El esperado estreno de la segunda temporada de ‘Soy Georgina’ logró uno de sus cometidos: que la lujosa vida de Georgina Rodríguez, pareja del futbolista Cristiano Ronaldo, esté en boca de todos. Muchos de sus seguidores estuvieron llenos de curiosidad sobre el contenido de esta temporada en la que se especuló sobre la trama de la historia debido al difícil año que la pareja pasó en 2022.
En su reciente visita al programa español ‘El hormiguero’ el pasado jueves, la modelo garantizó: “Mis fans van a poder ver todo lo que se imaginen. Se van a sentir muy identificados, les va a encantar. Van a conocer cosas de mi vida que no sabían". Esta fue una abierta invitación a acompañarla a lo que ella considera "un día normal” en la que tiene que dividir su tiempo entre su rol como madre, novia y modelo.
En uno de los capítulos estrenados el 24 de marzo, Georgina tuvo una mañana tranquila en la acudió de compras durante sus vacaciones con amigos en Cerdeña. Todo parece normal pero lo que sus fans no saben es que el simple hecho de ver bastantes prendas en un aparador genera en Georgina un poco de ansiedad al no saber exactamente qué comprar.
Su debilidad por la moda la hace sentirse indecisa y no tener un límite para gastar en las más lujosas prendas o como bien lo dice el periodista Iván García: "O no compra nada o lo compra todo, no tiene término medio".
La modelo presume su obsesión por las compras
Georgina no tiene la costumbre de probarse la ropa que compra, así que sólo elige el modelo y al probarlo en casa y notar que no es de su agrado, simplemente lo devuelve recuperando parte del capital invertido, que es excesivo. "Fui a comprar un modelito para la playa y, al final, me llevé media tienda...que me digan ahora cuánto es la broma", expresó.
Entre las prendas que Georgina llevó consigo se encontraban varios vestidos, camisas, pantalones, entre otros, así como algunos regalos para Cristiano. A la hora de pagar, el total de la compra ascendió a 27.515 euros, una cifra que al parecer sí pareció ser excesiva para ella.
Otra de las prendas que llamó su atención durante sus vacaciones fue un conjunto deportivo de cashmere en color gris que tenía un costo de 7.000 euros, que la modelo no se llevó. Y aunque ella bien pudo haber hecho el gasto sin ningún problema. "No se lo compró con todo el dolor de su corazón, porque estuvo todas las vacaciones acordándose del chándal", comentó Iván, entre risas. Al parecer, Georgina también cuida mucho de su dinero y a pesar de su vanidad sabe decir que no cuando es necesario.
