A través de su cuenta de Instagram, Sofía Vergara compartió una imagen merecedora de ser destacada: en el marco del mes mundial de la lucha contra el cáncer, la actriz colombiana decidió contar su propia experiencia.
En la foto, se la ve detrás de una cámara, con el cuello estirado para alcanzar la lente. A simple vista, podría tratarse de una imagen cualquiera que da cuenta de su trabajo en los sets. Sin embargo, la protagonista de Modern Family dejó en claro, a través del texto con el que acompañó la imagen, que la elección no fue casual.
“A los 28 años, ‘Cáncer’ no era una palabra que esperaba escuchar”, comenzó su relato. Y continuó: “Era solo un chequeo de rutina. Pero los médicos me encontraron un nudo en la garganta y esa palabra pasó a formar parte de mi historia”.
“Pasé incontables horas en tratamientos de radiación y, eventualmente, en cirugía. Hoy, puedo llamarme sobreviviente de cáncer”, rememoró. Con respecto a la fotografía, explicó: “Esta fue mi primera clase de actuación después del diagnóstico y el tratamiento, y ver la cicatriz en mi garganta me recuerda lo bendecida que me sentí ese día, y todos los días desde entonces”.
“Tengo suerte y estoy agradecida de poder compartir mi historia y decir: ¡la prevención temprana es muy importante! Programá tu chequeo anual para este año si aún no lo has hecho”, recomendó.
Vergara recibió el diagnóstico de cáncer de tiroides en el año 2000. Asustada y sorprendida, en aquel momento prefirió mantener el asunto dentro de su esfera privada. “Tener cáncer no es lindo, no quería lidiar con otras cosas que no fueran eso”, le contó años después en una entrevista con el portal Health.
En la misma charla, la actriz relató cómo fue que los médicos descubrieron su patología: “No tenía síntomas, lo detectaron en un control endocrinológico de rutina, así que era escéptica respecto de la operación: tenían que sacarme la glándula. Además, la cirugía es peligrosa; si hay un error, podés perder el habla o la movilidad de la cara”, relató.
Desde el momento en que fue operada, Vergara toma solo una pastilla por día, para regular el metabolismo, y se saca sangre cada tres meses. “Me siento afortunada. En muchas mujeres, el cáncer no aparece hasta la menopausia, y entonces suele ser tarde”, dijo.
Luego de la operación, Vergara tuvo que someterse a radiación de yodo. “No es tan terrible, sólo que no podés ver a nadie durante algunos días porque estás radioactiva”, contó. Consultada sobre la convalecencia y la recuperación, la colombiana dijo que su cuello quedó muy sensible, que no podía hacer movimientos bruscos y que no pudo manejar durante dos meses. “Tu vida entra en stand by por un tiempito”, admitió.
“¿El cáncer te cambió?”, le preguntaron. la actriz no dudó. “Cuando pasás por algo así, es duro, pero aprendés un montón. Tus prioridades cambian, ya no te hacés problemas por nimiedades. Y, además, tuvo un final feliz”, confesó.