¿Cómo habitamos nuestras casas?¿Por qué hacemos lo que hacemos con ellas y en ellas? María Tórtora se preguntaba… Y a sus propias respuestas las encontró en Casa Chaucha.
Fue una inquietud. Un proyecto. Fue un blog, una cuenta en Instagram, un emprendimiento editorial, con cientos de fotos de casas, habitadas por personas “de carne y hueso”, visitadas por millones de otras personas. Así nació y se construyó -cimientos, estructura y fondo- Casa Chaucha, que también se convirtió en un concepto, una idea, y en más y nuevas inquietudes.
Y al frente del detrás de la escena de “la otra decoración” de esas casas que nunca antes habían aparecido en las revistas está María Tórtora, del otro lado de la puerta, investigadora permanente del interiorismo real, observadora y activista, buscadora inconformista que, desde 2009 -cuando comenzó con Casa Chaucha- hasta ahora -cuando acaba de publicar la segunda edición/actualización del libro “Conquistá tu casa”- sigue revisado enfoques, enriqueciendo puntos de vista, y camuflándose en nuevas maneras de estudiar e investigar, explorar y transmitir la dinámica de la vida de las personas a través de sus casas.
La (otra) decoración según Casa Chaucha
“Tu casa es el escenario principal de tu vida. El único lugar del universo en donde las cosas son como vos decidís que sean. Y donde tu versión más auténtica tiene la posibilidad de emerger, porque la mirada de los otros y los mandatos del mundo exterior pueden quedar del otro lado de la puerta”, escribe, dice y repite como un matra María Tórtora.
Y cuenta que casi quince años después de sus primeros hallazgos, hoy está en la búsqueda de la simplificación y el refinamiento de su punto de vista, así como de la forma de comunicarlo y compartirlo. “Voy puliendo la forma de transmitir”.
“Con el tiempo fui sintiendo que quería proponer otra cosa”. Por ejemplo, un libro planteado como si fuera un videojuego, con desafíos y misiones que afrontar, niveles para superar, bonos y herramientas para usar y villanos en el camino. Y el objetivo final -el éxito- es siempre el mismo: “que pase algo”, resume María.
“No puede ser que en una casa en la que hay un colección de revistas desde hace 20 años y en la que viven personas que desarrollan la creatividad en un montón de situaciones de la vida no haya un solo gesto claro ni auténtico. Siempre me obsesionó la parte humana de la decoración y la cuestión emocional con la casa. Y desde el principio mi propuesta fue sugerir que, si vos tenés una actitud hacia la belleza y la estética, hay un montón de micropasos que te pueden ir acercando a la casa que deseás y que te guste”.
El juego de decoración de María Tórtora de Casa Chaucha
“El juego también tiene que ver con la recreación en casa, no solo por la meta de arreglar lo que está mal sino de encontrar en el juego de cambiar cosas de lugar, probar nuevas o darte escenografías exprés, una manera de desconectar de todo lo que viste y conectar con algo más íntimo”
Pero pasan cosas y hay casas desordenadas, quietas, inmovilizadas, sin tiempo, sin espacio, sin plata, con mascotas, con hijos, sin familia, alquiladas… Los peores obstáculos pueden ser los mejores desafíos, y para empezar por casa, primero hay que empezar por uno mismo. Con estímulo y perseverancia.
“No se trata de tener dinero o tiempo de sobra -asegura María Tórtora- Es solo una cuestión de actitud. Pero hay que activar y empezar por algo, por saber qué es lo que querés: ¿el color que viste en la foto o el objetivo es que vos te sientas súper cómodo en tu casa? Hay que empezar por un rinconcito”. El propio búnker, “tu lugar de resistencia, tu refugio”.
Poco a poco, en cada salto de plataforma en el mismo sentido, ella se dio cuenta de que lo que estaba haciendo era algo así como una “terapia del hogar”. “Yo no producía las casas que iba a visitar. Las mostraba tal como estaban, con todos los rastros de la vida normal de cualquier familia, y entonces empezó a pasar que la gente pudo ver a personas que tampoco tenían la casa de sus sueños, pero también vieron que podía haber belleza en ese departamento que te tocó alquilar”.
“No hace falta llamar a un arquitecto para cambiar, ni poner la melamina nueva. Haciendo pequeños ajustes que ni siquiera tienen que ver con la estructura de una casa, alcanza”.
Se trata de esquivar el bombardeo de estéticas y de actuar con Autenticidad (el camino propio), Curiosidad (enfrentar el miedo y los obstáculos), Libertad (derecho a hacer lo que quieras en/con tu casa) y Flexibilidad (“nada funciona de la misma manera durante toda la vida”). Más Inspiración, “la fuerza que nos motiva a crear”… con ideas propias.
Cómo conquistar tu casa: el desafío de María Tortora
María Tórtora se mudó de casa poco más de una docena de veces a lo largo de su vida. “En todas experimenté y aprendí”. Y asegura que a cada una se dedicó como si fuera a quedarse para siempre. De eso se trata su concepto clave: conquistar tu casa (para conquistar tu vida). “Es diseñar tu propio mundo, lindo y funcional para vos, desde donde te puedas construir y reconstruir cada vez que lo necesites. Es tomar las riendas y darle espacio a tus deseos, resignificar tus limitaciones y habitar a conciencia”.
Y hablando de resignificar, María confiesa que, tras la repercusión y boom de Casa Chaucha, pasó por una instancia de “crisis en el éxito”, porque de repente se encontró recibiendo docenas de invitaciones a casas de personas que querían ver cómo los veía ella. Otra vez -y ahora ella también- encarnaba la mirada de los otros y tenía un poder y una responsabilidad por tener una voz en altavoz. Como una (anti) héroe. “Ya estás cumpliendo un rol en la sociedad”.
“Me interesa qué transmite lo que yo estoy diciendo, por eso me obsesiono con ir puliendo el mensaje. No es la foto de la revista, no es Pinterest, ni los mandatos ni estilos prefabricados, ni el influencer que tiene millones de seguidores y que te muestra su vida, recortada y filtrada. Eso no es real”, reflexiona. “Antes de maquillar la casa, hay que atender lo que necesitás de ella”.
“Estamos tan enviciados de consumo random de tips decorativos, de organización o del tema de turno, que olvidamos hacer lo que hay que hacer: mirar nuestra situación y concentrarnos en descubrir qué es lo que realmente necesitamos”.
Y su próximo nivel fue organizar charlas y talleres con seguidores, a través de encuentros de liberación mutua de la que surgen nuevas conclusiones y hallazgos. “A veces la gente le cuesta invitar a su casa -a sus compañeros de trabajo, ni siquiera a sus amigos- por la vergüenza de sentir que su casa no está a la altura. Así, evitan ser juzgados y prefieren que sigan creyendo que viven en un lugar en el que no viven”.
“Con mi proceso de trabajo encontré un montón de casas que estaban buenísima por motivos diferentes para cada persona, porque la hicieron con sinceridad, en sintonía con cada uno y lo que estaban siendo. Y eso es lo que los hace sentir auténticos y bien en sus casas. Si vos estás seguro de lo que estás haciendo, por qué y de lo que querés contar, no hay malas elecciones”.
Texto: Juan Martín Cutro. Fotos: Mailén Ascuí.
