Malena Guinzburg es el book de la semana de Para ti y tuvimos oportunidad de hablar de la relación que tenía con su papá aunque antes le preguntamos si está harta de que le pregunten por él. "Ya estoy resignada a que me pregunten por él pero, te aclaro, no es algo que me enoje: sólo me fastidia cuando, en una entrevista, todo gira en torno a ese tema. Yo amo y admiro a mi papá: es un orgullo hablar de él siempre", asegura la actriz.
Hoy estaría felíz por ella
Malena asegura que no extraña algo en particular de su papá: lo extraña completo. "Querría abrazarlo y charlar, contarle de mi trabajo. Siento que estaría muy contento con el recorrido que hice porque yo fui una joven muy conflictuada con el tema laboral -durante años trabajaba en producción pero lo que quería era actuar- y él vivió muy de cerca todas mis inseguridades", asegura una de las protagonistas de la obra Las chicas de la culpa.
"De mi padre heredé la estatura y los bigotes", bromea la actriz y luego, ya más seria, asegura: "Claramente su humor y acidez".
Un padre exigente pero incondicional
También le preguntamos si cree que hubiera sido un padre crítico o uno muy fan -de esos que pierden la obejtividad con sus hijos- al verla hoy convertida en una artista consagrada. "Creo que sería una mezcla de esos dos padres porque era un hombre muy exigente -con él mismo y con su entorno- pero también un papá incondicional. Asi que creo que estaría felíz descubriendo que vivo de lo que amo y lo disfruto a pleno pero sería objetivo y no dudaría en darme su opinión. De hecho, creo que una de las cosas que más me apena de no tenerlo hoy es eso: me hubiera gustado que sepa como evolucioné y armé mi carrera", concluye la humorista.
