Llega un tiempo ansiado, esperado y tal vez con cierta preocupación para algunas familias. Después de las clases por zoom, la presencialidad, el home office y el rompecabezas para conjugar horarios, llegan las esperadas vacaciones de invierno.
¿Cómo pensarlas en este tiempo tan particular atravesado por la pandemia? La licenciada en psicología Marita Churba (M.N. 52.614) nos da algunos consejos para que todos podamos disfrutar estos 14 días fuera del colegio.
Una manera posible de abordarlas es restarles expectativa, para dejarlas que sean, que fluyan y no frustrarse con lo que no sale o con lo que no es como lo imaginado.
Padres y chicos quieren un tiempo diferente del cotidiano: tiempo de juegos, de encuentros, amigos. Todos estamos cansados. La pandemia nos puso a prueba en nuestra capacidad de adaptación.
Quizás en los primeros días podemos ir dejando las exigencias, el cansancio, tomarnos un respiro y relajar; así luego podremos dar lugar al disfrute.
Qué actividades podemos pensar para pasarlo bien
Si la posibilidad es tomarnos unos días fuera de nuestro hogar, la naturaleza es un buen aliado. Respirar aire puro nos hace muy bien a la salud y disminuye el stress. Tanto la playa, montaña, sierra o laguna serán bienvenidas; árboles, ramas, senderos, pájaros, todo puede ser un estímulo para los sentidos y para celebrar la vida.
Cuando los padres no pueden tomarse vacaciones habrá que ser más creativos. Sugiero dejar a nuestros hijos algunas actividades lúdicas preparadas, mientras los adultos están en horario laboral. Al finalizar la jornada de trabajo, compartir con los chicos lo que hicieron y jugar con ellos. Los niños van a estar esperando compartir con nosotros tiempo de calidad. A su vez establecer pautas de tiempos permitidos de tevé, celulares, playstation, etc.
Niño jugando en las sierras 
La playa brasilera en invierno
Si la propuesta es en casa habrá que ser creativos: juegos de ingenio, rompecabezas, pintura, masa, plastilina, el viejo oficio de contar cuentos, bailes, canciones, títeres, cocina. Las posibilidades son infinitas a la hora de dejar volar la imaginación en los chicos y ver a padres disponibles en esta aventura.
En la ciudad hay muchas propuestas en museos y centros culturales. Las plazas son una excelente opción para conectar con la naturaleza y con amigos además de ser una opción económica. Podemos hacer un picnic y jugar a la pelota por ejemplo.
Cabe agregar que es una buena idea pensar en recurrir a tíos, abuelos, primos, amigos. Las redes de contención que tanto bien hacen a chicos y grandes. De este modo ambas partes toman oxígeno, tan necesario, para volver a reencontrarse con más ganas.
Hoy también tenemos que pensar en los distintos tipos de familias: tradicionales, padres separados, familias monoparentales, ensambladas; cada tipo de organización presenta características propias, ventajas y desventajas en la rutina diaria, formas de organizarse. Por eso es importante poder pensar y planificar tranquilos que tenemos ganas de hacer y que no.
Cuando priman el respeto y las ganas, se pueden encontrar múltiples formas de vacacionar:
- Salen todos juntos
- Sale uno de los padres con los hijos y el otro se queda trabajando
- Los padres necesitan un respiro y los chicos se quedan unos días con los abuelos
- La salida es con amigos que a su vez tienen hijos
- Mamá sale de vacaciones sola un par de días o papá toma unos días de descanso solo
Las formas pueden ser múltiples. No debemos perder de vista privilegiar los vínculos con amor, ternura, escucha, diversión. Creo que esa puede ser la mejor herramienta para olvidarse por un rato del zoom, las computadoras, los celulares y volver a lo esencial.
Repasando:
- Privilegiar los vínculos
- Disfrutar
- Bajar expectativas
- Dejar volar la imaginación y la creatividad
- Disfrutar de la naturaleza o la ciudad
- No enojarse con las diferencias al vincularnos con el otro; todos somos diferentes
- Relajar
¡Y a pasarla lo mejor posible!
