Hace pocos días el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) informó que en los próximos meses comenzará a utilizarse un fármaco inyectable para tratar la obesidad.
En tanto que el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención británico (NICE, por sus siglas en inglés) indicó que las personas que recibieron las inyecciones semanales bajaron un 12 por ciento de su peso después de 68 semanas de tratamiento.
La droga, denominada semaglutida estará indicada para adultos con una afección relacionada con un peso y un índice de masa corporal (IMC) de 35 o más.
La opinión de la Dra. María Alejandra Rodriguez Zía
Al respecto, la Dra. María Alejandra Rodriguez Zía, médica clínica y endocrinóloga, M.N. 70.787, dice que "la nueva droga destinada a tratar la obesidad llamada semaglutida es la prima hermana de otra que llegó a al Argentina en 2011, las dos son de uso inyectable y ofrecen una promesa de control de peso, el apetito y la glucemia".
Y agrega que "en el caso de la semaglutida aún en investigación, se la destina más hacia el tratamiento del hígado graso y sus complicaciones cardiovasculares".
En cuanto al uso de estas medicaciones para controlar el sobrepeso, la médica afirma que "solo pueden ayudar a aquellas personas que tienen una obesidad avanzada, con tendencia a la diabetes".
"Lo esencial en estos pacientes es el cambio rotundo de ingredientes de su menú de comidas, bajando la ingesta de hidratos como cereales, pastas, azúcares, gaseosas, dulces de todo tipo, para que su páncreas pueda descansar. En reemplazo de estos alimentos, se debe de aumentar la ingesta de grasas contenidas en frutos secos, yema de huevo, aceites crudos de oliva, coco, palta, aceitunas y carnes", explica la Dra. Rodríguez Zía.
"Además, esas drogas reemplazan a unas hormonas generadas en nuestro cuerpo, llamadas incretinas, que regulan la glucosa en la sangre sin generar hipoglucemia", agrega.
"Nada de esto sería suficiente sin el actual cambio de paradigma en la pirámide alimentaria propuesto por Suecia en 2013 de cambiar los porcentajes mundiales de hidratos que hoy se comen por tener en la base los cereales y no las grasas", completa la médica.
