Crianza con sobreprotección y control o el riesgo de que los hijos sean dependientes e inseguros - Revista Para Ti
 

Crianza con sobreprotección y control o el riesgo de que los hijos sean dependientes e inseguros

La necesidad de control es, según la filosofía budista, una de las causas del sufrimiento humano y nada bueno termina sucediendo cuando estamos frente a una madre controladora. Reflexiona sobre el tema la doctora Anahí Timo, médica pediatra y health coach.
Lifestyle
Lifestyle

La crianza es un tema desafiante para la mayoría de los padres de hoy. Establecer límites, generar confianza, educar desde el amor y cuidar a sus hijos, constituyen algunas de sus múltiples inquietudes y preocupaciones.

Uno de los aspectos más complejos es el ejercicio de la autoridad. Establecer límites con amor, brinda al niño un marco de seguridad y una guía para el desarrollo de su carácter. Un niño que tiene límites claros se siente amado, cuidado y contenido.

Muchas veces, se confunde la autoridad y el amor con la necesidad de controlar la vida de los demás. Las madres y los padres controladores tienen el pensamiento de que, sin su sabia y amorosa intervención, sus hijos no podrán sortear las dificultades de la vida. Asumen su abnegación y la necesidad de controlar la vida de sus hijos como una expresión de su profundo amor hacia ellos.

La necesidad de control es, según la filosofía budista, una de las causas del sufrimiento humano y nada bueno termina sucediendo cuando estamos frente a una madre controladora, porque educar en libertad y respetar la libre iniciativa, son claves fundamentales para empoderar a las personas.

Vínculo tóxico en nombre del amor

Las madres controladoras asfixian a sus hijos y promueven un vínculo tóxico, donde ninguno de los implicados puede ser feliz o sentirse pleno. En nombre del amor, ejercen una sobreprotección innecesaria y nociva para el desarrollo emocional y mental del niño.

En ese contexto, suelen tomar decisiones por sus hijos, indicarles qué tienen que pensar e imponer sus propios prejuicios, creencias y formas de pensamiento. Esto destruye la libre iniciativa y creatividad de cualquier niño, limitará su potencial y es probable que en la juventud no sepa como enfrentar el futuro o resolver situaciones.

Proyectan sus propios temores, por lo que necesitan facilitarle todo a sus hijos. Quieren evitar a toda costa que sufran y no toleran que su hijo se encuentre en ese tipo de situación. Como reza la frase, quien te ahorra tristezas puede también ahorrarte alegrías. Esta intervención constante, genera dependencia emocional en el niño, por lo cual desarrollará una baja tolerancia a la frustración y es probable que enfrente con ansiedad los nuevos desafíos, si no tiene la “ayuda de mamá”.

Insatisfacción materna que volverá en el futuro como reclamo

Pero también, esa madre que “se sacrifica” a sí misma por brindar todo tipo de atenciones al niño, no desarrolla su propio proyecto y propósito de vida, sino que vive en función de sus hijos o familia, lo cual termina limitando su propio desarrollo personal y profesional. Los espacios de insatisfacción en su vida, le impedirán vivir plenamente y es probable que a futuro esto vuelva a sus hijos como un reclamo.

La necesidad de control invade la intimidad y privacidad del niño. Los niños y jóvenes deben construir su propio universo interior, relaciones, vínculos y desarrollar su propio proyecto de vida. Las madres controladoras establecen una simbiosis muy poco saludable, de manera que sus hijos son una extensión de ellas mismas. Pueden ser celosas, no respetar los espacios y actividades del niño, entrometerse en las relaciones con sus pares o direccionar el futuro de sus hijos de acuerdo a sus gustos e intereses.

En síntesis, las madres controladoras ejercen una forma sutil de violencia y manipulación que no resulta saludable para nadie, atenta contra la libre iniciativa y no respeta las necesidades y preferencias del niño. Así como la autoridad establece límites y contiene, el control excesivo asfixia y reprime. El amor consciente, es amor en libertad.

Las madres controladoras deben reflexionar acerca de qué expectativas propias están depositando en su hijo y comprender cuáles son los vacíos emocionales que están buscando canalizar a través del vínculo que desarrollan. Deben empezar a practicar el ejercicio de amor en libertad y la crianza respetuosa.

Por Roxana Anahí Timo, médica pediatra (MN 88956), Health Coach, @dra.anahitimo

Suscribite al newsletter de Para Ti

Si te interesa recibir el newsletter de Para Ti cada semana en tu mail con las últimas tendencias y todo lo que te interesa, completá los siguientes datos:

Más información en parati.com.ar

 

Más Para Ti

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig