Para la última emisión de su podcast, Archetypes, Meghan Markle convocó a la multimillonaria Paris Hilton, con quien mantuvo una profunda charla.
La intención del programa es abordar diferentes estereotipos: raciales, culturales o, como en este caso, relacionados con el personaje que se les ha impuesto desde un factor externo. Es por ello que las estrellas hicieron referencia al estereotipo de "tonta", recordando algunos momentos de su vida televisiva.
En 2006, la esposa del príncipe Harry daba sus primeros pasos en la televisión y había sido contratada como secretaria de un programa de entretenimientos, Deal or no deal (acá se conoció como Trato hecho) en el que tenía una valija a su cargo que debía abrir de acuerdo al curso del programa. Su participación se limitaba a mostrar su físico y justificó que lo había aceptado por cuestiones económicas.
"Había una idea muy sencilla de cómo debíamos lucir con precisión. Se trataba únicamente de la belleza, y no necesariamente del cerebro", dijo Meghan y luego contrapuso esta experiencia a una muy buena que tuvo, precisamente, cuando vivió en nuestro país: "También había estudiado relaciones internacionales en la universidad y recordaba mi trabajo como pasante en la Embajada de los Estados Unidos en Argentina, en Buenos Aires, siendo valorada específicamente por mi cerebro. Aquí, estaba siendo valorada por algo todo lo contrario", confesó sobre esta grata experiencia que había tenido antes de sumergirse en el mundo del espectáculo.
El resultado es que la ex actriz no tardó en dejar el programa, a pesar de que eso suponía no tener tanta facilidad para pagar las facturas: "Estaba agradecida por el trabajo, pero no por cómo me hacía sentir. Y, por cierto, estaba rodeada de mujeres inteligentes en ese escenario conmigo", pero ese no era el enfoque de por qué estábamos allí".
Luego, añadió: "Terminé yéndome con un agujero en el estómago, sabiendo que era mucho más de lo que se objetivaba en el escenario. No me gustaba que me obligaran a ser todo apariencia y poca sustancia, y así es como me sentí en ese momento: ser reducida a este arquetipo específico".
Cómo fue la vida de Meghan Markle en Buenos Aires
Meghan Markle llegó a nuestro país en 2002, cuando tenía 20 años. Luego de terminar sus estudios universitarios y obtener un doble título en Relaciones Internacionales y Teatro en la Northwestern School of Communication, en Illinois, aplicó para una práctica en el Departamento de Estado norteamericano y logró un puesto en la representación diplomática ante la Argentina.
"Terminé trabajando en la Embajada en Buenos Aires por un par de meses. Fue durante la devaluación económica", recordó una vez la artista en una entrevista.
Y agregó: "El secretario del Tesoro en ese momento, Paul O Neill, estaba allá. Tenía 20 años, en Buenos Aires, en una caravana, haciendo todo eso. Pensé en serio que tendría una carrera en política".
Sin embargo, al finalizar su pasantía, regresó a los Estados Unidos y se contactó con un productor de televisión, en lo que fue el comienzo de su historia artística.
Meghan vivió los caldeados días de 2002 en los que reinaba la incertidumbre y la inestabilidad en la Argentina y recuerda particularmente la visita de O Neill, quien había arribado al país en el marco de una gira por la región que incluyó Brasil y Uruguay para hablar sobre "la dirección económica y las perspectivas".
"De haber seguido en el Departamento de Estado, hubiera sido una excelente adquisición para el cuerpo diplomático estadounidense. Tenía todo lo necesario para ser una buena diplomática", contó el entonces consejero para Asuntos Informativos y Culturales de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, Mark Krischik, en la biografía "Meghan: una princesa de Hollywood", del periodista Andrew Morton.
