Nada como nadar en las plataformas para buscar referencias de estilismos, soñar con caminar las calles de Copenhague con un gorrito crochetero o subirnos a una bicicleta o pedalear con sandalias de la última temporada o rockear la oficina con unos pantalones bermudas espectaculares. Peeeero cuando cerramos las aplicaciones y nos enfrentamos con nuestro vestidor y pretendemos construir el look del día aparecen los fashion traumas: re lindo los bermudas, pero no van con mi tipo de cuerpo o ayyy qué regio el gorrito, pero me da vergüenza que me miren o ¡me caigo con las sandalias en la biciii! ¿Entonces? Salimos a la vida con el total look en negro salvador. ¿Algún problema? Cero, ¿pero y nuestras ganas de lookearnos diferente?
Sé que les suena y por eso mismo y luego de 25 años de experiencia en la industria de la moda escribí ¨Vestite como realmente querés¨ el manual de estilismo para principiantes que propone pensarnos diferente para vestirnos diferente. ¿Cómo? Aplicando herramientas profesionales de lookeo y un método fácil, creativo y evergreen para aprender a pensar las prendas, complementos + el beauty y resignificar el ¨qué me pongo¨ de todos los días, liberarlo de ser un tema. ¡Tenemos mil temas! No necesitamos otro.
Porque la moda de superficial no tiene nada, todo se ve en la huella indumentaria no solo a título personal, en la identidad de un país, en la radiografía de la historia. Y sé que es muy tentador clonar estilos, ser como la influ más cool o subirnos a todas las tendencias, pero hay algo muy importante a tener en cuenta: nuestra imagen dice quiénes somos. Y si es así, ¡cómo vamos a soñar con el copy/paste al estilo de Sofia Richie Grainge si ya existe Sofía Richie Grainge!
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Otro tema importante: correr la coneja tendenciera del fashion no tiene ningún sentido. No podemos hoy ser coquette, mañana góticas, pasado old money y la semana que viene Hello, Kitty. Bueno, podemos, ¡pero quién tiene tanta energía y presupuesto! Subirnos a todos los trends auspiciados por los mil GRWM de las plataformas, no solo es lo contrario a tener estilo personal sino que además es una pérdida de plata constante, un cero registro de los recursos naturales/humanos que construyen las prendas y una bola de insatisfacción porque es el gran ¨tengo ropa, pero no looks¨.
Sé que les suena.
Y no, no digo que actualizar nuestros estilismos con tendencias es lo menos, solo nos invito a pensar que la moda consciente, esa que ahora topea tanto en el storytelling de las marcas más aspiracionales, desde nuestro lugar de usuarias, es la moda que planeamos a partir de nuestro pulso más auténtico. El lema es no dejarnos atropellar por las propuestas, es capitanear nuestra imagen, es pensarnos desde el branding propio. Parece difícil, no lo es, se los prometo.
Vestirnos es un ejercicio diario y lejos de ser un embole puede ser un momento lúdico, poderoso y ante todo inteligente. Porque ¨como te ven te tratan¨ dijo la Chiqui Legrand y no puedo contradecirla, ¡nosotras no hicimos las reglas!
Fotos: Anahí Bangueses Tomsig (@anahibangueses).
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