Fácil de preparar, ayuda a reciclar la basura que generamos. Conocé cómo prepararlo y las claves para incorporarlo en casa.
Cerca del 50% de la basura generada en los hogares contiene material orgánico que puede ser reutilizado en la elaboración de abono para cultivos y plantas.
El compost es un proceso biológico, cuya duración se estima entre 3 y 6 meses, que permite la transformación de residuos orgánicos degradantes en un abono.
De esta manera, a través del producto resultante, se mejora la vida de los suelos y se fomenta el compromiso con el ambiente mediante la conciencia del reciclaje.
Más allá de su valor ecológico y social, esta actividad promueve el compromiso y fortalece los lazos familiares, ya que requiere de la colaboración de todos los miembros del hogar.
Además, contribuye de manera positiva a la salud y el bienestar de los jóvenes.
¿Cómo compostar?
A su vez, este proceso se realiza mediante la utilización de una compostera, que puede ser construida artesanalmente o comprada.
En el caso de su fabricación, es factible utilizar maderas provenientes de pallets y un tejido tipo gallinero. Debe poseer un cierre que la cubra de las lluvias y que permita controlar la humedad del material orgánico.
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), a través del proyecto Compostaje Domiciliario, promueve esta actividad y brinda asesoramiento durante el proceso de construcción y utilización de la compostera.
En el caso de viviendas con espacio reducido o departamentos, se pueden implementar cestas de tela respirable que pueden conseguirse fácilmente a través de internet.
La utilización de este tipo de composteras acelera el proceso de formación del humus, reduciendo su obtención a un lapso de 45 a 60 días.
¿Qué se puede reciclar?
Podemos reciclar sobrantes de frutas y verduras, sacos de té, café, yerba, cáscaras de huevo.
También hojas secas, ramitas, restos de plantas, papel que esté impreso con tinta brillante (diarios, por ejemplo) o cartones como el de maples de huevos o el rollo del papel del baño.
No se utilizan plásticos, restos de origen animal, residuos lácteos, grasas, alimentos aceitosos o heces de mascotas.
Para favorecer el proceso de descomposición, también es recomendable cortar los elementos en piezas de hasta 5 cm para que el contenido sea menos denso y esté más oxigenado.
Además hay que controlar las condiciones de humedad, es recomendable regar la compostera cada 15 días en invierno y 1 vez por semana en verano.
El abono estará listo para cosecharse una vez que no se pueda identificar el origen de los materiales.
Además debe encontrarse a temperatura ambiente, poseer olor a tierra mojada, color oscuro y aspecto homogéneo.