Ubicado en los dos últimos pisos de un icónico Brown Stone construido en 1894, en pleno Brooklyn, este loft de 130 m2 fue reformado casi por completo por el equipo de Studio Atomic.
El objetivo estaba claro: abrir, conectar y dejar que la luz natural se convierta en protagonista. ¿El resultado? Un espacio moderno, funcional y con mucha personalidad.
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Loft a la neoyorquina: cómo fue la transformación
La intervención se concentró en los dos pisos superiores del edificio. El desafío: rediseñar el interior para que se adapte a las necesidades de sus nuevos dueños, sin perder el espíritu del lugar. El plan incluía crear un dormitorio, un baño, y una gran área social con cocina, comedor y living integrados.
¿El detalle que lo cambia todo? Abrir el tercer piso para generar una doble altura que conecta vertical y visualmente los espacios. Así, el loft no solo ganó luz, sino también amplitud real y percibida.

Una escalera que flota y conecta
Para lograr una transición fluida entre niveles, se instaló una escalera infinita, liviana y de diseño limpio, que permite que la luz fluya sin obstáculos.
Frente a ella, una biblioteca vertical conecta ambos pisos visualmente y suma un punto focal súper original.

Ambientes integrados pero con secretos
Cerca de la cocina, un juego de puertas dobles permite cerrar o abrir el paso al dormitorio y al baño. Esta solución genera privacidad sin cortar la sensación de amplitud, y aporta flexibilidad a la distribución. Un clásico truco neoyorquino para ganar en funcionalidad sin resignar estilo.


Un rincón de trabajo con vistas al cielo
La entreplanta, ubicada en el nivel superior, funciona como escritorio con vistas, un espacio íntimo pero conectado, ideal para trabajar o disfrutar de la luz natural.

Gracias a los tragaluces y a las múltiples ventanas, la iluminación cambia a lo largo del día y transforma el ambiente casi sin mover un solo mueble.

Color y arte: el toque que le da alma
Tanto la cocina como el baño están intervenidos con colores vibrantes en homenaje al artista mexicano Chucho Reyes. Esta elección no es solo estética: al reflejar la luz natural, los tonos se proyectan en el resto del lof generando efectos únicos según la hora y la intensidad del sol. Una apuesta artística y sensorial.

Sin dudas, este loft demuestra que con buenas decisiones de diseño, luz natural bien aprovechada y una paleta atrevida pero cálida, se puede transformar cualquier espacio en un verdadero hogar.
Un ejemplo perfecto de cómo arquitectura, interiorismo y funcionalidad pueden convivir (y brillar) juntos.

Ficha técnica
Ubicación: Brooklyn, Estados Unidos
Arquitectos: Studio Atomic
Superficie: 130 m2
Año: 2022
Fotos: Sebastian Bach
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