El diagnóstico de un tumor cancerígeno en el mulso izquierdo fue un shock en la vida de Álvaro Morte, conocido alrededor de todo el planeta por su personaje de El Profesor de La Casa de Papel, que a los treinta años pensó que el final de su vida era inmediato. Su historia de superación sirvió como inspiración para muchos, representando una luz de esperanza para las personas que estaban atravesando el mismo drama.
Lo cierto es que el clic que hizo en su cabeza fue rápido: en el mismo instante en el que el médico le comunicaba el cuadro, supo que lo pasajero no iba a ser su vida, sino la enfermedad. “Al principio creía que me iba a morir, que me cortaban la pierna…Y no ha pasado nada. Pero en ese tiempo pensaba: si me muero dentro de tres meses, ¿puedo hacerlo tranquilo? ¿He respetado a la gente que me rodea y que me quiere? ¿He sido fiel a mis principios?”, manifestó en una entrevista con la revista Cocktail.
De esa forma, el actor desafió a la vida. El tratamiento lo dejaba cansado, pero puso todo y más para mejorar. El aprendizaje fue aprender a vivir y disfrutar de cada comento, de esas pequeñas cosas. “Si permito que la presión me invada, se vendrá en contra mía, prefiero vivir el momento”, manifestó sobre los pensamientos que se le cruzaban en aquella dura época. Puede sonar como un cliché, pero no hay dudas que en situaciones extremas como esta hay un cambio en las prioridades.
Su padre estaba feliz de que la salud de su hijo se haya recompuesto. Esperaba que de esa forma pueda focalizarse en sus estudios para ser ingeniero, hasta que lo sorprendió con la noticia de ser actor. Se fue a Finlandia, donde vivió en una pequeña ciudad de 200 mil habitantes y luego regresó a España.
Siguió con sus experiencias teatrales en Madrid, pero esa gran personificación tardaba en aparecer. Hasta que llegó el esperado momento de la mano de Netflix. Paradójicamente, Sergio Marquina, el personaje que le tocó protagonizar, tenía una historia muy similar a la suya: una enfermedad lo dejó postrado durante un tiempo cuando era adolescente. El camino para llegar no fue fácil ya que fue sometido a extensos castings por un plazo de dos meses… pero valió la pena.
Actualmente, después de haber culminado con su trabajo en la exitosa serie, sus días son como los de cualquier moral. Tiene dos hijos mellizos, Julieta y León, a quienes lleva todos los días a la escuela. Un dato curioso es que integra el chat de WhatsApp de la escuela, espacio que comparte con su amigo Ismael Serrano. ¡Lo que deben ser esas charlas!
