Ella es la reina en Mesón, su lugar en el mundo. Una cocina de revista deco, impoluta y con mucha luz natural, donde Jordana Klad (@jordanaklad) hace magia con los ingredientes. Allí cocina, hace sus talleres y oficia de anfitriona para eventos corporativos. Nos metimos en su mundo, un espacio del cual ya nos sentimos parte porque próximamente vamos a estar compartiendo con Jordi sus recetas en formato audiovisual especial desde Para Ti.
-¿Cómo empezaste a cocinar?
-Empecé a cocinar bastante grande. El amor por la cocina lo tuve toda la vida, yo cuando era muy chiquita cocinaba con mi abuela Perla. Juntábamos moras de los árboles y hacíamos mermelada, preparábamos alfajorcitos de maicena. Esos son los recuerdos más latentes que tengo, después por muchísimo tiempo no cociné nada, de hecho siempre cuento la anécdota de que cuando empecé a salir con Moi (está casada con Moisés Chmea y tiene 3 hijos -David de 7 años, Simón de 5 y Jack de casi 2-) le hice unas milanesas espantosas, incomibles, y había estudiado otra carrera que nada que ver.
Cuando terminé el colegio no tenía muy en claro qué quería hacer toda mi vida, me parece que uno es muy chico a los 17 años para tomar esa decisión, entonces opté por la carrera que menos me desagradaba y estudié diseño gráfico, pero nunca ejercí. Al tiempo empecé a hacer cursos de cocina y lo tomé como un hobby, estudiaba diseño gráfico, después trabajé un montón de otras cosas y le cocinaba a mis amigos, a Moi, a mi familia, no creía que me iba a dedicar a esto.
-¿Qué papel juega tu marido y tu familia en este emprendimiento gastrónomico?
-Juegan un rol fundamental. Moi siempre me apoya y alienta a ir por más, me ayuda en algunos temas que a mí me cuestan (organización, números, etc). Y mis hijos que todavía son chiquitos y que por supuesto me pasan factura ahora que no estoy tanto tiempo en casa como antes, pero en el fondo sé que les gusta mi trabajo porque me lo dicen. Para mí es muy importante darles el ejemplo de trabajo.
El día de mañana, poder contarles que hubo un momento en el que tuvimos una crisis laboral terrible como familia y que pudimos salir adelante. Me encantaría que estén orgullosos de eso y que busquen su pasión como sea. Por ahora a David y a Simón les gusta cocinar conmigo, aunque Simón odia ensuciarse las manos... Siento que es muy pronto para saber si seguirán mis pasos.
-¿Cómo te definís: cocinera o chef?
-Siempre aclaro que soy cocinera, no soy chef. Nunca estudié profesionalmente, si bien me hubiese encantado estudiar pastelería, y muchas veces estuve a punto de hacerlo, y siempre pasó algo. Incluso la última vez fue cuando la pandemia, ya había pagado la matrícula en el IAG y todo, quería estudiar pastelería, y bueno, por algún que otro motivo nunca lo pude hacer, así que tengo esa cuenta pendiente.
-¿Cuáles son tus platos fuertes?
-Tienen mucho que ver con la cocina judía. La jalá es como el clásico que no puede faltar en ninguna mesa mía. Cebollitas rellenas, carne con chauchas, keftes.... Son comidas típicas mías.
-¿Y tus platos más likeados?
-En general, lo dulce. Gusta un montón, también las tartas, los arroces y me acuerdo que el zapallo relleno fue un éxito.
-¿Cómo fue tu salto a las redes?
-Fue en la cuarentena. Surgió un poco como un juego, yo ya daba clases de cocina en mi casa hacía mucho tiempo, hacía varios años, daba clases de cocina para gente conocida, para amigas de mis amigas, para mamis del colegio y en la cuarentena... Un poco a modo de juego, le hice un paso a paso de una receta de brownies a una amiga mía que no sabe cocinar absolutamente nada, estaba desesperada y aburrida en su casa y necesitaba hacerlo con sus hijos.
Entonces grabé con mi teléfono un paso a paso muy didáctico para que ella lo pudiera entender rápidamente, mostrándole cómo hacía todo, cómo ponía el azúcar, cómo ponía la harina, cómo lo llevaba al molde, cómo lo llevaba al horno y se lo mandé. Lo subí a modo de juego a mis redes sociales, que no tenía seguidores más que mis amigas, más que mi familia y ese vídeo fue muy comentado y empezó como a viralizarse un poco y me di cuenta que estaba surgiendo algo.
-Y después... ¿Cómo se dio tu crecimiento al lado de la cocina?
-Se dio en paralelo a un crecimiento personal. Cuando era más chica me costaba mucho confiar en mí, en que yo podía. De hecho jamás me imaginé todo lo que está sucediendo a nivel laboral porque ni siquiera tenía la capacidad de pensar que esto me podía pasar. Muchos me empujaban a dar un paso más en la cocina. “¿Por qué no abrís un restaurante?", "Ponete un catering", "abrí tu estudio”, me decían, pero en mi mente era imposible.
Me ponía excusas: “Tengo hijos chiquitos”, “No puedo invertir plata ahora, y ¿si no funciona?”... Había dado una clase un taller y se había agotado en 5 minutos y ahí me llamó Nico, mi hermano (al que escucho mucho) y me dijo: "¡basta!, Nadie va hacerlo por vos, ¿qué es lo que querés para tu vida? ¿Qué estás esperando?…".
-¿En qué sentís que te diferencias con otros cocineros que suben sus recetas a las redes?
-No sé si hay algo en particular que me diferencie de otros cocineros que suban recetas a las redes. Yo intento subir recetas aptas para todos, que sean fáciles de hacer y que sean con ingredientes que todos podemos tener a nuestro alcance.
-¿ Qué se necesita para cocinar bien?
-Paciencia y amor. Creo firmemente en la frase: Todos podemos cocinar.
-¿Cuál es tu ingrediente favorito?¿Y tu receta preferida?
-Voy cambiando porque me aburro, te diría que un ingrediente que no puede faltar en mi cocina es la pasta de sésamo. Y una receta, sin duda, la jalá.
- En casa, ¿quién cocina mejor: él o vos?
-Yo pero Moi se defiende muy bien. Hace sushi, buenas salsas y los mejores sándwiches.
-¿Qué es lo que nunca debe faltar en la cocina?
-Creatividad.
-¿Te considerás una referente de la cocina judía?
-Creo que hay muchísima gente muy talentosa haciendo gran cocina judía tradicional e incluso versiones modernas. Me gusta creer que gracias a la comunidad que pude construir junto a mis seguidores, mantenemos vivas las tradiciones e invitamos a mucha gente a que se anime a incursionar en la cocina judía.
-¿Cómo estás viviendo el conflicto de Israel, tenés familia allá?
-En Israel viven las primas de mi papá, con las que él se crió. Una de ellas me recibió en su casa hace 15 años cuando viaje ahí. Es difícil de explicar pero justo el otro día lo leí y me sentí muy identificada, uno siente que todos son su familia ahí. Lo vivo con muchísima angustia. Los primeros días me costaba levantarme. Sigo sin comprender tanto odio. Y lo que me sorprende muchísimo es ver tanto antisemitismo. Creo que es muy importante visibilizar lo que está pasando.
-¿Alguna vez te cansás de cocinar?
-Obviamente, hay días que llego a casa después de mucho trabajo y no quiero cocinar pero nunca me canso de esta profesión. Encontré mi pasión.
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