5 alimentos considerados venenos blancos: una especialista explica por qué cuánto más procesados, menos saludables - Revista Para Ti
 

5 alimentos considerados venenos blancos: una especialista explica por qué cuánto más procesados, menos saludables

La Dra. María Alejandra Rodríguez Zía, M.N. 70.787, médica clínica y endocrinóloga, explica por qué debemos preferir las versiones menos refinadas de alimentos como harina, sal, arroz y azúcar. 
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Alimentos como el azúcar, la sal, las harinas refinadas, el arroz blanco y la leche entera suelen ser considerados nocivos para el organismo, especialmente si son consumidos en exceso. Ahora bien: ¿son en realidad peligrosos para la salud?

"Estos cinco alimentos están presentes en nuestra alimentación más de lo que deberían, sin darnos cuenta de los efectos nocivos que tienen para nuestra salud", dice la Dra María Alejandra Rodríguez Zía, médica endocrinóloga. 

"El 75% de los productos alimenticios presentan exceso de azúcares y de sodio", agrega y se refiere de esta forma a los ultraprocesados: "Son aquellos cuyas formulaciones industriales contienen alto contenido de ingredientes como azúcar, grasas y sodio: snacks, cereales, galletitas, bebidas azucaradas, productos animales reconstituidos y platos listos para calentar como pizza, pasta", dice la médica. 

"Se trata de alimentos de poco valor nutricional que consumimos a diario, perjudiciales para la salud, causando graves enfermedades  degenerativas, un verdadero 'veneno', asociado a la diabetes, la hipertensión arterial e incluso el cáncer", añade. Veamos uno por uno.

Azúcar refinada

El azúcar blanco refinado es realmente un tóxico, producto de la industrialización de la caña de azúcar o la remolacha. En este proceso de muchos pasos, se le agregan productos químicos, se utiliza cal viva y se le añade dióxido de carbono para finalmente ser tratada con sulfato de calcio y ácido sulfúrico.

"No tiene ningún valor nutricional, está exento de vitaminas, minerales, proteínas, enzimas, grasas y fibras, contiene agregados a modo de  blanqueadores para obtener el color que tiene. No otorga beneficios, pero si tiene mucho poder para enfermar a la población mundial", dice Rodríguez Zía.

¿Es un alimento? "Podríamos decir que sí y no, porque puede ser un arma de doble filo. Por un lado, nos aporta calorías rápidas, es decir nos da energía, pero por el otro, no produce ninguna estructura, es decir no nos hace crecer", dice.

"Además de ser adictiva, cuando comenzamos a comer azúcar es difícil que nos desprendamos de ella.  Se relaciona al azúcar con cuadros de epilepsia y autismo en los niños. En lo adultos, produce cuadros de ansiedad", añade.

"Por otro lado, enferma a la microbiota intestinal provocando que las bacterias se reproduzcan en una mala relación entra las bacterias malas y las bacterias las buenas. Esto genera inflamación intestinal que se relaciona con enfermedades autoinmunes. Por último también, es cómplice del aumento de cáncer en el mundo, hoy se sabe que las células cancerígenas en la mayor parte de los cánceres comen glucosa en forma preferencial", agrega la especialista. 

Sal de mesa

"La sal de mesa es un producto refinado (sal marina, sal de roca) al que se le ha extraído cloruro de sodio y el resto de los minerales, que tienen gran valor para otras industrias pero también para la alimentación humana. Por otro lado se le ha agregado yodo, única forma que la población mundial alejada de comer productos y frutos del mar accede a tener dosis de yodo y evitar la pandemia de hipotiroidismo. No es recomendable retirar la sal de nuestra dieta por completo, porque el sodio es necesario para el funcionamiento del cuerpo, pero sí disminuir su consumo", explica Rodriguez Zía.

"Se recomienda la sal de mar por que contiene  mayor cantidad de yodo y minerales naturales, por eso la consideramos como una sal más completa", agrega.

"La sal de mesa refinada se usa a diario en prácticamente todos los alimentos y como conservante natural. Pero, desde que la industria decidiera convertir la sal natural en simple cloruro sódico (sal de mesa refinada), perdió su condición de natural para transformarse en un 'veneno'", explica.

Y añade: "Es recomendable sustituir en nuestra alimentación el uso de sal de mesa refinada y preferir la sal marina en el caso de poder acceder a ella, la sal es vital para el cuerpo humano".

