La albahaca es una planta aromática muy utilizada en la cocina para potenciar el sabor de los diferentes platos.
Originaria de la India, Persia, Irán, Pakistán y otras regiones tropicales de Asia, tiene propiedades medicinales y es considerada una de las especies más efectivas para ahuyentar moscas y mosquitos. Como si fuera poco, también es una gran aliada del Feng Shui para atraer la buena suerte y la abundancia.
En esta nota te contamos todas sus curiosidades y cuidados + tips de expertas para cosechar sus semillas. Vas a ver que te van a dar ganas de tener una en tu huerta.
Albahaca, una de las plantas aromáticas y medicinales más fáciles de cultivar
La albahaca (Ocinum basilicum, su nombre científico) es una planta anual -o de temporada- muy elegida para tener en la huerta. Hoy en día se pueden cultivar diferentes variedades de esta especie: albahaca común, albahaca genovesa, albahaca morada y albahaca canela.
Por otro lado, además de ser un ingrediente clave en muchas recetas, es una planta medicinal con múltiples beneficios para la salud: favorece la digestión, es diurética, fortalece el pelo, suaviza la garganta, calma los dolores de cabeza, entre otros.
En video: cómo cosechar semillas de albahaca
Mechi González Prieto (@mechi_deraiz) y Valeria Churba, Lic. en Ambiente (@valeriachurba) explican en este video cómo cosechar semillas de albahaca con éxito.
Tal y como detallan, cuando veas que la albahaca tiene semillas en sus ramas tenés que ir quintándolas con un movimiento de arrastre desde el comienzo de la rama hasta la parte más fina.
Una vez que tengas las semillas tenés que conservarlas en un sobre armado con papel (puede ser de diario o en alguna bolsa) en donde se mantengan secas.
Un dato importante que señala la experta es que las semillas se cosechan cuando se seca el fruto, es decir, tienen que madurar en la planta.
Cómo cuidar una planta de albahaca
- Luz: necesita una exposición a pleno sol, durante unas 6 horas diarias. Asimismo, la planta soporta bien una zona de semisombra, especialmente en climas muy cálidos, donde puede llegar a sufrir si se encuentra expuesta al sol durante las horas más intensas del día.
- Temperatura: es sensible a las heladas y a los calores intensos. Se recomienda evitar también las corrientes de aire.
- Sustrato: agradece un suelo rico en materia orgánica, con humedad constante y un buen drenaje que evite los encharcamientos.
- Riego: lo ideal es mantenerla siempre húmeda pero evitando encharcarla. En este sentido, se recomienda regarla a diario con poca agua.
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