En este Día Internacional de la Mujer, es esencial reflexionar sobre el papel de las mujeres en el ámbito financiero y su impacto en la sociedad actual. A lo largo de la historia, las mujeres han desempeñado un papel fundamental en la gestión de las finanzas familiares, en las empresas y en el impulso de la economía, a pesar de enfrentar desafíos y discriminación en el mundo financiero.
Sin embargo, a pesar de su demostrada capacidad para administrar el dinero y generar riqueza, muchas mujeres aún subestiman su potencial financiero y no priorizan sus propios objetivos a largo plazo. En muchas de las conversaciones y eventos en los que participo, observo esta tendencia, donde las mujeres a menudo persiguen objetivos financieros para otros en lugar de para sí mismas. La libertad financiera es esencial para cerrar la brecha de género en el ámbito económico y empoderar a las mujeres para que tomen el control de su futuro financiero.
Según la encuesta de alfabetización financiera global de Standard & Poor's Ratings Services, más del 67% de los adultos a nivel mundial carece de educación financiera, y existe una brecha significativa entre hombres y mujeres, incluso en países desarrollados.
En Argentina, la situación es aún más preocupante, con solo un 24% de mujeres capaces de responder correctamente preguntas básicas sobre interés compuesto, en comparación con el 32% de los hombres. Esta disparidad tiene profundas consecuencias, afectando la solidez de los mercados financieros y la accesibilidad al financiamiento.
A nivel global, países como Estados Unidos, Alemania y Noruega lideran en alfabetización financiera, lo que se correlaciona positivamente con el ahorro a largo plazo tanto para mujeres como para hombres.
Sin embargo, en economías con menor alfabetización, las mujeres enfrentan dificultades para obtener crédito y construir un fondo de emergencia. Este desequilibrio se agrava aún más por factores culturales, donde las mujeres suelen delegar decisiones financieras importantes a los hombres, y se mantienen en segundo plano en proyectos financieros.
Aunque la participación femenina en inversiones está creciendo, aún queda mucho por hacer para cerrar esta brecha. La educación financiera es fundamental para empoderar a las mujeres y construir un futuro más equitativo. Llevo esta bandera hace muchos años, y creo que el manejo de las finanzas otorga el poder de sentirse capaz de realizar y concretar objetivos, y de ser de ayuda para el entorno que nos rodea.
El rol de la mujer en las finanzas
En el ámbito doméstico, las mujeres desempeñan un papel crucial como administradoras financieras. Su capacidad para la planificación meticulosa y la gestión eficiente les permite ejercer un control prudente sobre el presupuesto familiar.
¿Quién suele tener ahorros para contingencias o necesidades familiares? La respuesta, casi siempre, es la madre o la abuela. Esta combinación de habilidades organizativas, empatía y atención al detalle les permite equilibrar las necesidades de la familia con los recursos disponibles, maximizando así el valor de cada peso gastado.
Aunque las decisiones financieras a largo plazo a menudo recaen en manos de los hombres, el carácter cuidadoso y previsor de muchas mujeres las impulsa a priorizar el ahorro y la inversión a largo plazo, con el objetivo de garantizar la seguridad financiera y el bienestar futuro de sus seres queridos, y es importante comenzar a ocupar esos roles e involucrarse en cuestiones económicas.
Las mujeres en el mundo empresarial: un cambio transformador
La correlación entre el liderazgo femenino y el rendimiento empresarial ha sido objeto de numerosos estudios en los últimos años. Se ha observado que las empresas dirigidas por mujeres tienden a mostrar una mayor resiliencia y rentabilidad a largo plazo. Esto se atribuye en parte a la diversidad de pensamiento y enfoque que aportan las mujeres al liderazgo empresarial, así como a su habilidad para fomentar un ambiente de trabajo inclusivo y colaborativo.
Las compañías con mujeres en posiciones de liderazgo tienden a ser más innovadoras, adaptables y orientadas al largo plazo, lo que las hace más competitivas en un entorno empresarial en constante cambio. La gestión del dinero en manos de mujeres se caracteriza por una gestión cuidadosa y deliberada, con un enfoque en la seguridad financiera y la creación de valor a largo plazo.
Es fundamental que las mujeres reconozcamos nuestro propio valor y nos empoderemos en el ámbito financiero, que seamos autónomas y pensemos en nuestros objetivos financieros. Esto implica establecer metas financieras claras, educarnos sobre inversiones y planificación financiera, y tomar el control de nuestras finanzas de manera proactiva.
En este Día Internacional de la Mujer, celebremos los logros pasados y presentes de las mujeres que gracias a ellas estamos hoy paradas en otro lugar, y aprovechemos el poder transformador de la libertad financiera. Juntas.
Fuente: Elena Alonso, Economista y Asesora Financiera/@elena.financiera
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