Desde que comenzó el confinamiento y trabajar o estudiar desde casa se convirtió en un hábito, fuimos conscientes de la importancia que tiene vivir en un espacio relajado y armónico. Y así fue como diferentes estilos de decoración volvieron a convertirse en tendencia para enseñarnos algunas de sus filosofías básicas.
El Wabi-sabi es uno de ellos. Y lo que propone es crear ambientes en los que reine la sencillez y la naturalidad, amigándose con las imperfecciones y el paso del tiempo, y viviendo en total armonía con la naturaleza en su estado más puro.
Como punto de partida, este estilo originario de Japón propone encontrar un pequeño rincón en el hogar que nos permita tomarnos un respiro del mundo exterior y conectarnos con la naturaleza en su estado más puro de una manera genuina.
Para hacerlo la clave va a estar en seguir una línea de decoración simple, incorporando algunas plantas, utilizando muebles y accesorios de fibras naturales, y colores neutros o terracota. El resultado son ambientes cálidos y relajados.
Las artesanías y los objetos que cuentan historias juegan un rol casi protagónico en el estilo Wabi-sabi. Lo mismo sucede con los efectos del paso del tiempo presentes en algunas paredes, accesorios y parte del mobiliario, ya que esta filosofía propone como base amigarse con estas imperfecciones.
Siguiendo con una línea minimalista, el Wabi-sabi hace foco en que menos es más, aportando a los ambientes cierta cuota de tranquilidad y refinamiento, perfectos para relajar y desconectar de la rutina diaria.
Los textiles naturales como lino y algodón, también son claves y no pueden faltar. Lo mismo sucede con las fibras naturales: mimbre, ratán, yute y bambú, se hacen presentes en objetos decorativos como alfombras, lámparas y también en parte del mobiliario, transmitiendo una buena dosis de calidez.
Esta filosofía también promueve que se viva el día a día de la misma manera, apreciando la belleza en las cosas imperfectas que nos rodean, amigándonos con la impermanencia y el paso del tiempo. Así, el Wabi-sabi, no solo se convierte en un estilo de decoración si no, en un estilo de vida.