ESPACIO LA IBERICA. Asentada desde 1892 a metros del puerto de Montevideo, La Ibérica –la casa de decoración más tradicional de la capital uruguaya– cumple 127 años. Y para festejar este nuevo aniversario, sus directoras creativas encararon un cambio de estilo para su histórico edificio. Otro reflejo de la cultura de innovación permanente de una marca que con su e-commerce de vanguardia soluciona a distancia el equipamiento de las mejores casas en Uruguay.
“Rescatar lo valioso de la tradición y elevarlo con los aportes de la modernidad es una fórmula que lleva a resultados únicos”, sostienen las directoras creativas de La Ibérica. “Por eso nuestra receta para crear espacios singulares y personales es combinar objetos con historia –ligados a nuestra familia o a experiencias personales– con piezas modernas que aporten frescura, comodidad y todo lo bueno que ofrece la innovación en materiales y diseño”, aseguran las hermanas Ema y Paula Delgado, quienes manejan la empresa junto a su madre, Patricia Lockhart, todas descendientes del fundador de la marca. Esa fórmula aplica tanto a la reforma encarada sobre el edificio neoclásico de 1850, que ahora combina toques industriales neoyorquinos con jardines verticales, mostradores antiguos de mármol y una iluminación híper moderna hecha a medida en España, como a la amplia oferta de productos para la casa que se exponen en el local y se ofrecen desde su tienda online: más de 5000 ítems que van desde sillones, muebles, mesas y objetos de decoración hasta iluminación, cristalería y vajilla. Todo el equipamiento de una casa en Uruguay se resuelve en La Ibérica, en persona o a un clic de distancia.
“Desde chiquitas sabemos que el entorno donde transcurre nuestra vida impacta en nuestro estado de ánimo. Buscamos objetos que nos saquen una sonrisa, que nos hagan disfrutar de casa más que de cualquier otro lugar en el mundo: sillones cómodos para relajarse, una linda taza de té para acompañar las pausas, lindos vasos para el desayuno… Son pequeñas alegrías que vivimos día a día y que, gracias al diseño, el estilo y la funcionalidad, podemos disfrutar de otra manera”, aseguran Patricia y sus hijas Ema y Paula. Respectivamente nieta y bisnietas del fundador escocés de la marca, quien trajo por primera vez a Uruguay grandes marcas europeas como Christofle, Limoges, Rosenthal, Hutschenreuther y Val Saint Lambert, fueron criadas en una cultura de amor por la casa y hoy recorren el mundo en busca de “cosas divinas” para vestirla y equiparla, al servicio de la funcionalidad y el estilo. Para comprobar su buen gusto basta una visita a este local emblemático, una parada obligada para los amantes de la decoración.
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