Arroz blanco refinado

El arroz blanco refinado es un alimento que se basa en puro almidón, es decir que se le ha quitado parte de lo que era la semilla completa con la cáscara y ha quedado como fuente de ingreso de almidón a nuestra sangre, puede dar energía pero que hay que tener un balance. 

Si se come arroz blanco debe de haber una buena digestión para no tener constipación, y esa fuente de energía se tiene que gastar por ejemplo con una actividad física acorde.

"De no ser así, el arroz blanco solo es generador de hígado graso y de obesidad, como también aumentos bruscos en los niveles de glucosa en la sangre, lo cual es un riesgo de diabetes", explica la médica. 

"En sí, todos los alimentos con harinas blancas poseen el índice glucémico más alto: arroz, pastas o harinas, que se caracterizan por tener una rápida absorción y bajo contenido en fibra", continúa.

"Para producir el arroz blanco, el grano integral es sometido a un proceso de refinado con el cual se le retira la capa exterior y el germen, y básicamente lo que queda es el endospermo, que consiste principalmente de almidón. Consumir el arroz integral, libera la glucosa de manera gradual, lo cual contribuye a mantener controlados los niveles de azúcar y reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2 en personas sanas", concluye.

Leche de vaca

"La leche de vaca es popular por su contenido de calcio, para muchos expertos esencial para la salud; sin embargo hay otros alimentos que son más ricos en calcio que la leche de vaca y no tienen los efectos negativos", asegura Rodríguez Zía.  

"La leche de vaca, sobre todo la que se ha producido en los últimos 60 años, industrializada, puede enfermar. El calcio de la leche tiene un problema en su relación con el fósforo, estos compiten en nuestra sangre y por lo tanto puede ser nocivo y hacer que el pH se modifique en nuestro cuerpo. Para compensar está alteración, sale calcio de nuestros hueso y entonces la leche en lugar de normalizar o ayudar a la osteoporosis, en realidad la puede generar", asegura.

"No es necesario consumir grandes cantidades de le leche para mantener los huesos sanos, en su lugar se debe optar por aumentar el consumo de alimentos más saludables", agrega. Y continúa:  "Un mito infundado asocia la falta de calcio en el organismo con la falta de calcio en la dieta. Nada más lejos de la realidad: por mucho calcio que se añada a la dieta, si los hábitos de vida en conjunto son incorrectos, las pérdidas de calcio seguirán representando un problema".

La leche de vaca tiene una proteína de mamíferos llamada caseína, altamente alergénica, sobre todo en personas que tienen inflamación intestinal con hipermeabilidad.

La leche de mamíferos no es un nutriente ideal para subsanar muchas de los problemas de nutrición. Se puede elegir que las proteínas, los minerales, el calcio, lleguen desde otras fuentes. 

Harina blanca refinada

El tema de la refinación de la harina blanca es similar al del arroz, ya que desde el grano de trigo se obtiene un almidón refinado que además contiene gluten.

"El gluten tiene propiedades adhesivas que mantienen elásticas a las masas de panes y pasteles. Esta propiedad de aglutinamiento impide que, cuando hacemos la digestión, se absorban bien los nutrientes de otros alimentos y además produce constipación", explica la especialista.

"La constipación y la alteración de la flora intestinal que se produce por comer grandes cantidades de gluten, es una epidemia. El gluten se relaciona con patología intestinal y también con una multiplicidad de enfermedades autoinmunes", explica.

"Por el otro lado el contenido de almidón que contiene la harina blanca, va a pasar como fuente de energía hacia el resto del cuerpo que podrá ser aprovechada por ejemplo por una persona deportista, que podrá sacar la energía y equilibrar lo que gasta en la actividad física. Pero la mayoría de la población es sedentaria y no hace este gasto de energía, por lo tanto el consumo excesivo de harina blanca de trigo conllevará a tener un ahorro en forma de grasa, primero en forma de hígado graso y luego obesidad", dice. 

"El pan blanco, de salvado y los de bollería no contienen vitaminas ni minerales, mientras que favorecen la aparición de caries, cáncer, colesterol y diabetes. Los panes más recomendables son el pan de centeno y el pan integral", concluye.

Más información en parati.com.ar

   

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