Máxima Zorreguieta de los Países Bajos realizaró una visita de Estado a la República Checa que no solo reforzó lazos diplomáticos, sino que también dejó huella en el mundo de la moda. Como ya es habitual, la reina argentina desplegó toda su elegancia con elecciones de vestuario que fusionan el protocolo real con un toque personal y audaz.
Con una agenda cargada de actividades formales y actos culturales, Praga se convirtió en el escenario perfecto para que Máxima mostrara dos de sus facetas estilísticas más celebradas: la sofisticación clásica y el romanticismo moderno. A través de sus looks, volvió a confirmar su lugar entre las royals con mayor presencia y carácter a la hora de vestir.
Ambos outfits, cuidadosamente seleccionados, combinaron diseño, textura y color de forma armoniosa, resaltando su figura y personalidad. Y lo más importante: lograron transmitir un mensaje de cercanía, belleza y fuerza femenina.
Máxima Zorreguieta: una reina que inspira

Máxima no solo cumple con los protocolos de vestimenta real, sino que se reinventa con cada aparición pública. Su capacidad para combinar elegancia clásica con toques modernos la posiciona como una de las royals con más estilo del mundo. Su paso por Praga dejó claro que los vestidos románticos siguen siendo su sello, y que las flores, los encajes y las texturas siguen siendo aliados perfectos para construir un look inolvidable.
Elegancia verde: un look con encaje y detalles botánicos

Para su primer día en Praga, la reina Máxima apostó por un estilismo que capturó todas las miradas. Se trató de un vestido verde con bordados en relieve y transparencias estratégicas, de la firma Natán, que evocaba las formas de las hojas y el movimiento natural de la vegetación.
El diseño sin mangas, con falda midi acampanada y cintura marcando la figura, resaltó su silueta con una impronta sofisticada y moderna. Completó el look con accesorios al tono: un clutch verde esmeralda, un tocado floral y stilettos nude que estilizaron aún más su porte.

La elección del color, perfectamente integrada al entorno arquitectónico de Praga, transmitía armonía y un espíritu fresco y contemporáneo. La reina llevó el cabello suelto con ondas naturales y un beauty look en tonos tierra que resaltaban su sonrisa.

Noche de gala: flores, volados y encaje en un vestido soñado

Para asistir al Teatro Nacional de Praga, Máxima optó llevar un vestido largo que ya llevó hace 10 años y de inspiración romántica en tonos rosa empolvado y crudo. La pieza, firmada por Valentino pertenece a la colección Couture de Primavera 2006 y estaba confeccionada en tul bordado con flores y apliques de encaje, y además, se destacaba por sus volados dispuestos en capas, que aportaban movimiento y delicadeza.

El diseño de escote bote y mangas cortas realzaba su postura elegante, mientras que el detalle de una gran flor sobre el busto sumaba un toque etéreo y teatral.

Como complementos, eligió un clutch satinado en rosa y aros de diamantes con impresionantes piedras rodeadas por otras más pequeñas en dos diseños circulares que cuelgan uno bajo el otro. También sumó brazalete, anillo brillantes, todo en armonía con el aire romántico del vestido.

Su peinado recogido con ondas marcadas y maquillaje luminoso terminaban de completar este look que fue uno de los más comentados del evento.
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