Benjamín Amadeo y Martina, su novia desde hace 7 años, acaban de ser papás. Están felices con Andes, el nombre que eligieron para su primera hija. La pareja cultiva el perfil bajo: hay pocas fotos de ella y se supo del embarazo en octubre del año pasado, cuando él compartió la noticia en medio de un concierto.
Martina tiene 37 años, la misma edad que Benja, y es abogada. Están juntos desde 2015 cuando él terminó su relación con Lali Espósito. "Viví como un desborde de conjeturas y de titulares que no era algo que hubiese imaginado, pero no viví un noviazgo mediatizado. Fue una relación feliz y en ese sentido fue normal", le comentó el artista a Andy Kusnetzoff en una entrevista. "Yo disfruté mucho de la relación porque en su momento no vivíamos una vida mediatizada, era consecuencia de nuestro trabajo", agregó.
En 2015 conoció a Martina y la primera vez que se mostraron juntos fue en el estreno de "La última fiesta", en 2016. Él le contó a Andy cómo se conocieron. Fue en el boliche Tequila: "Lo mío fue muy cursi, pero me gusta creer que fue así. Fue un momento como el de la película ‘El gran pez’. Porque la vi y flasheé", destacó el artista.
Marcados por la tragedia
El 2 de enero de 2018 vivieron un drama que los marcó para siempre. Hilario, un sobrino de Martina que tenía 3 años, se murió al caer desde la ventana de un segundo piso de una casa del balneario Manantiales, situado a pocos kilómetros de la ciudad de Punta del Este.
Ellos estaban de vacaciones en Punta del Este, y de inmediato llegaron al lugar de la tragedia. Benjamín se hizo cargo de todos los trámites, porque sus cuñados estaban devastados.
"Nosotros, con la familia de Martina, mi mujer, vivimos una tragedia muy terrible con un sobrino. Fue muy triste, fue revelador y marcó un antes y un después en nuestras vidas", le contó él en una entrevista a Ciudad Magazine. Él hizo un tema para ese sobrino, "Vámonos".
"Esta imagen de 'vámonos que va a cerrar' es una imagen que yo tuve en un restaurante. Hablando sobre esta dificultad y ese dolor que nosotros estábamos atravesando. Estábamos en medio de una conversación que no queríamos cortar, que querés continuarla en otro lado porque sentís que estás yendo a un lugar profundo que te hace muy bien. Ese 'vámonos que va a cerrar' somos nosotros, no queriendo irnos, pero con los mozos mirándonos como diciéndonos: 'Ya está'", explicó en aquella entrevista.
"No hay que subestimar en ningún momento la importancia del proceso de ir al lugar del dolor para poder sanarlo. A veces nos acostumbramos o las dinámicas de nuestras vidas no están preparadas para que nos detengamos, retrocedamos y sanemos para poder continuar. Por lo general, creo que por el ritmo que los humanos hemos aprendido a llevar, siempre tenemos que avanzar. Y si hay alguna pieza adentro tuyo que no está del todo reparada o bien compuesta para seguir andando, a la larga trae mucho dolor y a veces se nos complica entender de dónde viene ese sufrimiento", reflexionó en aquella entrevista.
