Silvia Lospennato, la mujer detrás de la política: "Pensé si valía la pena seguir, pero entendí que no estoy sola... Me sostiene el amor" - Revista Para Ti
 

Silvia Lospennato, la mujer detrás de la política: "Pensé si valía la pena seguir, pero entendí que no estoy sola... Me sostiene el amor"

Candidata del PRO, Diputada y referente en temas de género, Silvia Lospennato se anima a mostrar su lado más íntimo. En esta entrevista exclusiva con Para Ti, habla de sus dolores, su historia familiar, los desafíos de la política y el amor como motor. “Pensé si valía la pena seguir, pero entendí que no puedo bajar los brazos”, confiesa.
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Silvia Lospennato es una de las figuras clave del PRO en esta etapa política: una candidata con convicciones firmes, una voz influyente en el Congreso y una referente indiscutida en temas de género. Pero detrás de esa armadura política hay una mujer sensible, madre y profundamente apasionada por el futuro de su país.

Silvia Lospennato
"Cuando cayó ficha limpia pensé más que bajarme de la candidatura, si valía la pena seguir haciendo política".

Llegó al estudio de Para Ti en medio de una agenda ajetreada, con la intensidad de quien está en plena campaña electoral. Pero ni el apuro ni el cansancio opacaron su energía: se mostró auténtica, simpática y cercana. Pidió un café —su bebida preferida— y se prestó a la charla sin filtros, con la misma claridad con la que defiende sus ideas en el Congreso.

En esta entrevista, propone un recorrido que combina su mirada sobre la coyuntura nacional, el desafío de representar al PRO en la Ciudad de Buenos Aires, y una inmersión en su historia personal: sus dolores, sus heridas, sus convicciones más íntimas y los vínculos que la sostienen. “Pensé si valía la pena seguir. Pero entendí que no puedo bajar los brazos”, dice en uno de los momentos más emotivos de esta charla. Así, nos abre la puerta a su mundo y nos invita a conocerla en su dimensión más humana.

-¿Cómo ves el escenario político actual?

-Creo que, en la Ciudad de Buenos Aires, el panorama representa un desafío para los propios porteños: hay una oferta electoral muy amplia y desagregada. A primera vista puede parecer complejo, pero si lo simplificamos, la elección del 18 de mayo se trata, en el fondo, de una sola pregunta: ¿querés seguir viviendo en la ciudad con mejor calidad de vida de América Latina?

Si la respuesta es sí, entonces hay un solo equipo capaz de garantizarlo, y ese es el del PRO. Porque esta ciudad no se construyó sola: la hicimos juntos, los porteños y el PRO, a lo largo de muchos años. Por eso, cuando lo ponés en términos sencillos —cuando lo llevás al plano de tu calidad de vida—, no hay dudas de que somos quienes mejor estamos preparados para seguir cuidándola y mejorándola.

Silvia Lospennato
"Creo que en la ciudad de Buenos Aires es todo un desafío para los propios porteños tener una oferta electoral tan amplia y desagregada"

-Vos dijiste: "Ganar o perder una elección no define tu pertenencia partidaria." ¿Qué cosa sí la define?

-Los valores de mi partido. El PRO es un espacio que cree en el equilibrio fiscal, en la importancia de gestionar bien, de administrar con responsabilidad los recursos de los vecinos. Pero también, y sobre todo, en la fortaleza de las instituciones. Porque una buena administración solo se sostiene en el tiempo si hay instituciones sólidas. Por eso somos un partido profundamente republicano.

En términos más personales, creo en el valor del esfuerzo, del mérito, de la iniciativa individual como motor del progreso. Esos son los principios que me representan. Por eso para mí es un honor que el presidente Mauricio Macri haya confiado en mí para representar a la segunda generación del PRO. Siento que soy parte de esa visión: la de trabajar con seriedad, con compromiso, con estudio. Nada improvisado. Cuidar los recursos, pero también asegurar que el resultado sea siempre de calidad.

Silvia Lospennato
"El esfuerzo, el mérito, la iniciativa personal es lo que te hace progresar en la vida. Entonces, me parece que esa es la combinación de cosas que me representan".

Desafíos de la oposición

-¿Cuál creés que es hoy el mayor desafío para la oposición?

-Creo que el desafío principal es ofrecerle a los porteños un equipo capaz de hacer, al menos, algo similar a lo que hizo el PRO en todos estos años.

