Positivos y contactos estrechos: ¿qué hacer cuando no sabemos qué hacer? - Revista Para Ti
 

Positivos y contactos estrechos: ¿qué hacer cuando no sabemos qué hacer?

Salvador Peiró es investigador de Área de Investigación en Servicios de Salud, Fisabio en España. Y ante la explosión de casos positivos en el mundo, estos son sus consejos.
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Las cifras oficiales de transmisión de covid están creciendo de forma vertiginosa, hasta ir igualando (y probablemente superarán en las próximas semanas) las de oleadas previas.

Afortunadamente, las elevadas cifras de vacunación alcanzadas, sobre todo en mayores de 60 años, hacen que la situación de las hospitalizaciones y muertes sea –al menos por el momento– menos grave que en las oleadas anteriores.

No obstante, nuestra percepción subjetiva de la situación nos dice que el número de real de casos (contagios) es todavía mayor. Familiares, amigos o compañeros nos llaman para felicitarnos las fiestas y, de paso, decirnos eso de “dio positivo”. O en el mejor de los casos “fulanito dio positivo”, o “en la clase de mi hijo hubo un positivo”. Y lo hacen con mucha mayor frecuencia que en otras oleadas.


Afortunadamente, la mayor parte de las veces –aunque no siempre– estos mensajes se acompañan de un “tranquilo, estoy bien”.

Es más que posible que haya mucha más transmisión de la que somos capaces de detectar. Muchos casos asintomáticos o paucisintomáticos no buscan atención médica. Muchos vacunados, aun sintomáticos, atribuyen sus síntomas a resfriados u otros cuadros menores y tampoco se someten a pruebas diagnósticas.

Otros (positivos en prueba de antígenos de venta al público o contactos estrechos) no consiguen contactar con unos servicios de atención primaria que, pese a su esfuerzo por responder, andan sobrepasados entre vacunaciones, realización de PCR, seguimiento de positivos, rastreos de contactos y el mantenimiento de la atención a los pacientes más complejos.

Mientras las hospitalizaciones saturan los hospitales, los contagios –incluso si la mayoría son leves– desbordan la capacidad de respuesta de la atención primaria. Estos casos tampoco existen para las estadísticas oficiales.

En este artículo intentamos dar algunas ideas de cómo actuar en estas situaciones. Son adecuadas en muchas situaciones generales, pero no para algunas situaciones concretas (residencias, colegios, prisiones, centros sanitarios u otros con personas vulnerables, etc.) que requieren un manejo específico.

¿Qué hacer si tengo síntomas compatibles con covid-19?


Olvidate de la idea de que como estás vacunado o tuviste COVID será un resfriado u otro cuadro viral. Actuá como si fuera positivo (aislamiento) hasta descartarlo con una prueba diagnóstica. Buscá la manera de hacerte el test y contactá con tu obra social o prepaga si te da positivo o tenés síntomas.

Los síntomas de sospecha (suele aparecer más de uno) pueden ser la presencia de fiebre o escalofríos, tos, dificultad para respirar (“falta de aire”), fatiga, dolor de cabeza, dolor muscular, pérdida (reciente) del olfato o el gusto, dolor de garganta, congestión nasal (“moqueo”), náuseas o vómitos y diarrea.

La dificultad para respirar es el síntoma más preocupante y requiere consulta médica urgente para su valoración. También debes buscar atención urgente si presenta dolor o presión persistente en el pecho, confusión, o color pálido o azulado en piel, labios o el lecho de las uñas.

¿Qué hacer si soy “positivo”?


Mantené el aislamiento y usá barbijo. Contactá a obra social, prepaga o médico. El aislamiento debe durar un mínimo de 10 días desde inicio de síntomas (o la fecha de la prueba para los asintomáticos), aunque si los síntomas se mantienen, el aislamiento podría prolongarse. Dejá de lado esas falsas ideas de que los vacunados, los que tuvieron COVID o los niños no contagian o no pueden contagiarse. Cumplí estrictamente el aislamiento.

En la mayor parte de los casos, los cuadros son leves y no requieren un seguimiento intenso por parte de atención primaria. Pero si tenés dificultad para respirar o alguno de los síntomas para buscar atención urgente comentados previamente contactá con un servicio sanitario lo antes posible.

Es muy probable que sus convivientes se hayan contagiado. Son contactos, más que estrechos, estrechísimos. También aquellas personas con las que recientemente haya compartido el aire que respira (sobre todo en los dos últimos días). Advertiles. Aunque estén vacunados o hayan tenido COVID.

Los contagios pueden producirse en cualquier sitio. También en el trabajo, en actividades deportivas, docentes, de culto, etc. La posibilidad de contagiar es más alta si el encuentro se produjo en espacios cerrados, mal ventilados, sin barbijo, con proximidad y fue prolongado.

¿Qué hacer si soy contacto estrecho?


Incluso si te hubieras contagiado, las pruebas diagnósticas, incluyendo la PCR, no darán resultados positivos hasta los 3-5 días del contacto con la persona que te contagió. Aislate. Hacerte una prueba antes (salvo que tuviera síntomas de COVID) es de poco valor y el resultado negativo no permite levantar el aislamiento. Si la prueba al 5º día es negativa podés levantar el aislamiento.

Si estás vacunado deberías hacer exactamente lo mismo que si no lo estás. Recordemos que las cargas virales de los infectados vacunados son similares a las de los no vacunados y que, hasta donde sabemos, ómicron incrementa notablemente el riesgo de infecciones de brecha (en vacunados) y reinfecciones (en personas que han sufrido previamente COVID).

¿Qué hacer si no tengo síntomas y no soy contacto estrecho ni positivo?


¿Que debería hacer cualquier persona en una situación de transmisión tan elevada? Básicamente, reducir en lo posible el riesgo de ser caso o contacto estrecho de un caso. Esto tiene dos componentes: desconfiar de los mitos y leyendas que circulan por todas partes y actuar evitando al menos las situaciones de mayor riesgo.

En lo primero, ni el COVID se ha convertido en un catarro (aunque muchas personas sólo sufrirán cuadros leves), ni los vacunados –o los que la pasaron– no pueden contagiarse o contagiar (aunque probablemente lo hacen algo menos).

Actualmente, la vacunación o haber tenido COVID (y, sobre todo, ambas cosas) mantienen la protección frente al riesgo de desarrollar COVID grave (de tener que ser hospitalizado o de morir). Pero no completamente. Y probablemente un poco menos cuanto mayor es la distancia desde la vacunación. Y probablemente menos con la expansión de ómicron.

Mucha transmisión derivará (ya lo hace) en el desbordamiento de la atención primaria. Y muchos pacientes sufrirán las consecuencias. Además, si las cifras de contagios son elevadas también saturarán los hospitales y dificultarán la atención de los casos (covid y no covid) más graves.

Y si aproximamos el límite en que ya no podemos atender adecuadamente a los casos más graves, las restricciones duras serán inevitables. Y las restricciones incrementarán la pobreza y la infelicidad de muchas personas y, por descontado, el malestar social, el malestar de todos.

Son tiempos festivos, pero también el momento para reducir nuestros encuentros. Si podés evitar contactos, de cualquier tipo, evítalos. Si no podés, mejor al aire libre. Si no puede ser al aire libre, mejor en locales bien ventilados, y manteniendo distancia y barbijo siempre que sea posible.

Y cuando te toque, date tu tercera dosis. No la postergues. No es el momento.

The Conversation

Más información en parati.com.ar

   

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