Qué es de la vida de Nancy Anka, la ex Chancle de "Grande, pá": tiene 50 años, una hija actriz y está en pareja... pero no quiere convivir - Revista Para Ti
 

Qué es de la vida de Nancy Anka, la ex Chancle de "Grande, pá": tiene 50 años, una hija actriz y está en pareja... pero no quiere convivir

La actriz, después del arrollador éxito de la ficción, nunca se alejó de su carrera artística. 
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Si bien Nancy Anka siempre va a ser recordada por su paso por “¡Grande, pá!”, en donde fue una de las Chancles de Arturo Puig a lo largo de cuatro temporadas, su carrera comenzó cuando tenía once años con el musical “Annie”. Toda una vida dedicada al espectáculo. A sus 50 años, la actriz volvió en el verano al teatro con la obra “Caprichos” y se encuentra en una relación amorosa con el modelo de no convivencia.

Su bebida favorita es la cerveza, le gusta comer milanesas y uno de sus pasatiempos es leer. Se define como una persona “humana” que como fortaleza “hacerle frente a cualquier tipo de circunstancia”. Si bien su carrera, como la de tantos artistas, presenta altibajos, se pudo dar el lujo de trabajar siempre de lo que le gustaba: ya sea dentro del rubro de la actuación, en propuestas comerciales o del off, y con el canto.

Lo cierto es que cuando terminó de grabar la mítica serie que por esa época había logrado niveles arrolladores de audiencia, la mujer que dio sus primeros pasos en la localidad bonaerense de Caseros nunca paró de trabajar.

Las Chancles, inolvidables.

En una entrevista se autoproclamó como una persona que no se queda esperando ese famoso llamado con una propuesta laboral. Para Anka, sobrevivir al éxito arrollador de “¡Grande, pá!” fue algo natural y siempre buscó su camino por sus propios medios: se dedicó a la música y en 1997 volvió a actuar en la ficción “De Corazón”.

En el 2001 intervino en las telenovelas Los buscas de siempre, al lado de Pablo Echarri y Nancy Dupláa, y en P.H (Propiedad Horizontal), la cual contó con las interpretaciones de María Valenzuela, Carolina Papaleo y Gerardo Romano.

Los años pasaron, pero ella cree que está en uno de sus mejores momentos: “Me llevo muy bien con el paso del tiempo. Siento que estoy mejor ahora que a los 25. Miro fotos y digo: ¡qué bien me hizo el paso del tiempo! Si necesitara hacerme algún pequeño retoque, me lo haría, pero por el momento el espíritu me mantiene fuera del quirófano”.

Su hija sigue sus pasos

Nancy y Sofia en el debut profesional de la joven.

Mientras su carrera avanzaba, llegó el nacimiento de Sofía, su hija de 22 años que decidió seguir muy de cerca los pasos profesionales de su mamá. “Quiere ser actriz y está por hacer el ingreso a la Escuela de Arte Dramático. Lo mamó desde muy chiquita. Los primeros quince años de vida de Sofi, yo viví de gira por el interior del país y ella venía conmigo, ya de bebé. Y se quedaba dormida entre bambalinas. Me hubiese parecido raro que me dijera que quería ser abogada, por ejemplo. Siempre le vi aptitudes para el arte”, dijo.

Se puede considerar que fue una mamá soltera ya que se separó del padre de la criatura, Daniel Ledesma, a los tres meses del parto. Con la ayuda de sus padres pudo salir a flote y crear su propia historia de la mano de su hija a quien llevaba a los sets ya que a veces no tenía con quien dejarla.

Volver a apostar al amor

De la mano de Ariel Basaldúa, Nancy volvió a mantener ocupado su corazón. Él fue el director de la obra que protagonizó en el verano junto a Beto César, aunque ya se conocían de antes por otras piezas teatrales como “Chorros”, “Verdades Mentirosas” o “Como el Culo”. Trabajar con la pareja no es fácil, aunque encuentra el costado positivo en el hecho de conocerlo y tomar rápidamente la directiva que le imparte.

Le dice “no” a la convivencia

Si bien están juntos hace seis años, ella dice que la relación comenzó hace 25 con ciertos idas y vueltas. “Las cosas son cuando tienen que ser, ni antes ni después. Eso es real. La decisión de no convivir es mía porque siempre que me puse en pareja me fui a vivir y no resultó. Ésta vez tenía que ser diferente porque además es con él. Y la verdad es que nos funciona. Yo creo que en algún momento vamos a convivir, seguramente cuando llegue el momento de compartir, quizá, nuestro último tránsito de la vida”, confesó.

“Ya estamos grandes y cada uno tiene sus mañas y son súper respetables. Además, está el deseo de vernos y de compartir, y cuando convivís, te ves y compartís todo el tiempo. Desde mi experiencia de convivencia, me gusta este vínculo”, advirtió.

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