Y la realidad es que ni quienes hoy gobiernan a nivel nacional, ni mucho menos los que lo hacen en la provincia de Buenos Aires, han demostrado tener equipos capaces de garantizar una buena gestión y brindar servicios públicos de calidad. Porque esta elección no es sobre el rumbo económico del país —esa discusión llegará en octubre—. Esta elección es sobre el día a día: sobre tu metro cuadrado, tu escuela, tu seguridad, tu calidad de vida.

Solo hay que cruzar la General Paz para ver lo que significa vivir en una provincia donde la seguridad no es prioridad. En cambio, en la Ciudad de Buenos Aires la seguridad es uno de los pilares: tenemos una policía propia, equipada, con tecnología, con anillos digitales, cuatro centros de monitoreo, cámaras en toda la ciudad. Y seguimos invirtiendo.

La seguridad es prioridad, ¿sabés por qué? Porque queremos que los vecinos puedan hacer su vida en paz: ir a trabajar, estudiar, salir de noche sin tener el corazón en la boca, como les pasa a tantos del otro lado de la General Paz. Esa diferencia se logra con decisión política e inversión. Y eso se traduce en tranquilidad. Creo que, junto con la salud y la educación públicas, la seguridad es uno de los temas que más valoran quienes viven en esta ciudad.

Silvia Lospennato
"Esta es una elección sobre tu metro cuadrado, sobre tu vida, sobre la escuela la creés que va a hacer a tus hijos, sobre tu espacio, tu seguridad personal"

La candidata que pelea por las mujeres

-Vos sos una de las caras visibles de la ley del aborto, aquel discurso en el Congreso se volvió viral y fue uno de los siete mensajes feministas más poderosos del mundo. ¿Qué significó ese momento para vos?

-Fue un momento muy importante para mí, porque siempre sentí el compromiso de representar y defender los derechos de las mujeres. Lo hice con convicción en decenas de leyes en el Congreso —aunque ninguna tuvo tanta repercusión internacional—. Pero para mí, luchar por los derechos de las mujeres nunca fue una moda.

Por eso, aunque hoy el tema quizás esté menos en agenda, sigo trabajando en esta línea. Porque creo que en Argentina se está perdiendo un enorme talento: el de las mujeres. ¿Sabías que una de cada dos mujeres no forma parte de la población económicamente activa? Es decir, no trabaja ni busca trabajo. Y no es porque no quiera. Es porque combinar maternidad, vida familiar y empleo es extremadamente difícil, sobre todo cuando hay menos recursos disponibles.

Cuando contás con cierta estructura, podés armar una logística —aunque igual suele recaer sobre nosotras—. Pero si no, es muy complejo. ¿Cómo hacés para coordinar el horario del trabajo con ir a buscar a los chicos a la escuela? ¿Quién se ocupa de la casa si no podés pagar ayuda? Esa sobrecarga hace que nuestras trayectorias laborales sean más discontinuas, que nos cueste más sostenernos en el tiempo y que sea más difícil llegar a lugares de decisión.

Silvia Lospennato
"Para mí luchar por los derechos de las mujeres nunca fue una moda".

Si bien hemos avanzado mucho en el derecho al acceso a la salud, todavía falta muchísimo en materia de acceso al empleo. Y creo que ésa es la gran agenda pendiente. Se necesitan políticas públicas a nivel nacional, pero también en la ciudad de Buenos Aires hay cosas concretas por hacer.

Un ejemplo es la red de centros de primera infancia que funciona en la Ciudad. Puede parecer una política orientada exclusivamente a los chicos —para que estén cuidados, contenidos, con docentes desde los 45 días hasta que empiezan la escuela—, pero en realidad también es una política que favorece a las mujeres: porque les da la posibilidad de buscar trabajo, de terminar el secundario, de formarse o de sostener un empleo. Desde la Ciudad se puede —y se debe— seguir colaborando con esta transformación.

El impacto de la corrupción y la Ficha Limpia

-Tras la caída de Ficha Limpia, pensaste en bajarte de la candidatura. ¿Cómo te llevás con el desgaste emocional que a veces implica todo batallar en la política?

