"Este libro es un tributo a mi hija y una experiencia desbordada y honesta de la experiencia que me tocó vivir. Una tragedia que me atravesó como un rayo y me dejó vacío. Me costó años asimilarla y de alguna manera sigo transitando el desierto, pero sigo viviendo", escribió Benjamín Vicuña en la contratapa de su libro "Blanca, la niña que quería volar", en donde cuenta cómo vivió el duelo por la muerte de la hija que perdieron con Pampita el 8 de setiembre de 2012, víctima de una neumonía hemorrágica. Allí mismo, en este libro que publicó con Planeta, el actor revela una enseñanza que le dio su hijo Bautista el día del funeral de Blanca, que en ese entonces tenía 4 años.
"El día del funeral de Blanquita visité mi propia muerte, mi propio entierro. El fin claro de una era, de una vida", comenta Vicuña en el libro. Y cuenta que Bautista estuvo junto a él y Pampita en ese momento tan duro que les tocó vivir.
"Mi hijo Bautista se había quedado dormido en mis brazos... Sentí que mi hijo, pegado a mi pecho, era como un escudo que me protegía", dice.
La parte más fuerte de este capítulo es cuando Benjamín comparte: "Cuando hubo que dejar a Blanca, yo no me quería ir, quería quedarme ahí. Hasta que Bautista, que ya se había despertado, se me acercó y me dijo:"Papá, vamonos. Ella ya no está acá", y señalándome el corazón, agregó: "Está ahí dentro". Mi hijo me estaba diciendo lo que cada mañana escuchaba en el colegio cuando cantaban que Jesús está en el corazón, pero en ese momento sentí que me estaba hablando el mismísimo Dios, y eso me sirvió para poder irme".
