Taylor Swift está nuevamente en el centro de la escena, pero esta vez por una razón que podría marcar un antes y un después en su carrera. Tras años de disputa con Scooter Braun por los derechos de sus grabaciones originales, surgió una posibilidad en donde la artista podría recuperar sus primeros seis álbumes.
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Según asegura la columna de Page Six, diferentes fuentes cercanas a la cantante de 35 años revelaron que podría estar a un paso de recuperar los derechos de sus grabaciones originales, después de que todo su material musical haya sido adquirido por Braun durante el 2019.
6 años después, los derechos de los antiguos proyectos de Swift podrían volver a estar en sus manos. Según dio a conocer Shamrock Capital, (la firma que compró las grabaciones al ejecutivo musical, luego de haberlas adquirido) está dispuesta a venderlas nuevamente.

Diferentes fuentes afirman que uno de los principales impulsores de aquella decisión fue el mismo Braun, quien había sido uno de los principales provocadores de la disputa. Según se estima, la cantante de All to well estaría en negociación por la compra de los derechos de sus antiguos másters por medio de una suma que ronda los 600 millones y mil millones de dólares.
La concreción de esta compra podría beneficiar a la artista en múltiples maneras: no sólo a través del logro simbólico de haber conseguido algo por lo cual protestó tanto tiempo, sino que también aumentarían sus ingresos por regalías.
El origen del conflicto
Para comprender los conflictos por los derechos de las canciones y álbumes de Swift, es necesario comprender los orígenes de su carrera artística. En el 2005, la cantante había firmado un contrato de 13 años con Big Machine Records, a cambio de sacar 6 álbumes y que la discográfica tenga los derechos y los másters de todas las canciones.
Años después, luego del lanzamiento de 6 exitosos álbumes, su contrato finalizaría. Para ese entonces, Swift sabía que el sello discográfico sería vendido con sus canciones a otra persona, por lo que le propuso a Scott Borchetta, director de Big Machine Records llevarse sus másters e irse a una nueva discográfica.

Sin embargo, Borchetta rechazó la propuesta, ya que las grabaciones de la artista brindaban una ganancia del 80% de su discográfica y venderlas implicaría bajar el valor de su propio sello.
Más adelante, Swift debió dejar sus antiguos másters atrás y se fue a una nueva disquera bajo el acuerdo de tener los derechos de sus propias canciones. Sin embargo, tiempo después se enteró que Big Machine Records había sido vendida junto a los derechos de sus canciones al ejecutivo y manager musical Braun, con quien la cantante nunca tuvo buena relación.
Además de formar parte de un círculo con quien la cantante no simpatiza, como es el caso de Justin Bieber y Kanye West, la artista afirmó que el ejecutivo fue una persona que le había hecho bullying tiempo atrás. En ese momento, acusó a Braun de ser "la definición del privilegio masculino tóxico en la industria" y afirmó que su legado fue vendido sin que le ofrezcan a ella misma adquirirlo.
La inesperada estrategia de Swift
Ante las injusticias, Swift lanzó una estrategia que ofrecía un nuevo camino en su carrera: regrabar sus álbumes para competir con las regalías de sus antiguos másters, mediante un elemento distintivo: al lado del nombre de sus canciones y discos, colocó (Taylor's version) de manera que se puedan distinguir de las primeras grabaciones.
Así es cómo ya regrabó Fearless, Red, Speak Now y 1989 junto al agregado que especifica su propia versión, de la cual ella recibe ganancias de manera directa.
La artista no sólo renovó y potenció su antigua estética, sino que aporta un tono maduro y sensato, fomentado por los años de crecimiento artístico.
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