-Más que pensar en bajarme de la candidatura, lo que me pregunté fue si realmente valía la pena seguir haciendo política. Hace muchos años que vengo impulsando leyes anticorrupción. La Ficha Limpia es la más conocida hoy, pero también trabajo desde hace tiempo en la ley de Extinción de Dominio, que busca que los bienes mal habidos de los corruptos vuelvan a la gente.

Se trata de que no los veamos paseando por el Mediterráneo, gastando en yates, en lujos, en mujeres a las que luego les transfieren ese dinero mal habido y que termina blanqueado en carteras de lujo o joyas. Todo eso tiene que volver al pueblo.

Entonces, cuando ni siquiera se aprueba una ley tan básica como la de Ficha Limpia —que impide que un condenado por corrupción se siente en una banca para representar a los ciudadanos—, sentís que el camino es cuesta arriba. Y sí, por un momento me pregunté si todo este esfuerzo tenía sentido.

Silvia Lospennato
"Me sostiene mi familia, me sostiene mi fe y también me sostiene una convicción profunda en que la verdad es más poderosa que cualquier poderoso"

Por suerte, esa sensación me duró pocas horas. Después hablé con muchas personas que luchan en serio contra la corrupción en Argentina: denunciantes que lo perdieron todo por atreverse a decir la verdad, que fueron amenazados, extorsionados, y sin embargo siguen firmes. También hablé con familiares de víctimas, como los de la tragedia de Once, que es uno de los casos más claros de cómo la corrupción mata.

Y también con familias que perdieron a sus seres queridos en rutas en mal estado. Porque sí, cuando la plata que iba destinada a obras viales se roba, lo que queda son caminos inseguros. No hay que olvidarse de que Cristina Fernández de Kirchner está siendo juzgada por la causa Vialidad: se desviaron fondos que debían garantizar rutas seguras. Ese desvío tiene un costo humano, y no es menor. Por eso sigo en política: para dar esa pelea.

El costo de la corrupción no se mide solo en plata. Se mide en oportunidades perdidas. En la cloaca que no tenés y hace que tu hijo se enferme. En la cloaca que falta y hace que te inundes y pierdas todo. En la ruta en mal estado que se cobra vidas porque alguien se robó los fondos que estaban destinados a arreglarla. En los chicos que no pueden estudiar porque sus escuelas tienen los techos rotos, los baños destruidos o no tienen calefacción y pasan frío en pleno invierno.

Eso es la corrupción. Y cuando gana, cuando parece que avanza sin consecuencias, dan ganas de bajar los brazos. Pero después de hablar con esas personas —con denunciantes, con víctimas, con porteños de a pie que te piden que no abandones— entendés que no podés rendirte.

Yo quiero poder mirar a mis hijas a los ojos y decirles: “Di las batallas correctas, tal vez no gané, pero dimos las batallas correctas”. Y creo que si cada uno de nosotros se compromete con eso, el cambio llega. Tal vez tarde, pero llega.

Silvia Lospennato
"El costo de la corrupción no se mide solamente en dinero; se mide en oportunidades perdidas; se mide en la cloaca que no tenés y entonces tu hijo se enferma"

-¿Recibiste alguna vez amenazas? ¿Temiste por la vida de tu familia?

-Hace algunos años, cuando trabajaba en un organismo y cuestioné ciertos manejos, no recibí amenazas directas, pero sí advertencias veladas. Me dijeron cosas como: “¿Estás segura de lo que vas a hacer? ¿Segura de que no querés firmar este balance?”. Fue ese tipo de presión. Y por supuesto que respondí que sí, que estaba segura. No firmé nada que me pareciera incorrecto.

Algunas de esas situaciones llegaron a la Justicia y, finalmente, se resolvieron a favor de la ciudad. En ese momento sentí que defendí los intereses de los porteños como debía hacerlo.

Creo que en la política, como en la vida, todo se reduce a una decisión: ¿Con qué podés dormir? ¿Podés mirar a tus hijos a los ojos, a tus padres, apoyar la cabeza en la almohada con la tranquilidad de haber hecho lo correcto?

Algún día, como te digo, tengo la esperanza de que si cada uno hace las cosas bien, queden tan en minoría los corruptos que podamos con ellos. Hoy no es ese día. Esta semana fue una semana triste. Esta semana los corruptos nos volvieron a ganar a los argentinos decentes. Pero algún día, estoy convencida, vamos a ganar nosotros.

