Gabriel Corrado contó en exclusiva cómo se organiza en su casa: "Todo es muy democrático, con mi mujer compartimos las tareas domésticas; si ella cocina, yo lavo los platos" - Revista Para Ti
 

Gabriel Corrado contó en exclusiva cómo se organiza en su casa: "Todo es muy democrático, con mi mujer compartimos las tareas domésticas; si ella cocina, yo lavo los platos"

Se conocieron cuando él era un actor del under y, al poco tiempo de estar juntos, él ya era una gran estrella de la televisión pero el éxito y la fama no fueron motivos para separarlos, todo lo contrario: el actor asegura que Constanza fue un gran motor en su carrera y que, juntos, lograron formar la familia unida con la que siempre soñó. Hoy conduce Mañanas públicas y es uno de los protagonistas de la tercera temporada de Riviera, la serie inglesa que se emite en Europa, Estados Unidos y varios países de Latinoamérica. 
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A Gabriel Corrado se lo nota contento y confiesa cuál es el motivo. "Me había anotado para vacunarme contra el COVID y me llamaron la semana pasada así que ya tengo mi primera dosis aplicada. Confieso que es una gran tranquilidad saber que tenés cierta protección cuando venís a trabajar todos los días y estás en contacto con mucha gente", dice.

El actor está al frente de Mañanas Públicas – de 10 a 12 AM en la TV Pública- y asegura sentirse muy cómodo en el rol de conductor.

-¿Te sorprendió recibir una propuesta laboral tan importante en plena pandemia?

-Yo creo mucho en la ley del deseo -aquella que establece que podemos atraer las cosas que queremos y lograr que se concreten- así que no me resultó extraño que me llegara esa oferta: hacía tiempo que tenía ganas de conducir un programa como éste.

-Me decías que te sentís cómodo en el rol de conductor

-¡Muy! La primera vez que me propusieron salir del lugar de actor y meterme en el de conductor fue en el año 1993, en España, y ahí le tomé el gusto a este trabajo porque es una manera distinta de conectar con la gente: siento que, cuando conduzco, lo hago como Gabriel y no como un personaje de ficción y eso está muy bueno. Ahora se suma que Mañanas Públicas tiene un formato que me encanta -es algo así como un morning show- con un contenido que, además de entretenimiento e invitados, tiene mucho de servicio social y eso me hace muy feliz.

-¿Tenías en mente exactamente cómo querías que fuera el programa?

-Sí, claro y eso ayudó a que el proyecto se armara rápido y todo fluyera. Lo interesante de trabajar en la TV Pública es que tiene una gran llegada al interior al país y eso me gratifica muchísimo.

La posibilidad de ampliar el mercado

-A fines del 2020 se estrenó la tercera temporada de la serie inglesa Riviera en la que tenés un personaje  muy importante… ¿Cómo fue la experiencia de trabajar en una producción de tal magnitud?

-¡Espectacular! De lo mejor que me pasó en los últimos años. Pensá que es una ficción de alto presupuesto -tipo Hollywood- que me permite entrar en el mercado anglosajón y ampliar mi red de oportunidades como actor.

-¿Hiciste un cásting para el personaje?

-Un cásting para el que me preparé muchísimo. Fue un gran desafío porque debía interpretar al antagonista y tenía que hablar tanto en castellano como en inglés asi que me llevó un tiempo estar listo para las primeras pruebas pero obtuve el papel y logramos terminar el rodaje -que se llevó a cabo en la Argentina- justo el 15 de marzo, unos días antes de que se cerrara todo.

-¿Sos de entrenar y cuidarte mucho?

-A ver: nunca me definiría como un metrosexual ni un fanático de la estética pero entreno todos los días, llevo una alimentación saludable -consumo muy poca carne- y me peso todos las mañanas para no desbarrancar porque, cuando me zarpo un poco, ajusto un poco la dieta. Pero te aclaro, lo hago porque me gusta verme bien y, especialmente, estar sano.

