito de la moda, sentís que desafiás lo ‘’socialmente impuesto’’?
-Sí, de hecho muchas veces la gente me conoce por mis "Get Ready With Me" y otras por el
mundo business. ¡Es muy divertido ver como hay audiencia para todo! Fue muy difícil entender que podía ser empresaria y también influencer. Que podía abrir las puertas de mi vida, 24/7 y que no pasaba nada ni estaba haciendo nada malo, que ambas se complementaban. Al contrario, empecé a motivar, a mostrar debilidades, como las tenemos todos.
Mis redes se convirtieron en un espacio para comunicar y liberar mi expresión artística. Durante la mayor parte del día, estoy trabajando en negocios de difícil solución y tomando decisiones no muy lindas, que generan mucho estrés. El rubro salud (el 60% de mi actividad) es muy desgastante y exigente. Las redes me dieron un espacio con una vibra diferente. Me divierte, me sana y me llevó a
lugares que no pensaba, como a un Fashion Week invitada por una marca de lujo, compartir un cocktail con Leo DiCaprio o una cena con Hilary Clinton.
Lo socialmente impuesto hoy es que te vaya mal y que te vaya bien no le cae bien a todos. Hoy se busca que los comunicadores seamos más auténticos, sencillos, naturales. Queremos ver historias reales. Queremos saber que pasa detrás de cada marca, emprendimiento, etc. Creo que definitivamente en todos los rubros que ocupo me divierte precisamente eso: desafiar. Ser diferente. Contar una historia de primera mano.
Mi historia no es un ejemplo, es simplemente la historia de una chinita catamarqueña. Mi misión es ponerle voz y crear oportunidades para todas esas mujeres, jóvenes y emprendedores que hoy están tocando puertas. Somos varios los que hoy estamos transformándonos. Nuestro país está en un cambio. Es el momento de preguntarnos qué podemos hacer diferente.
Fotos: Alejandro Carra.
Video y edición: Candela Petech.
Agradecimientos: @wdlightbydarko
Praxis galería: López armentina @praxisart
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Flores: @lavieenrose.bsas
Look cobre:@tefkastudio
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