Camilo Echeverry es uno de los cantantes y compositores del momento que la rompe en todas las plataformas. Nacido en Medellín, Colombia, supo conquistar a millones de personas con su música. El gran salto que tuvo su carrera comenzó en 2007 luego de ganar el reality de talentos “Factor X”, lo que lo llevó a tener una importante notoriedad en la escena musical: fue así que terminó componiendo para Prince Royce, Becky G y Juanes. Hoy es noticia a raíz de la confirmación del embarazo de Evaluna Montaner, su esposa.
Lejos de la mansión de la familia Montaner o los lujos que se puede dar por su trabajo, la infancia del artista fue muy difícil. Hace un tiempo, en un posteo de Instagram dedicado a su mamá, valoró su figura y recordó que los días era un tanto grises y que sus padres siempre se esforzaron para que nada les falte.
“El recuerdo más bonito que tengo de mi infancia, es el de las pijamadas que hacíamos en la sala con velas y con fogata afuera haciendo salchichas. Algo de lo que nunca me enteré fue que ustedes se inventaban esas pijamadas para que no nos enteráramos que nos habían cortado la luz y el gas por falta de pago”, reveló. “Me acuerdo de eso y me da muchas ganas de llorar, porque eso es lo que hiciste y sigues haciendo todos los días de mi vida haciéndome ver colores y flores en desiertos grises”, cerró.
Una vocación definida desde chico
Camilo confesó que empezó en el mundo de la música por mero disfrute. “Yo sabía que cantar era lo que quería hacer, pero no había tomado la decisión porque me lo hacían ver como un salto riesgoso del que podía depender el resto de mi vida. El sistema está diseñado para que no te salgas del carril, para que tengas un trabajo que no te gusta, para que compres cosas que no necesitas y para hacerte creer que la felicidad es lo que ellos venden”, confesó.
Igualmente, evaluó que jugársela por su pasión podía tener riesgos. "El primero es que te vaya como el culo: que nunca hagas plata con lo que haces, que tengas hambre, que te rechacen y que a nadie le guste lo que haces. El segundo es que no hagas lo que tu corazón te está diciendo y te pases el resto de tu vida preguntándote qué coño hubiera pasado si hubieras sido más valiente. Con el primero pierdes plata, con el segundo pierdes tu vida y tu espíritu. Yo elegí arriesgarme a lo primero, porque el segundo no vale la pena”, comentó.
Se considera un enviado de Dios
En una entrevista que dio al diario El Mundo en marzo, el cantante habló de lo que siente y dio algunos inesperados detalles sobre su rol en el mundo. “Me siento un cablecito, un enviado por Dios para hacer música. Pero es lo contrario, esto en vez de ponerme peso me lo quita, porque me recuerda que soy un reflejo de una cosa que no me pertenece. En realidad, esto es lo único que verdaderamente me aligera la carga de este éxito: acordarme de quién es verdaderamente la fuente de lo que estoy compartiendo, que es Dios y no yo”, dijo.
“Si el motivo por el que haces lo que haces es que necesitas ser el número uno y el más grande de todos, eso sí que es una presión increíble. En mi caso, recuerdo que estoy aquí usado por algo más grande que yo y me doy cuenta de que no importa si te oyen 15 o 15 millones”, continuó.