-¿Volverías a protagonizar una telenovela o sentís que esa etapa quedó en el pasado?

-¡Obvio que lo haría! Si surgiera una propuesta linda, la protagonizaría feliz porque yo soy muy agradecido a ese género que me dio todo: popularidad, la posibilidad de viajar y trabajar en otros países y hasta me impulsó a producir mis propios proyectos como Máximo corazón. Yo no sólo no reniego de las telenovelas, las adoro. De hecho, yo tengo mi propia productora y presenté un proyecto en Telefé así que, tal vez, en breve se define y vuelvo a la ficción en la Argentina.

-Perla negra fue una telenovela emblemática… ¿Tenés un buen recuerdo de esa época?

-El mejor y coincido en que fue una novela emblemática: la más exportada de la Argentina. Gracias a esa novela viajé con Andrea (del Boca), dos veces, a filmar a Israel y a mí, en lo personal, me consolidó mucho como actor en la Argentina porque yo venía de trabajar un año en España cuando Raúl Lecouna me convocó y Gustavo Yankelevich puso Perla negra en el prime time: iba a las 21 horas, que era algo inusual en esa época, y fue un bombazo.

-¿Te llevabas bien con Andrea del Boca?

-Sí, súper bien. Trabajar con Andrea siempre era divertido porque teníamos muy buena química.

Un amor de novela

-Hace más de 30 años que estás casado con Constanza (Feraud), sé que se conocieron en una fiesta de disfraces pero nunca contaste cómo fue la primera cita entre ustedes…

-Te voy a decir algo: en realidad esa fiesta de disfraces fue nuestra primera cita. La historia es así: yo tenía un grupo de teatro under y había ido a la casa de uno de mis compañeros -que vivía en Bella Vista- a ensayar para una obra que estábamos por estrenar. Ese día, por la tarde, fuimos a comprar algo al supermercado para comer y me choqué con una chica en una de las góndolas. ¿Viste la típica escena en que a los protagonistas se les caen las cosas de las manos, se agachan a buscarlas y, cuando levantan la vista, se miran por primera vez? Bueno, fue exactamente así. Ella era Constanza y mi amigo la conocía así que me la presentó.

-Fue un flechazo...

-(Se ríe) Supongo que sí… Algo pasó en ese momento, eso es seguro. Al poco tiempo ella consiguió mi teléfono -fijo,claro, no existían los celulares en los años 80- y me invitó a la fiesta de disfraces de su amiga. Fue la oportunidad de empezar a charlar y conocernos, por eso te digo que fue la primera cita. Esa noche nos dimos el primer beso.

-¿Y qué fue lo que te enamoró de ella?

-Mi mujer tiene muchas virtudes pero destacaría dos en especial: tiene un gran sentido del humor y es muy dulce. Esa combinación tan particular de ella me encanta.

-¿Es verdad que, al poco tiempo de conocerla, te fuiste dos meses de viaje?

-Es verdad y fue una prueba de fuego para nuestro noviazgo. Yo tenía un viaje programado con mi mejor amigo  -fuimos a Nueva York y después a recorrer Europa e Israel- y no podía cancelar nada porque estaba todo organizado desde hacía bastante tiempo. Pero nunca dejé de comunicarme con ella: le mandaba postales (algo que ahora parece un delirio pero era muy habitual en aquella época) y la llamaba por teléfono -desde cabinas que había en la calle, claro- cada vez que podía.

-¿Recordás alguna charla en particular durante esos dos meses separados?

-Recuerdo un llamado que le hice desde Madrid porque estábamos en una plaza y había un recital de Serrat así que, cuando empezó a cantar Penélope -que es una de nuestras canciones preferidas-, la llamé y escuchamos juntos el tema por teléfono. ¡Tuve que meter mil monedas para que la llamada no se cortara! (Se ríe).

-Ese día, claramente, se enamoró perdidamente de vos.

-Y… creo que sumé muchos puntos. Volví de ese viaje, me presenté a un cásting y quedé elegido para Quiero morir mañana, una telenovela de Canal 9. Ese fue mi primer personaje importante en televisión.

