El cuerpo humano es un sistema sensible a los cambios del entorno. Con la llegada del otoño, disminuyen las temperaturas, los días se acortan, el aire se vuelve más seco y reaparecen ciertos hábitos domésticos —como el uso de la calefacción— que, sin que se note, afectan directamente a los ojos
"Son órganos expuestos y sin barreras protectoras más allá del parpadeo y la película lagrimal que sufren de manera particular estos cambios. Comprender qué factores los impactan y cómo prevenir molestias oculares típicas de esta época puede marcar una diferencia en la calidad visual cotidiana", explicó el médico oftalmólogo y cirujano ocular Germán Bianchi (MN 98.952).
Sequedad ambiental, calefacción y pantallas: una combinación desafiante para los ojos
El oftalmólogo expresó que, durante el otoño, la humedad relativa del ambiente disminuye y el uso de sistemas de calefacción —tanto en el hogar como en oficinas y medios de transporte— contribuye a una mayor evaporación de la lágrima. "Ésto se traduce en ardor, sensación de cuerpo extraño, visión fluctuante y ojos rojos o irritados", aseguró.
"A ello se le suma el uso prolongado de pantallas, que reduce significativamente la frecuencia de parpadeo y agrava la sequedad ocular. Esta combinación de factores genera un terreno propicio para el desarrollo o exacerbación del síndrome de ojo seco, especialmente, en personas predispuestas: adultos mayores, mujeres postmenopáusicas, usuarios de lentes de contacto o pacientes con antecedentes de blefaritis", mencionó el especialista.
A su vez, el experto determinó que, contrariamente a lo que se cree, el otoño no está exento de los fenómenos alérgicos. "El polvillo acumulado en tapizados, el retorno de prendas guardadas, los ácaros presentes en frazadas y almohadas, y la descomposición de hojas secas en la vía pública son desencadenantes frecuentes de conjuntivitis alérgica", enumeró.

"Estos cuadros suelen confundirse con ojo seco ya que comparten síntomas como picazón, lagrimeo y enrojecimiento. Pero el abordaje es diferente: en estos casos, el uso adecuado de colirios antihistamínicos, compresas frías y la consulta oftalmológica son claves para evitar complicaciones", desarrolló el oftalmólogo.
Por otro lado, subrayó que uno de los errores más frecuentes en esta estación es asumir que, al disminuir el calor, la radiación ultravioleta deja de ser un problema. "Nada más lejos de la realidad. Los rayos UV continúan atravesando las nubes e incidiendo sobre la superficie ocular, incluso, en días fríos o nublados", afirmó.
"El daño que generan es acumulativo porque afecta la córnea, el cristalino y, a largo plazo, puede influir en el desarrollo de cataratas y patologías retinianas. Usar anteojos con filtros UV certificados sigue siendo indispensable fuera del verano", explicó el especialista.
Cinco cuidados visuales esenciales para esta estación:
- Hidratar los regularmente con lágrimas artificiales sin conservantes si se nota sequedad o incomodidad.
- Evitar la exposición directa a fuentes de calefacción, tanto en el hogar como en el auto.
- No descuidar la protección UV: usar gafas con filtros, incluso, en días sin sol pleno.
- Mantener una higiene ocular adecuada, especialmente, si hay antecedentes de blefaritis o alergia.
- Consultar ante cualquier molestia persistente: automedicarse con gotas puede empeorar el cuadro clínico.
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