"¡Estoy traumada... Me acaban de confirmar que tengo disgeusia!", comienza Thalía diciendo en un video de Tik Tok.
La estrella mexicana sorprendió a sus seguidores de las redes sociales con esta noticia sobre su salud. Según ella misma describió, "es una alteración del gusto con un sabor constante a sal, a metal, 24x7 y no puedo dejar de sentirlo".
"De las pocas cosas que me ayudan, es tomar agua con limón, es tomar cosas como con vinagre, es comer cosas con mucha sal".
"Es raro porque el olfato está perfecto, puedo oler todo. Cuando como, todo me sabe. Pero, después de que dejo de comer, tengo este sabor constante en la boca 24x7".
"Me empezó a finales del año pasado, pensé que se iba a terminar pero no, sigue igual. Me han dicho que pueden ser meses o tal vez años. No, no, no, así yo no puedo".
"Dime si tienes disgeusia, dime porque quiero entender más", cerró su video la mexicana, quien demostró estar tomando su diagnóstico con buen humor.
Qué es la disgeusia
La disgeusia es una alteración del gusto. "Puede resultar en sensaciones gustativas desagradables que van desde metálicas hasta saladas o amargas. Este sabor se describe como asqueroso o rancio y puede durar mucho tiempo hasta que se trate la causa subyacente", afirman desde la Clínica Mayo.
Entre sus causas, existe "una amplia gama de condiciones médicas e incluso situaciones cotidianas. La mala salud dental y la mala higiene son otras de las causas más comunes del mal sabor de boca", por ejemplo.
Y añaden: "Puede ocurrir después de comer, después de toser o constantemente, dependiendo de la causa. Muchos tipos diferentes de medicamentos recetados o de venta libre pueden interferir con el sentido del gusto y pueden producir una sensación desagradable del gusto".
Por otro lado, desde el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial afirman que la disgeusia se caracteriza por un persistente sabor metálico, salado o rancio en la boca. sta condición de disgeusia puede ser atribuida a cambios fisiológicos del organismo, enfermedades o infecciones orales, problemas dentales, uso de ciertos medicamentos, deficiencias nutricionales, exposición a sustancias químicas, y condiciones médicas como diabetes, enfermedades renales, tratamientos contra el cáncer, cirugías en el oído, nariz o garganta, lesiones en la cabeza o trastornos neurológicos.
Esta condición puede darse en personas no diagnosticadas con diabetes tipo 2, aquellas que presentan deficiencias de zinc y sequedad de boca; algunos otros cambios que podrían alterar el sentido del gusto es el propio envejecimiento e, incluso, la menopausia.
Finalmente, si bien esta condición puede afectar la calidad de vida, no reviste gravedad y puede ser abordada de manera interdisciplinaria o bien para curarse o para que la persona aprenda a convivir con ella.
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