Silvia Lospennato
"Vos tenés que mirar a tus hijos a la cara, mirar a tus padres a la cara y también apoyar la cabeza en la almohada con la tranquilidad de que hiciste las cosas bien".

La familia como sostén

-¿Y cómo hacés con tus hijas cuando te toca atravesar este tipo de situaciones?

-Quiero responderte trayendo palabras de personas que enfrentaron a la corrupción desde lugares tal vez más delicados que el legislativo. Porque en mi caso, yo trabajo desde el Congreso impulsando leyes. Pero hablé con jueces que juzgaron a corruptos, con fiscales que enfrentaron causas enormes, y todos me dijeron lo mismo: en algún momento tuvieron miedo, y ese miedo casi siempre apareció cuando sus hijos estuvieron en juego.

Les pregunté muchas veces por qué siguieron adelante. ¿Qué los sostuvo cuando pensaron en abandonar? Y la respuesta se repite: “Mis hijos”. Porque uno puede arriesgarse por convicción, pero cuando entra en juego la seguridad de tus hijos, el compromiso se vuelve más profundo, más complejo, más valiente.

El ejemplo más fuerte que conocí fue el de María Eugenia Vidal. Como gobernadora de la provincia de Buenos Aires tomó una decisión firme: enfrentar al narcotráfico y a las mafias policiales. Desplazó a más de 10.000 efectivos corruptos. Esa decisión tuvo un precio: amenazas, balas dejadas en la puerta de su casa.

María Eugenia decidió, por ella y por sus hijos, irse a vivir a una base militar. Yo estuve ahí. Era un lugar muy austero, pero lo más impactante era entender que no se sentía segura en la provincia que ella misma gobernaba. Ese fue el costo de su valentía.

Silvia Lospennato
"Creo que por todos esos argentinos, argentinas que tienen ese coraje hay que seguir luchando. Algún día vamos a ganar".

Y esas son las cosas que uno ve y aprende de personas como Lilita Carrió, que fue una de las grandes denunciantes de la corrupción en la Argentina. Ella también pagó un precio altísimo: vivir con custodia permanente durante años. Yo la visité en su casa y nadie puede sentirse cómodo viviendo así, con su privacidad invadida, sin poder hacer una vida del todo normal. Pero a la vez, es necesario, porque están en riesgo.

Por eso, por todas esas personas que eligieron el camino del coraje, que no se callaron, que dieron las peleas difíciles aun sabiendo lo que les podía costar, creo que no podemos bajar los brazos. Algún día vamos a ganar.

-¿Qué cosas te sostienen en los momentos difíciles?

-Lo que me sostiene en los momentos difíciles es mi familia, mi fe y una convicción profunda en que la verdad siempre es más poderosa que cualquier poder. Cuando uno tiene la verdad de su lado, como me pasó estas semanas con la tristeza del fracaso de la ley de ficha limpia y todas las mentiras que se dijeron, me siento triste, pero tranquila. Sé que luchamos hasta el final para que esa ley fuera una realidad, y sé lo complicado que es enfrentarse a la impunidad.

Esa noche cuando yo llegué a mi casa, estaba muy triste y hablaba con mi marido. Él me decía, "¿por qué vos pensás que alguien tan insignificante va a poder con toda esta gente tan poderosa, con tanto dinero, que han robado tanto que puedan, digamos, financiar un montón de cosas?" Y yo le contesté: "No soy yo, somos millones". Lo que me da pena es que millones no podamos contra un grupito de impunes. Por eso, me encuentro fuerzas en la fe, en la familia y en la certeza de que la verdad prevalece, que la honestidad siempre gana, y que el camino puede ser largo, pero si no lo abandonás, al final, se logra.

Silvia Lospennato
"La noche que cayó ficha limpia, mi marido me preguntó: ¿Por qué vos pensás que alguien tan insignificante va a poder con toda esta gente tan poderosa, con tanto dinero, que han robado tanto que puedan, digamos, financiar un montón de cosas?" Y yo le contesté: "No soy yo, somos millones".

-Tenés dos hijas, Agustina de 13 y Guadalupe de 17 años, ¿qué te dicen ellas de tu trabajo?

-Cuando Mauricio (Macri) me propuso encabezar la lista, les pregunté a ellas qué opinaban, porque sabía que era un desafío grande. Guadalupe, la mayor, me dijo: "Mamá, no quiero que te expongas tanto... Decí que no, porque vos estás tranquila en el Congreso, ¿para qué te vas a exponer a eso?". En cambio, Agustina me dijo: "Mamá, a mí la política no me interesa, así que hacé lo que quieras".

