Tantas veces habrá hablado de la pandemia en sus programas, sin imaginar que algún día él sería una víctima más del COVID. Tampoco debe haber imaginado que en su despedida no iban a participar su mujer ni su hija. Las dos están aisladas por contacto estrecho.
El último adiós a Mauro Viale no podía ser más triste. Desconsolado Jonatan, su hijo, acompañado de su mujer, fueron los únicos familiares que pudieron estar presentes en el cementario israelita de La Tablada acompañando al periodista en su despedida.
Al dolor de su pérdida, Leonor Amalia Schwadron, su mujer de hace más de 50 años, tuvo que conformarse sin poder verlo por última vez ni despedirlo.
El sábado lo habían internado porque no saturada bien el oxígeno en sangre, el domingo estaba mucho mejor pero al caer la tarde, sufrió un paro cardíaco y no puso superarlo.
En solitario, sin consuelo y consternado, Jony acompañó al féretro donde yacía el cuerpo de su papá, ese modelo que lo inspiró a seguirle los pasos en la carrera de periodista.
Mientras tanto, en el piso de la Torre Le Parc donde tantos años convivió con su marido, Leonor lo despidió a la distancia, experimentando la soledad de la viudez tras haber compartido 50 años de su vida con el hombre de su vida.
En medio de las restricciones que impone la virulenta segunda ola de COVID, al dolor de perder a su compañero de toda la vida a Leonor se suma la tristeza de no haber podido estar ahí con Jony e Ivana dándole el último adiós al padre de sus hijos.