Después de doce años Carolina Baldini decidió romper el silencio y brindó una entrevista en donde no se guardó nada. Desde el deseo inconcluso de ser madre de una mujer, a su actual relación con Diego Simeone y hasta llegar a cómo vive el vínculo a la distancia con sus tres hijos. También hubo tiempo para hablar de su pasado más lejano y recordar de qué forma se crio en el seno de una familia trabajadora.
Luego de definirse como “una mujer divertida, positiva, generosa y una supermamá”, dijo que nunca se arrepentiría de haberse dedicado a la familia. “Tengo una frase de cabecera, con la que crie a mis hijos, que es “Nunca te olvides de dónde venís”. Yo no nací en una cuna de oro –mis hijos, sí–, y siempre les inculqué que fueran humildes”, comentó.
Sobre su infancia, dijo: “Vivíamos en una casa muy chica, mi papá era taxista y me acuerdo que hasta que no juntaba toda la plata del día, no volvía. Capaz se pasaba 24 horas fuera de casa y más de una vez, encontré a mi vieja llorando a la madrugada porque él no había vuelto y tenía miedo de que le hubiera pasado algo. Ellos me educaron en la unión familiar y en la importancia de tirar siempre para el mismo lado y yo lo hice con mi propia familia”.
Si bien al casarse con Diego Simeone los lujos comenzaron a ser un habitual, en diálogo con Hola manifestó que nunca perdió el eje “a pesar de estar en una muy buena posición económica y disfrutar del dinero que Diego ganaba en buena ley”. “Igualmente, cuando yo empecé con él no era lo que es ahora. Nosotros nos conocimos cuando él pasó del Pisa al Sevilla, donde estaba Maradona, y éramos un equipo”, sentenció.
Su alejamiento de los medios
“Me sentí muy expuesta en un momento y decidí bajar el perfil por mis hijos. ¡Y gané en libertad y en tranquilidad! Cuando estuve en el “Bailando…” (2008) tuve una alta exposición y la sufrí. Ese programa disparó otras cosas y entré como un hámster en su rueda hasta que dije “stop” y chau. No hice más nada”, recordó en diálogo con Hola.
Luego de confesar que la cuarentena “le pegó mal” porque la sorprendió sola en su casa, dijo que parte del cambio de su vida se dio en ese momento cuando comenzó a meditar para poder superar la sensación que le daba estar alejada de sus tres hijos que viven en Europa y ante la incertidumbre de no saber cuándo se iba a dar el reencuentro.
En la actualidad, viaja seguido a visitar a Giuliano, Gianluca y Giovanno: “No pasan más de tres meses sin verlos. La cámara te acerca mucho, estoy al tanto de todo, pero no hay nada como el cara a cara y los abrazos. Cuando viajo, intento quedarme veinte días con cada uno y la pasamos súper.