Finalmente, cuando tomé la decisión, se los conté y, a los dos minutos, ya no importaba lo que pensaran: estaban al lado mío, apoyándome, acompañándome en todo. Ayer, por ejemplo, volví tarde de trabajar porque tenía muchos programas de televisión y cosas de la campaña. Cuando estaba llegando a casa, me mandaron un mensaje: "Vino la abuela, nos trajo milanesas". La mayor las había puesto en el horno, y la más chica había preparado unas verduritas salteadas. Cuando llegué, ya habían puesto la mesa para las tres, porque mi marido había ido al partido de River. Mis hijas son muy compañeras.

-¿Cuál es la rutina que tienen juntas que no negociás más allá de la agenda política?

-Hay una noche a la semana que no negociamos. Una vez por semana, mi marido cena con sus amigos, y esa noche la llamamos "noche de chicas". Elegimos una película, generalmente algo entre comedia y romántico, menos terror, porque no me gusta. Luego armamos un ranking de las peores películas que vimos, y cada una tiene que decir quién es la culpable de la selección. Yo vengo ganando, porque he fallado un par de veces con las elecciones. También decidimos qué vamos a comer, ya sea pidiendo algo o cocinando nosotras, pero es nuestro momento especial de la semana.

Silvia Lospennato
"El día del fracaso de ficha limpia, mis hijas me abrazaron, y al otro día me cargaban con los memes".

Otra cosa que nos gusta mucho, ahora que ya son más grandes, es ir de compras juntas, hacer shopping. Y tenemos nuestras "girls maths": todo lo que compramos lo dividimos entre las tres, porque después lo usamos todas. Así que lo pagamos a tercio. Nos reímos mucho con eso, y la verdad es que, ahora que ya están más grandes, compartimos bastante... Aunque después hay que hacer un rastreo por los placares de todas para ver quién usó qué.

-Contaste que el día que fracasó Ficha Limpia, llegaste triste a tu casa, ¿cómo te recibieron ellas?

-Vinieron a abrazarme apenas me vieron. Guadalupe, la más grande, estaba mirando la tele cuando pasó todo esto, y me mostró su apoyo. Las dos me abrazaron, y al día siguiente me empezaron a cargar con los memes. Los chicos tienen esa habilidad para desdramatizar las situaciones.

-¿Qué tipo de mamá dirías que sos?

-Soy una mamá que no comparte tanto tiempo, porque paso mucho tiempo fuera de casa. Pero el tiempo que paso con ellas es de súper calidad. Cuando estoy con mis hijas, tenemos nuestra noche de chicas, planificamos cuándo vamos a ir al cine los cuatro... Siempre buscamos esos momentos especiales juntos.

Los fines de semana trato de estar lo más posible, aunque ahora, con la campaña, no sea fácil. A veces, aunque llegue tarde a casa, si al día siguiente hay prueba de historia, geografía o matemáticas, me quedo hasta tarde repasando con ellas. Al otro día, nos levantamos temprano para seguir repasando. Intento siempre darles ese tiempo de calidad, esa conexión madre e hija.

Silvia Lospennato
"Soy una mamá que no comparte tanto tiempo porque estoy mucho tiempo afuera de casa, pero el tiempo que estoy es de súper calidad".

-¿Y cómo es el rol de tu marido con respecto a tu trabajo? ¿Qué opina, qué te dice?

-Mi marido se mantiene lo más ajeno posible a la política. Nunca le interesó, y preferimos no hablar de política cuando estamos en casa, intentando mantener ese tema fuera de nuestro entorno familiar. Lo conocí cuando tenía 18 años y él 19. Es diseñador gráfico y trabaja en la empresa editorial de libros jurídicos, que dirige junto a su padre y su hermana. Hemos crecido juntos, hemos hecho nuestras carreras de manera paralela, nos casamos, tuvimos hijas y construimos nuestra vida en conjunto.

-Creciste en una familia numerosa, ¿cómo fue esa experiencia?

