Kate Rodríguez atraviesa un momento pleno: a sus 35 años y embarazada de siete meses y medio, contó en Intrusos (América) que le detectaron trombofilia, una condición que puede afectar el desarrollo del embarazo, pero que, en su caso, fue diagnosticada a tiempo.
“Estoy tranquila, porque tengo el tratamiento indicado y eso hace toda la diferencia”, explicó la bailarina, quien aplica heparina diariamente para prevenir complicaciones.
En la entrevista con Rodrigo Lussich y Adrián Pallares, Kate compartió además detalles conmovedores sobre su historia personal y la de su pareja, Max, con quien lleva cuatro años en pareja.
Su pareja, un viudo que perdió a su esposa por trombofilia
La historia de amor de Kate y Max tiene un trasfondo muy especial. “Mi marido quedó viudo hace doce años. Su esposa falleció al dar a luz por la misma enfermedad que yo tengo. Se quedó solo con un bebé recién nacido y una nena de tres años”, relató emocionada.

El destino quiso que años después, cuando ella fue diagnosticada con la misma condición, pudiera afrontarlo desde otro lugar, con información y contención médica.
“Eso me da mucha paz, porque sé que con el tratamiento correcto el riesgo desaparece”, explicó, subrayando la importancia del diagnóstico temprano.
“Hombres buenos hay pocos, cuando uno los ve hay que agarrarlos”
Entre risas, Kate recordó cómo conoció a su pareja. “Él era mi abogado”, contó divertida. “Es muy tímido, pero yo fui directa: ‘este es mío’. Cuando una ve un hombre bueno, no hay que dejarlo escapar”.
Su relación, que comenzó como una amistad, se consolidó hace cuatro años y hoy los encuentra esperando su primer hijo en común.
Una familia ensamblada
Kate vive hace 15 años en la Argentina y se muestra muy unida a los hijos de su pareja. Aunque los chicos no la llaman “mamá”, ella se ocupa de todo lo que los involucra. “Estoy en el chat de mamis, voy a los actos y participo de sus cosas”, contó con ternura.
Durante un reciente viaje al Caribe, la bailarina compartió en redes el anuncio del embarazo con un posteo cargado de emoción: “La vida nos está regalando un milagro”.
De Panamá a Buenos Aires: el camino de Kate
Criada en Samaria, una zona humilde de Panamá, Kate creció en un hogar religioso conducido por sus padres, que eran pastores evangélicos. “Fue una infancia con muchas restricciones, donde el arte no tenía lugar”, recordó en más de una ocasión.
A los 17 años decidió dejar su casa para buscar su propio camino. Hoy, instalada en Argentina, encontró estabilidad, amor y una familia ampliada que la acompaña en esta nueva etapa.
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