La historia de amor entre Milva Castellini y Sebastián Lugones comenzó hace doce años en los pasillos de Telefe, en donde se dejaron llevar para pasar de ser buenos compañeros de trabajo a trabajar en la idea de tener un proyecto común.
“Como a veces sucede, fue en el patio del canal. Él ya estaba divorciado y yo no tenía ningún proyecto, así que comenzamos a salir”, reveló en una reciente entrevista que brindó a La Nación.
La conductora de “El noticiero de la gente”, el informativo líder en noticias de los mediodías que conduce junto a Germán Paoloski, confesó que fue ella la que tomó la iniciativa para conquistar al director de cámaras.
“Le tiré un poquito de onda, pero como Sebas es muy respetuoso, me dijo que primero yo tenía que arreglar mis papeles. Yo no estaba sola, aunque la relación no venía muy bien. Sin embargo, Sebastián me cortó de una porque pensó que, si nos enganchábamos, podían pasar cosas importantes”, contó.
Una familia ensamblada
La familia ensamblada está a la orden del día. Al menos en este caso. La periodista tiene un muy buen vínculo con Carla Quiroga, la ex de Lugones. “Somos grandes amigas”, dijo en la entrevista. Y es por esto que Abril, la hija que tuvo su pareja antes de que ella llegue a su vida se integró a la perfección al nuevo esquema familiar.
“No me olvido más la emoción de Carla cuando nació Martiniano. Recuerdo que llegó con Abril y llorando le decía: 'Mirá a tu hermanito' y lo abrazaba a Sebastián. Eso me quedó muy marcado. Ella siempre ha sido muy generosa conmigo, ha tenido cero celos en el vínculo que establecí con su hija. A Abril la conozco desde que tiene cinco años y en marzo comenzó la facultad, así que ha estado siempre con nosotros, una tenencia compartida. Ella tiene sus dos casas, sus dos cuartos y adora a su hermano y su hermano la adora a ella”, detalló.
La lucha por ser madre
Milva y Sebastián dieron una dura batalla para convertirse en padres. Hicieron cinco tratamientos de fertilización hasta que la esperada noticia llegó: estaban embarazados. Martiniano llegó hace nueve años para iluminar sus vidas. Es sinónimo de amor, pero también de no bajar nunca los brazos.
“El tema se transforma en una obsesión, no hay otro pensamiento, ves embarazadas por todos lados y todo pasa por ahí. Ni hablar de lo pendiente que se está del ciclo y de estar atenta a si te viene o no te viene. Cuando eso sucede, hay que tomar la decisión de parar”, comentó.
