Horror oculto: la escalofriante historia de la mujer que era drogada y sometida sexualmente por su marido
 

Horror oculto: la escalofriante historia de la mujer que era drogada y sometida sexualmente por su marido

Gisèle Pélicot
Un juicio en Francia expone la pesadilla de Gisèle Pélicot, quien durante 10 años sufrió reiterados abusos sexuales organizados por su propio esposo quien, además, registraba cada episodio para coleccionarlos.
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Gisèle Pélicot es de nacionalidad francesa, hoy tiene 67 años. Y se hizo conocida por protagonizar uno de los casos policiales más escalofriantes.

Casada con Dominique Pélicot, de 70 años, la mujer que creía llevar adelante una vida sin sobresaltos, junto a su marido y sus tres hijos en común, descubrió que había sido víctima de violación. No una, sino más de 90, que se dieron a lo largo de una década y que eran organizados por su propio marido.

Este lunes 2 de septiembre comenzó el juicio, no sólo contra Pélicot, sino de 50 hombres más, todos acusados de participar en las violaciones sistemáticas de Gisèle.

La mujer llegó acompañada de sus hijos a la sala del Tribunal, ahora consciente de lo que le sucedió, se enfrenta no solo a su esposo, sino a todos aquellos que participaron en su horror.

Si bien las leyes francesas le permitían un juicio a puerta cerrada, la víctima insistió en que todas las audiencias fueran públicas, explicó Antoine Camus, uno de sus abogados a la cadena CBS News.

Según consta en la investigación, hay 92 violaciones registradas: porque Pélicot, además de organizar los actos en su propia casa, se encargaba de filmarlos.

Dominique había catalogado meticulosamente cada archivo con fechas, nombres o apodos, y títulos pornográficos, transformando su hogar en una prisión de la que Gisèle no tenía conocimiento. “Me da asco, me siento sucia, mancillada, traicionada. Es un tsunami, es como si me hubiera atropellado un tren de alta velocidad”, contó la mujer a la agencia AFP.

David Pélicot y Caroline Darian. Foto: Fotonoticias

El perverso modus operandi del agresor

Dominique Pélicot drogaba sistemáticamente a su esposa para ofrecer sus "servicios sexuales" de esposa "sonámbula y obediente".

Lo hacía a través de una página web especializada en "intercambios libertinos" bajo estrictas condiciones: los hombres no podían usar ningún tipo de perfume y también asegurarse de tener sus manos tibias "para no despertarla" del estado de sumisión al que la sometía luego de administrarle drogas, como Temesta y Zolpidem.

Además del aberrante hecho de ofrecer a su mujer como un objeto a otros hombres, disfrutaba del espectáculo de verla ser violada: lo registraba todo en fotos y videos, como una macabra colección de recuerdos.

Gisèle Pélicot
Gisèle Pélicot arribando al tribunal junto a sus hijos. Foto: Fotonoticias

Según la investigación, unos ochenta hombres violaron a Gisèle entre 2013 y 2020, en su propio lecho familiar, en Mazan (Vaucluse), un pueblo de 6.300 habitantes. Alrededor de treinta de ellos ha desaparecido. El resto serán juzgados junto a Dominique, en un juicio sin precedentes.

La edad de los acusados va entre los 26 y los 74 años, y hay obreros, camioneros, un periodista, un enfermero y hasta un guardia de seguridad carcelaria.

Este juicio, que se extenderá durante cuatro meses, no solo busca determinar la culpabilidad de estos hombres en los 92 actos de violación registrados durante el proceso de instrucción, sino que también expone la monstruosidad oculta detrás de la aparente normalidad de un matrimonio de larga data.

El monstruo sale a la luz: la pena que enfrenta

Puede decirse que su propia perversión terminó siendo su condena: en septiembre de 2020, un guardia de seguridad en un centro comercial de Carpentras, en el sur de Francia, sorprendió a Dominique Pelicot mientras intentaba filmar por debajo de las faldas de varias mujeres. 

Pero lo que la policía encontró en sus dispositivos electrónicos -revela la agencia de noticias francesa- desató una investigación que sacudiría a toda Francia.

Las imágenes mostraban a su esposa, Gisèle, en un estado de completa inconsciencia, a menudo en posición fetal, mientras desconocidos la agredían sexualmente.

Hoy por hoy, se sabe que las consecuencias legales para los acusados son severas: Pelicot se enfrenta a una pena de hasta 20 años de prisión por los delitos de violación agravada, drogadicción y abuso sexual. 

Los otros 50 hombres, que alegan en su mayoría haber pensado que la mujer se hacía la dormida o que tenía el consentimiento del marido, también enfrentan penas similares. Sin embargo, el juicio se centra en dilucidar el grado de responsabilidad de cada uno, especialmente cuando los videos, según las filtraciones, dejan pocas dudas sobre la falta de consentimiento de Gisèle.

Gisèle: una vida convertida en pesadilla

Mientras estos hechos ocurrieron, Gisèle permaneció completamente ajena: la mujer no guardaba ningún recuerdo de las agresiones.

Su caso expone la atrocidad de las violaciones que sufrió durante casi una década y revela las profundas heridas psicológicas que dejaron estos abusos.

Entre las consecuencias que la aquejan, hay diagnósticos de enfermedades de transmisión sexual y un estrés postraumático que la persigue con pensamientos suicidas.

Este juicio instaló un fuerte debate en Francia sobre la cultura del consentimiento y la violencia sexual, especialmente en relación con el uso de drogas para facilitar estos crímenes.

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