Ya pasaron cuatro años de la absurda muerte de Débora Pérez Volpin, la periodista y legisladora que perdió la vida mientras se hacía un estudio de rutina.
Débora, que tenía 50 años cuando falleció, había asistido al Sanatorio de La Trinidad de Palermo a realizarse un chequeo debido a unos dolores que sentía en su abdomen. Se había internado la noche del 5 de febrero, acompañada por su madre, y estaba lista para hacerse una serie de estudios para detectar qué le ocasionaba las molestias física.
En pareja con el periodista Enrique Sacco, Débora estaba viviendo uno los momentos más plenos y decisivos de su vida, ya que hacía pocos meses había tomado la determinación de dejar de lado el periodismo y su puesto en Canal 13 para dedicarse de lleno a la política, su nueva pasión.
En 2017 había lanzado su candidatura como legisladora por la ciudad de Buenos Aires, cargo por el cual había conseguido ocupar una banca en la Legislatura Porteña. Poco antes de su muerte, había participado de una sesión -la primera y la única-, el 22 de diciembre de 2017.
Pero un malestar estomacal la llevó a principios de febrero a pedir un turno para hacerse un chequeo y había conseguido un lugar para el miércoles 7. Pero cuando se presentó en el Sanatorio, le comentaron que había lugar disponible y que los estudios se podían adelantar.
HIja de un médico, el doctor Aurelio Pérez Flores, que fue director del Hospital Fernández, a Débora le pareció una buena noticia, ya que podría terminar con sus estudios antes de lo pensado.
“Chicos no se asusten, estoy internada. Me voy a hacer una endoscopía porque me duele mucho el abdomen”, escribió en su Whatsapp para avisarle a sus compañeros de bancada que estaba bien y que ese día seguramente no iba a asistir. El mensaje fue enviado cerca de las 13 horas del martes 6.
Luego, en horas de la tarde, la legisladora ingresó al quirófano donde se le realizaría la endoscopía y por una mala praxis sufrió un paro cardíaco y murió. Uno de los primeros que se acercó al Sanatorio fue Quique Sacco, su pareja, y después su ex pareja, Marcelo Funes y sus hijos, Agustín y Luna, que tenían 19 y 17 años.
La muerte de Pérez Volpin se aclaró mucho tiempo después, tras el juicio realizado al endoscopista y a la anestesista que actuaron en la realización del estudio de rutina y que, por mala praxis, causaron el fallecimiento de la querida periodista. Según las noticias difundidas en julio de 2019, la Justicia condenó al endoscopista Diego Bialolenkier a tres años de prisión en suspenso y la anestesista Nélida Inés Puente fue absuelta por el «homicidio culposo» de la periodista y legisladora.
