La nieta de la reina no tiene suerte. Esta es la tercera vez que a Beatrice de York le cancelan su boda con el italiano Edoardo Mapelli. Esta vez no fue orden de su abuela la reina. Tampoco hubo problemas con Meghan ni Harry de por medio: esta vez fue por el Coronavirus. Su boda se aplaza... ¡Se va la tercera!
2020 nos demuestra que ni siquiera la realeza puede esperar finales felices siempre. Porque si el año comenzó movido en la familia real británica por Meghan, Harry el el Megxit, a la princesa Beatrice de York no hay una que le salga bien.
Le acaban de cancelar su boda con Edoardo Mapelli Mozzi. El peligro por el Coronavirus boicoteó los planes.
Y es que los invitados del novio venían mayormente de la región (hoy cerrada) de Lombardía. Todos están en cuarentena. Además la amenaza de la pandemia tiene a la misma reina Isabel II (abuela de la novia) encerrada en su castillo en Windsor.
La hija mayor del príncipe Andrés y Sarah Fergusson hace un año que se quiere casar. Dio con el candidato que le cuadra (ni su primo, el príncipe William pudo objetar esta vez ni poner un solo pero de este candidato, hijo de un conde italiano) y organizó todo para poder dar el sí.
Ahí comenzaron los problemas. Que su novio era italiano (¿dónde se casaban?), que la boda de su hermana menor Eugenie fue demasiado ostentosa y fue objeto de críticas por el pueblo británico (que la pagó, 2 millones de libras) y así...
¡Comprometidos!
Sin embargo, Beatrice estaba muy convencida y, en septiembre de 2019 anunció compromiso y todos, incluso su familia real, tuvieron que aceptarlo. Incluso la reina, quien debe dar su aprobación a todo enlace de sus parientes directos.
29 de mayo... ¡cancelado!
Ante la polémica por los gastos (el pueblo no pensaba pagar por otra boda), la reina Isabel II -que es una de las mujeres más ricas del mundo- había decidido hacerse cargo.
Anunció que sería la anfitriona (ya que el duque de York está vedado de actos oficiales) y celebrar la recepción en los jardines de su casa: Buckingham Palace. Una abuela al fin.
Hoy sus 93 años y los 99 de su marido, el duque de Edinburgo (edades que la pone muy en riesgo ante el Coronavirus) son algunas de las grandes causas por las que decidieron cancelar la boda.
Y la reina decidió: a pesar de que los Mapelli son de fortuna (el padre de Edoardo es un conde), ella carga con la mayor parte de sus gastos.
Antes, la reina "amablemente" también le había dado su permiso a su nieta Beatrice para que la ceremonia se celebrara en la capilla real de St. James Palace.
Los novios
Beatrice conoció a su prometido -un empresario italiano de renombre- en la boda de su hermana menor, Eugenie con Jack Brooksbank en octubre de 2018. Se habían visto ya de chicos pero este encuentro los flasheó.
Finalmente la nieta pelirroja de la reina Isabel (que tanto le hace acordar a su exnuera, Sarah Ferguson) iba a sentar cabeza.
Su elección estuvo bien. El príncipe Andrés y Sarah Ferguson lo quieren mucho: "Edo"(así lo llaman) y sus padres los condes Mapelli Mozzi son amigos de la familia.
Aunque el resto de los royals lo miraron con sospecha, los jóvenes se comprometieron en septiembre del año pasado... en Italia (detalle que resaltó en el anuncio real que informó de la boda).
La nieta olvidada de la reina
Beatrice venía caída en desgracia por la polémica alrededor de su padre, el duque de York (quien dio un paso al costado de la vida pública).
Como nieta de la reina, esperaba los mismos beneficios "reales" que sus primos ( hijos de Lady Di y del príncipe Carlos) de quien solía ser tan cercana y que en los últimos tiempos le dieron la espalda.
Nada le salía bien: Harry comenzó a tener una relación distante con las hermanas York y muchos se lo adjudicaron a la aparición de Meghan Markle en su vida: es conocido que las primas no la quieren.
También se llevan mal con el mayor, William (y por ende, con Kate). Los duques de Cambridge son parte de la primera plana de la familia real y en consecuencia son mantenidos por la Corona.
Las York en tanto fueron cortadas del presupuesto "grande", y Beatrice sabe que fue William quien lo decidió así.
Tan poca popularidad tiene Beatrice hoy en la Familia Real, que no espera demasiado ayuda. La joven pareja primero intentó casarse lejos de los protocolos y en Italia. No los dejaron.
Los planes se trasladaron a Inglaterra y casi todo estaba pensado: pero la veda y salida de la escena real del príncipe Andrés por el caso de abuso de Jeffrey Epstein volvió a poner paños fríos.
La tercera opción casamentera en mayo -antes de la temporada de verano- parecía la correcta. Y, aunque jugaron con la idea de una boda íntima, dejando de lado Buckingham y solo con algunos amigos pero no: el Coronavirus, sus efectos y la cuarentena pudieron con ella.
