Luego del anuncio del regreso de la princesa Charlene a Mónaco, la esposa de Alberto II se encuentra recluida de las obligaciones y del ajetreo del palacio, con el fin de fortalecer su salud "antes de reanudar gradualmente sus deberes y compromisos oficiales”, decía el comunicado oficial.
Esto, sumado al respeto y a la consideración que pidieron desde Palacio para que la recuperación de la ex nadadora no se viera obstaculizada, hizo que se trasladar al lugar más íntimo y privado, incluso sin sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella.
Por ello, la consorte se encuentra instalada en el Palacio de Roc Agel, la casa de campo considerada la residencia de verano de los Grimaldi, situada en la ciudad de Peille (en la frontera con Francia), según ha publicado la revista alemana Gala.
La propiedad es una fortaleza con vistas al Principado y construida en 1957 por el príncipe Raniero III, con 56 hectáreas con cultivos ecológicos que abastecen las cocinas del Palacio, vacas y unas 200 gallinas, como cita el diario ABC.
En 2015 fue remodelado, según el citado medio, por pura necesidad, aunque tiempo más tarde Charlene quiso modernizarlo “por una cuestión de gusto”, lo que lo convirtió en el lugar favorito de la princesa.
No obstante, no son precisamente buenos los recuerdos que esta propiedad trae a la Familia Real de Mónaco, ya que fue ese el lugar del que venía la princesa Grace Kelly junto a Estefanía, cuando se produjo el fatal accidente en el que murió, el 13 de septiembre de 1982.
La esposa del Príncipe Alberto estará en la propiedad por tiempo indeterminado o hasta que la casa real monegasca quiera comunicar algo al respecto pues no es una novedad que comunican mal y de manera poco clara y contradictoria. Mientras tanto hay que esperar a que finalice la última étapa de su proceso de rehabilitación que ha sido complejo y le ha demandado un gran esfuerzo físico y mental.