Como un miembro más de la familia, las mascotas deben contar con su propio espacio para descansar cómodamente -si es que aún no se adueñaron del sofá o de la cama- y con sus propios elementos como comederos y juegos interactivos que contribuyan a su bienestar.
Pero hay que admitir que muchas veces resulta difícil compatibilizar la decoración y el diseño de nuestros hogares con la presencia de mascotas. Sin embargo, esta casa demuestra todo lo contrario. Acá te contamos cómo fue pensada para lograr que humanos convivan cómodamente con sus amigos de cuatro patas.
El proyecto se basó en dos premisas fundamentales. La primera fue la intención de restituir al terreno su condición de paisaje, la cual es negada por el proceso de zonificación urbana, que transforma el territorio en algo que ya no es monte o valle, sino una serie de terrenos numerados caracterizados por parámetros que no guardan relación con su esencia original -como su biodiversidad, capacidad de drenaje, resiliencia, etc.-, y se centran en su nueva condición como producto urbanístico.
Fue así que el estudio a cargo del proyecto llevó a cabo un estudio de la fauna y flora autóctonas presentes en la zona y en los montes circundantes, poniendo especial atención a la flora silvestre, rica en plantas aromáticas y perfectamente adaptada al clima de Baeza (Jaén, España), lo que requiere un mínimo mantenimiento y reduce su impacto ambiental. El objetivo de este estudio previo fue tratar de restaurar, una vez acabada la construcción, la rica biodiversidad paisajística del lugar.
La segunda premisa consistió en abordar, con un presupuesto limitado, un programa de vivienda complejo para sus dos ocupantes humanos, Alex y Lurdes, así como para sus habitantes de cuatro patas, entre los que se incluyen seis perros y seis gatos.
En un momento dado del proyecto, tuvo lugar un descubrimiento emocionante: Alex compartía hábitos y preferencias por los espacios elevados y aislados con los felinos de la casa, mientras que Lurdes, al igual que los habitantes caninos, prefería el espacio fluido y vivo del jardín. A raíz de este hallazgo, se diseñó la casa con una planta baja abierta y dinámica para los ocupantes caninos, que ofrecía numerosas posibilidades y configuraciones diferentes.
Para los felinos, se diseñó el acceso a una serie de cubiertas conectadas y aisladas, creando así espacios serenos y de contemplación con distintos grados de aislamiento o conexión.
Por último, la distribución de la casa se planificó teniendo en cuenta los desplazamientos de la aspiradora robot, un aparato tecnológico que habita también la vivienda y desempeña un papel crucial al mantener constantemente limpio el pelo y el polvo.
Así, el diseño de esta casa no solo incorpora medidas para promover la sostenibilidad ecológica -como una red de saneamiento separativa con reutilización de aguas pluviales y grises, la implementación de estrategias pasivas para el control climático y el uso de energías renovables-, sino que también busca integrar en el espacio a sus habitantes humanos y no humanos, entendiendo el espacio arquitectónico como lugares para la co-habitación y la asociación voluntaria de seres.
Ficha técnica
Ubicación: Baeza, España
Arquitectos: AFAB
Superficie: 125 m2
Año: 2023
Fotos: AFAB
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