Si quisiéramos imaginarnos en nuestra vida cotidiana en una visión idílica de nosotras mismas, nos veríamos fluyendo, resolviendo, avanzando, en todas las situaciones, conflictos o problemas.
En la realidad, es mucho más factible que nos bloqueemos, dudemos, nos confundamos y maldigamos por las esquinas, pues las cosas no han salido como queríamos.
Entender cuáles son los grandes paralizantes de nuestra existencia y liberarlos, es algo que el Método Amaranta puede proponer a las lectoras de Para ti.
La primera paralizadora: la duda
La duda es la que crea la confusión a nuestro alrededor que no permite que fluyamos hacia algo. Si no ves el camino, cómo sabes cuál es la senda que vas a pisar? Es la actitud que más energía nos quita, puesto que mientras dudas, no haces, no vives, no sientes… es la preferida del ego, es más, el ego vive en la duda.
Es mejor equivocarse que dudar, porque al menos en la equivocación se aprende, se avanza!!! Con la duda no se aprende, se vive en la mente, no se puede escuchar al corazón con su respuesta adecuada, para saber cómo salir de la duda.
La solución: sentir la respuesta en tu corazón; tomarse unos minutos para relajarse y respirar, sentir hacia donde ir, sin perder el tiempo dudando; elegir la opción más iluminada, la que te hace sentir mejor, soltando las otras opciones y focalizándote en los puntos positivos de tu elección; simplemente avanzar!
Tener la autoestima alta es clave
El segundo paralizador: la falta de confianza en una misma
El no saber si se está haciendo lo correcto, muchas veces viene acompañado por una falta de confianza en lo que una siente, quiere, piensa… Si no se escucha el interior, no se puede ser guiado.
La confianza se crea por un aumento del amor hacia la propia persona. Amarse significa ser capaz de admitir los errores con responsabilidad, pero sin carga; ver la mejor parte de una misma, estar dispuesta a tener paciencia con los propios procesos.
Para no ser paralizado en una situación, hay que entender si el bloqueo es externo o interno. Y no hay energía externa que pueda bloquear el interior, si este es guiado por el corazón y sabe a dónde va. Observa si el externo está formando parte de tu camino o no dejándote caminar.
La solución: permítete ser, pensar y sentir desde tu interior. No importa si lo que haces está bien o mal, lo que importa es que hagas lo que sientes.
El miedo también paraliza
El rey de los bloqueadores es el miedo. Miedo a ser juzgadas, a no ser aceptadas, amadas,… miedo a no hacerlo bien, miedo que provoca estrés, ansia, preocupación, etc.
Primero hablemos del miedo al juicio: el gran ladrón del poder humano. Lo que los demás piensan de ti, en otras existencias te provocó grandes dramas e incluso la muerte. Su recuerdo está presente a través de tu alma. Cuando permites que te afecte, le estás dando tu poder a otro. Piensa en cuánto poder has otorgado a los demás por juzgarte! Piensa cuánto poder has robado al juzgar a otros. Mira a los demás en su mejor versión. Obsérvales con los ojos del corazón y así les entenderás desde su empatía y no desde el juicio.
El corazón siempre une
La solución: No se te olvide que cada uno tiene su verdad. Observa a la gente de la calle que te mira, como si fueran moscas. A nadie le preocupa lo que piensen las moscas, por qué ha de preocuparte lo que piense alguien que ni conoces, ni te interesa?
Pensar de manera diferente es normal, pues tenemos cabezas diferentes. El ego siempre diferencia y el corazón siempre une. Lo que piense cualquiera no es más que un reflejo de su propia sombra, de sus propios complejos y problemas. No permitas que te afecte. No le otorgues tu poder a las moscas…
El miedo en general, siempre paraliza. Lo hace como una respuesta instintiva de protección, que proviene de épocas donde salir corriendo de un león, podía salvarte la vida. Está en nuestro ADN. Es normal sentir miedo.
Luego viene nuestra parte humana, que sabe que los miedos hay que superarlos, porque si no se vuelven nuestro peor enemigo.
Miedos hay muchos y para liberarlos completamente, es aconsejable una terapia del método amaranta. Mientras tanto, visualiza tus miedos e imagínate que los resuelves. Hasta que no visualices que has superado un determinado miedo, te va a acompañar y se hará más poderoso que tú. No le des tu poder al miedo.
La solución: el amor vence al miedo, lo trasciende; así que respira en tu corazón y llénate de amor; siéntete acompañada y protegida; deja que esta sensación te colme y visualiza como te sientes más fuerte. El miedo se libera al instante.
Llegó el momento de encontrar una solución
Los bloqueos se manifiestan porque hay distintas situaciones externas que te tironean hacia un lado y hacia otro, obligándote a elegir.
Sé la persona que quieras ser, decide por ti.
No culpes a otros de tus decisiones, porque nadie te puede obligar a hacer lo que no quieras hacer. Naciste con libre albedrío. Es una ley del Universo. Ningún ser puede cambiar eso.
Te pueden hacer creer, te pueden intentar convencer, te pueden intentar arrastrar… Pero si tú no haces lo que sientes, la responsabilidad es tuya, pues es tu vida. Que cada cual viva la suya. No dejes que roben tu poder, no se lo otorgues. Haz lo que quieras hacer. Ve donde quieras ir. Estás siguiendo tu destino.
Lo mejor para ti, al final es SIEMPRE lo mejor para todos.
Autora de esta nota: Amaranta.
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