El 9 de abril de 2005 en Windsor el rey Carlos III y la reina Camilla contrajeron matrimonio. Un momento muy esperado por ellos que se habían conocido hacía décadas, siguieron distintos rumbos hasta que se volvieron a encontrar. Una boda que costó tanto que ni siquiera la reina Isabel II dijo presente. Es que el pueblo británico nunca pudo perdonarle a la pareja todo lo que hicieron sufrir a Lady Di, algo que hoy se refleja en los bajos números de aceptación que tienen.
Reconocimiento
Para reconocer la labor que Camilla ha desempeñado por años en Escocia, el rey Carlos III nombró a Camilla como Miembro de La Antiquísima y Nobilísima Orden del Cardo, que representa el más alto honor y es la segunda en importancia después de la Orden de la Jarretera. Un reconocimiento que logran 16 caballeros y mujeres que han contribuido de manera especial a la vida nacional.
Un sentimiento especial
Camilla adora Escocia, al igual que la reina Isabel II, y aseguró en más de una ocasión que para ella estar allí es como estar en su casa. La Reina fue recortar de la Universidad de Aberdeen y fue nombrada de la organización sin fines de lucro Maggie´s que apoya a personas que luchan contra el cáncer. La monarca siempre se mostró muy presente y comprometida con todas sus causas en el país y por eso, a poco más de un mes de la coronación, Carlos decidió que era un buen momento para reconocerlo.
Una visita real
La semana pasada se llevaron a cabo las carreras de caballo de Royal Ascot, un evento que los reyes no se pierden. Además, son los primeros de Carlos como Rey, por lo que la ocasión es sumamente especial en uno de los eventos más importantes. La pareja vivió con gran pasión todo lo que se vio en el hipódromo, una tradición en la que dijo presente casi toda la familia real.