-Sí, soy la mayor de cinco. Para mí, ser parte de una familia numerosa fue lo mejor. Amo la relación que tengo con mis hermanos, somos muy unidos. Tengo una hermana que vive en Valencia desde hace unos años, pero siempre alguno de nosotros viaja para que no pase tanto tiempo sin ver a nadie de la familia. Somos tantos que siempre hay alguien disponible para visitarla, y además hablamos todos los días por WhatsApp.

Somos cuatro mujeres profesionales, y un hermano varón que heredó el oficio de mi papá, que es chapista. Mi papá se jubiló hace tres años, pero el taller, Lospennato, tiene 60 años y sigue en Villa Pueyrredón. En cuanto a nosotras, yo soy politóloga, mi hermana número dos es arquitecta, la tercera es abogada, el varón sigue en la tradición del taller y la última es psicóloga.

Silvia Lospennato
"El principal valor que me transmitió mi familia es el del trabajo y el esfuerzo. Con esfuerzo se consigue todo en la vida".

-¿Qué valores te transmitió tu infancia que todavía hoy llevás al Congreso cada vez que tenés que pelear por una ley?

-El valor del trabajo. Mi papá trabajaba de sol a sol durante toda mi infancia. Lo que más disfrutábamos era verlo los domingos, porque los sábados también trabajaba. De lunes a viernes, él salía muy temprano y volvía cuando ya estábamos en la cama. Nos saludaba, nos daba un beso y a veces nos dejaba un paquetito de Manón, una bananita Dolca, algo para la merienda del día siguiente en la escuela. Ese era nuestro momento con él.

Siempre lo vi trabajar, y mi mamá, ama de casa con cinco hijos, también era un ejemplo de esfuerzo. Trabajaba en una casa de cortinas, pero después de mi tercera hermana se le hizo muy difícil compaginar todo, como le pasa a muchas familias. El principal valor que me transmitió mi familia es el trabajo y el esfuerzo. Con esfuerzo se consigue todo en la vida.

Nosotros aprendimos esto y somos todos fanáticos del trabajo, workaholics, todos cortados por la misma tijera. Además, mi papá me enseñó lo más importante: la decencia. Es un orgullo caminar por Villa Pueyrredón y que la gente me diga: "Vos sos la hija del chapista, Miguelito, qué buena persona es tu papá". Eso se transmite y es fundamental.

El otro día, el presidente Luis Lacalle Pou dijo en una cena de la Fundación Pensar, que es nuestra fundación del PRO, que en Uruguay nadie puede hacer política sin cumplir dos condiciones: ser buena persona y ser honesto. ¡Imaginá si eso ocurriera en la Argentina! La transformaríamos de manera radical.

Silvia Lospennato
"De chica tenía sueños más grandes, te diría. Quería ganar un premio Nobel, pero no sé de qué".

-¿Te imaginabas de chica que ibas a llegar a donde estás hoy?

-De chica tenía sueños aún más grandes, te diría. Quería ganar un premio Nobel, aunque no sabía muy bien de qué. Creo que ni entendía bien en qué consistía, pero es gracioso recordar esa anécdota en la que teníamos que dibujarnos cómo nos veíamos de grandes. Yo me dibujé en un podio, levantando un premio Nobel, sin explicar de qué. Además, quería ser astronauta.

Ya un poco más grande, pensé en seguir una carrera vinculada a la Astronomía, pero tenía muchas dificultades. Finalmente, me dediqué a la ciencia política, y en broma digo que nos perdimos un gran científico para la Argentina. No sé qué hubiera pasado si hubiera seguido esa carrera, pero en realidad comencé ambas, hice los dos CBC, y me enamoré de la ciencia política. Es una carrera hermosa, la volvería a hacer, pero siempre me gustó mucho la ciencia.

-Dicen que sos el corazón del PRO, ¿Cómo te sentís con esta definición?

-Mi corazón es recontra amarillo. Comparto y reflejo los valores de mi partido lo mejor posible. Estoy muy orgullosa del camino que hemos recorrido para construir esta ciudad en la que vivimos hoy, y me siento muy responsable de representar esos valores de manera adecuada.

Así que tengo un corazón amarillo, y me encantaría que todos los que se sienten parte del PRO, que lo acompañaron, vean que hay una persona en la legislatura que los va a representar, que comparte esos mismos valores.

Silvia Lospennato
"Estoy muy orgullosa del camino que hicimos para construir esta ciudad en la que vivimos hoy y me siento muy responsable de representar bien esos valores".

