Florencia Peña hace unas semanas transitó un verdadero sacudón por el aluvión de críticas que recibió por el contenido de su programa “La puta ama” en América TV. Si bien su trabajo la tiene atada a la gran ciudad, no hay dudas de que tiene muy buenos motivos para regresar a Salta, la provincia natal de Ramiro Ponce de León, su pareja, en donde muy poco dieron por inaugurado su imponente refugio en el marco del fin de semana largo por Semana Santa.
Emplazada en plena montaña y a apenas 15 minutos de la capital provincial, la propiedad tiene una privilegiada vista de un lago y un bosque que cuenta con más de 200 especies de árboles. Hace unas semanas, en una producción que realizó para CARAS allí, ella confesó que es el lugar en el mundo que tiene la pareja porque está emplazado un “un paraíso de la Tierra”.
“Es un refugio de amor. Nos costó mucho convertirlo en realidad. Durante seis años estuvimos detrás de él para concretarlo. Buscando, viajando y eligiendo detalles. Es un lote que da al monte y a la montaña, en lo que llaman “barrio cerrado” de San Lorenzo. En realidad es una casona diferente porque por el terreno desnivelado por la cercanía de los cerros, está construída toda en una planta pero en distintas alturas”, explicó la actriz a ese medio.
La mansión tiene cinco habitaciones con sus toilettes, una gran cocina, living, comedor y una decoración campestre chic en la que los tonos crema, blanco y off white predominan. Los pisos cerámicos que simulan madera es un detalle que le aporta carácter a los ambientes principales en donde la luminosidad que entra desde los ventanales baña cada metro cuadrado.
La habitación principal es sencilla, también los colores claros se destacan y sin dudas la protagonista del ambiente es la cama con canopy de cañas de bambú.
Un entorno soñado
Teniendo en cuenta que los veranos en el norte del país suelen ser extremos en materia de temperaturas, la pareja tiene un espacio de ensueños para disfrutar las tardes de sol y extender la jornada al aire libre hasta largas horas de la noche.
La propiedad tiene una gran piscina con fondo infinito en la bajada del terreno desde la que se puede observar el maravilloso paisaje salteño: el lago, la naturaleza y las montañas de fondo.
En la parte superior hay una galería en donde la actriz decoró el espacio con sillones de madera con almohadones off white y una mesa ratona con velones.
Además, en otro de los extremos, hay un área techada con una mesa y banquetas altas y otra mesa con sillas para una cena más formal.