-¿Ya vivías con Constanza?

-Justamente decidimos irnos a vivir juntos en ese momento: cuando arranqué a grabar Quiero morir mañana. Hacía pocos meses que éramos novios pero nos jugamos por la convivencia y salió todo muy bien.

-Es decir que ella te conoció siendo un actor del under y, al poco tiempo, eras una estrella de la televisión

-Las cosas se dieron así y fue genial porque Constanza siempre fue un gran apoyo para mí porque me alentó y acompañó en cada paso de mi carrera.

Una familia democrática

-¿Cómo te llevás con las tareas domésticas? ¿Están divididas en tu casa o te hacés el distraído cuando podés?

-(Se ríe) Nooooo… Yo me ocupo de todo a la par de mi mujer. En casa todo es muy democrático y está divido en partes iguales así que ya tengo mis tareas asignadas. Si ella cocina, yo lavo los platos. Es ley. Y lo mismo pasó cuando nacieron nuestros hijos: cambié pañales a la par de ella y los hice dormir a la noche. Disfruté mucho de la crianza de nuestros hijos así que no fue un esfuerzo ocuparme de ellos, todo lo contrario: tengo un hermoso recuerdo de aquellos años, agitados pero hermosos.

-¿Sentís que uno tiende a caer en el tedio luego de muchos años de convivencia?

-(Piensa unos segundos en silencio) No sé si se puede generalizar. A nosotros lo que nos ayudó mucho a no caer en la rutina fue vivir en distintos lugares. Cada tantos años nos mudábamos de país y esa experiencia -la de tener que armar una nueva vida en otra ciudad- renueva la energía porque es encarar una gran aventura y te une mucho como pareja. Es difícil aburrirte cuando tenés una vida como la nuestra.

-Tienen tres hijos: Lucas (30), Lucía ( 28) y Clara (23)… ¿Siempre soñaste con formar esta familia?

-Sí, siempre. Soy un padre muy presente -con todo lo que esto implica: desde darles un consejos hasta escucharlos cuando pienso que lo necesitan- y disfruto de compartir tiempo con ellos porque aprendo de lo que me cuentan, de sus experiencias.También creo que el hecho de mudarnos de un país a otro nos hizo muy fuertes y unidos como familia.

-¿Sentís que tus hijos se parecen a vos?

-Tal vez un poco Lucía, la del medio, pero suelo decir que Constanza me cagó a palos genéticamente: los tres son idénticos a ella (se ríe). Son chicos increíbles, con grandes valores, amorosos, muy emprendedores e independientes. De hecho, los tres viven afuera: Lucas en Amsterdam, Lucía en Barcelona y Clarita en Nueva York. Pero la distancia no nos alejó porque vivimos muy conectados gracias a la tecnología que es una gran herramienta en este momento.

-Debe ser difícil tenerlos lejos y saber que, por el momento, es complicado viajar

-Sí, pero nos vamos adaptando, y sabemos que, en algún momento, vamos a reencontrarnos. Clarita se fue hace muy poco y Lucía vino antes de la pandemia. Yo intento ser optimista y pensar que vamos a salir mejores de esta pandemia -aunque a veces siento que es algo utópico y un simple romanticismo- pero la realidad es que el mundo entero está viviendo una gran crisis. Me duele ver lo que ocurre con las vacunas: ¿Cómo puede ser que los gobiernos no obliguen a los laboratorios a liberar las patentes?

-No es simple ser optimista cuando uno ve tanta mezquindad

-No lo es pero yo quiero seguir viendo el vaso medio lleno, trato de no dejarme vencer por la angustia y me convenzo de que vamos a salir fortalecidos de esta situación. Elijo pensar que el bien siempre triunfa sobre el mal.  

Fotos: Chris Beliera

Estilismo: Alejandro García

Edición de video: Cristian Calvani

Agradecemos a : Giesso, Perramus, Levi´s, Terrible Enfant y New Balance

Más información en parati.com.ar

   

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