-Si te pido que me digas algo de Mauricio Macri...

-Mauricio Macri es un gran líder político de la Argentina, una persona que vino a aportar y transformó la forma de hacer política, poniendo la gestión en el centro. Hoy para mí es un gran mentor.

-¿Y Horacio Larreta?

-Horacio fue una persona muy valiosa dentro de nuestro partido. Creo que se equivocó al abandonar el PRO, el partido que le dio todas las oportunidades de competir y liderar. Ahora decidió irse y competir contra nosotros. Horacio es un opositor hoy en día, no quiere que al PRO le vaya bien en esta elección. Lamentablemente, decidió dividir la oferta electoral y presentarse como un opositor más. Es una lástima.

-¿Sentís que ser mujer te puso más obstáculos a la hora de ocupar espacios de poder?

-Ser mujer es definitivamente un desafío para ocupar espacios de poder. Generalmente, cuanto más desafiante es una elección, las mujeres tenemos más chances de liderar una lista. Eso se llama el "risco de cristal", está estudiado: cuando las empresas enfrentan situaciones complicadas, eligen a mujeres para ser CEOs por nuestras características especiales, como nuestra resiliencia. Las mujeres tenemos una gran capacidad de afrontar situaciones difíciles y salir adelante.

Silvia Lospennato
"Hay que insistir y no darse por vencida, que tenemos las mismas capacidades y que tenemos que levantar nuestra voz".

- ¿Cuál es fue el momento esto más duro que te tocó vivir?

-Hubo un momento que marcó profundamente mi vida, y tal vez lo estoy pensando ahora porque justo antes de esta nota hablé con mi primo: fue el secuestro de un primo, Juan Manuel Canillas, en el año 2002. Fue un secuestro express y lo asesinaron. Juan tenía 23 años y fue un momento durísimo para toda nuestra familia.

Mi tía, Marta Canillas, es una de las madres del dolor, una persona a la que admiro muchísimo. Después de sufrir el asesinato de su hijo, transformó todo ese dolor en ayuda a otros, y fue una de las fundadoras de las Madres del Dolor, junto con otras madres que también perdieron a sus hijos en hechos violentos. Ellas hacen un gran aporte a la ciudadanía y a la comunidad, acompañando a las familias que atraviesan situaciones similares. Aunque estos casos no siempre se mediatizan, siguen sucediendo en Argentina, como lo vimos recientemente con el caso de Loan.

Es algo para lo cual los padres no estamos preparados. La muerte de un hijo no es lo natural, y mucho menos si es de manera violenta. Creo que ese fue uno de los momentos más duros de mi vida personal y de toda mi familia. Espero que nunca volvamos a vivir otra crisis como la del 2001, y que los argentinos siempre podamos estar mejor y mirar hacia adelante, sin caer en esas crisis tan profundas.

-¿Pensás en su futuro más allá de la política, qué te gustaría hacer fuera de la política?

-Me gustaría estudiar historia. No sé si cursar la carrera completa, pero es un sueño que tengo para cuando me jubile, porque me encanta leer sobre historia, y en este momento no tengo tiempo para hacerlo. Creo que es un buen plan para la jubilación...

-¿Qué aprendiste como mujer en la política que también te transformó en lo personal?

-Que hay que insistir y no darse por vencida. Las mujeres tenemos las mismas capacidades y tenemos que levantar nuestra voz. La unión es importante. A veces tenemos que unirnos con otras mujeres que no piensan exactamente igual que nosotras, pero si encontramos un objetivo común, debemos trabajar juntas porque eso nos hace avanzar a todas.

-¿Qué te gustaría que dijeran de vos en un futuro cuando dejes la política?

-Que fui una persona buena y honesta en la política.

-¿Y y cómo te ves de acá a 10 años?

-(Ríe) Ay, más vieja, ¡pero espléndida! Me veo acompañando a mis hijas en etapas importantes de sus vidas, tal vez ayudándolas a elegir la ropa si alguna decide casarse, organizando su fiesta de casamiento… Me imagino en esas escenas de series americanas con mamás que hacen todo junto con sus hijas. Me veo a las tres juntas, acompañándolas en el siguiente paso de sus vidas.

Fotos: Chris Beliera

Maquilló: Luana Clemente @luani.makeup para @sebastiancorreaestudio

Retoque: Julieta Scavino

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