Por más sutiles que sean, adaptar y sumar diferentes actividades en nuestra vida cotidiana pueden provocar una gran diferencia en nuestro estado de ánimo y nuestra salud mental y física. Por eso, te proponemos 5 hábitos sencillos para implementar que te van a cambiar el día.
1. Ordenar tu habitación
Por más que parezca una obligación y algo que muchas veces hacemos esporádicamente, ordenar tu habitación o los espacios en donde diariamente circulás, fomenta la construcción de un ambiente estable y armonioso. Además, esto último aporta a una fácil conciliación del sueño, en base a que el cuerpo se relaja en un espacio tranquilo y ordenado.
Guardar prendas de ropa que quedaron tiradas, acomodar y clasificar distintas cosas por cajas, mover muebles; todo ayuda a la creación de un espacio cómodo y a afrontar el día con un humor renovado.
2. Organizar tus días en un cuaderno
Organizar el modo en que se va a desarrollar tu día también es una práctica esencial para mejorar tu bienestar y productividad. Al planificar y programar a través de distintos horarios tus actividades pendientes, no sólo vas a optimizar tu tiempo, sino también reducir el estrés que muchas veces nos causa no saber por dónde empezar.
Llevar a cabo este hábito es tan fácil como agarrar un cuaderno y separar tu día a través de diferentes intervalos (por ejemplo, mañana, tarde y noche; o bien por medio de horarios específicos). Establecer lo que tenés pendiente para hacer en esos momentos, te va a ayudar a alcanzar tus objetivos de manera más eficiente.
3. Tomar sol
La vitamina D es un elemento esencial que el organismo precisa para funcionar correctamente. Refuerza nuestro sistema inmnológico, mejora la salud cognitiva y contribuye a la salud muscular.
Uno de los modos centrales para obtener vitamina D es mediante la exposición solar. Si bien los especialistas aconsejan realizar dicha actividad de forma moderada y acompañada del uso de protector, tomar sol diariamente es fundamental para un buen desarrollo de nuestra salud.
Desde la terraza de tu casa o en un parque, podés disfrutar de esta actividad mientras leés un libro, escuchás música o charlás con una amiga.
4. Salir a caminar
Caminar diariamente entre 1 y 3 kilómetros es una actividad simple y efectiva para mejorar tu salud física y mental. Mejora tu circulación, reduce la presión arterial y fortalece el músculo cardíaco. Realizar una caminata de por lo menos 30 minutos también disminuirá el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mantendrá tu colesterol equilibrado.
Por último, caminar diariamente generará una constancia que fomentará una concentración y disciplina en base a tus responsabilidades sin necesariamente sentirlo como un esfuerzo dificultoso o una obligación.
Podés circular por plazas o calles tranquilas que estén cerca de donde vivís mientras escuchás música o un podcast.
5. Meditar
La meditación es una práctica que prioriza la búsqueda de reducción de pensamientos y emociones estresantes. Además, es esencial para mejorar la salud física y mental.
Incorporar este hábito ayuda a desarrollar una mejor concentración, aprender a controlar el estrés y desatar tensiones tanto corporales como mentales.
Podés adaptar esa actividad tanto al principio como al final de tu día, acompañada de una luz tenue y música relajante, de modo que sientas la mayor comodidad posible.
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