- Qué es
El rodillo de Jade (también conocido como 'Jade Rolling' o 'Jade Roller') es un masajeador faciales que se utiliza para combatir el envejecimiento de la piel. Como todos los grandes remedios, el Jade, una piedra asociada a la fertilidad y a la abundancia, lleva utilizándose para usos medicinales y terapéuticos desde hace mucho tiempo, concretamente, desde el siglo VII en China, lugar de donde es originaria. Ya en aquel momento la piedra tenía tantas adeptas entre las asiáticas que incluso se utilizaba como remedio medicinal ya que, según decían, disminuía la ansiedad y el estrés.
Miles de años después y tras numerosos avances e investigaciones, la piedra Jade se presenta ahora como el remedio natural para rejuvenecer la piel del rostro.
En estos días es furor en ventas, viene incorporada a un pequeño rodillo, y dicen los expertos que su uso constante logra mejoras visibles luego de semanas de uso.
2. Para qué se usa
Permiten que los productos para el cuidado de la piel (sérums, por ejemplo) penetren mejor y sean, por lo tanto, más eficaces. El rodillo favorece que las células de nuestra piel se abran y absorban sus propiedades.
Una aclaración importante: no se debe embeber en crema y pasarla con el rodillo. Una vez que aplicaste con los dedos el producto en tu rostro, podés usar el rodillo para un masaje suave.
3. Qué beneficio aporta
Uno de los principales beneficios de esta piedra es que estimula el flujo sanguíneo y la producción de colágeno. Además, ayuda a drenar el sistema linfático, disminuye la retención de líquidos del rostro, tersa la piel, reduce e impide la aparición de las líneas de expresión y elimina las ojeras y bolsas. Y por si esto fuera poco, por ser un masaje, genera una sensación de bienestar que relaja la mente, con lo que puede ayudarte a prevenir las migrañas.
4. Cómo se utiliza
Los expertos recomiendan usarlo de abajo a arriba, masajeando primero el cuello, la barbilla y la boca para luego pasar el rodillo por el pómulo, los ojos, la nariz y la frente. Asimismo, lo ideal es que se masajee de dentro hacia fuera y con una repetición de entre 5 y 6 veces. Es decir, tomando la línea de la nariz como la mitad del rostro, realizá movimientos hacia afuera que sean levemente curvos, ejerciendo una mínima presión. Hacé lo mismo con la zona de la frente.
En cuanto a la frecuencia, recomiendan hacerlo dos veces al día: tras la rutina de la mañana y luego, con la de la noche.
