Cuando a principios de agosto llegó a París para firmar su contrato con el PSG, Lionel Messi tenía dos tareas de índole personal que lo desvelaban junto a Antonela Roccuzzo: en primer lugar, era encontrar una casa en donde pasar sus días en esta nueva ciudad y, en segundo lugar, (y no menos importante) era ubicar a sus hijos en un colegio para que puedan continuar sus estudios. Este segundo paso ya lo consiguieron, pero el primero parece seguir muy trabajo.
La familia tiene el objetivo de abandonar definitivamente el lujoso hotel Royal Monceau, visitando distintas propiedades en el centro de la capital francesa y también en las afueras dar con la ideal. ¡Y lo hicieron! La casa de sus sueños, que cumple con todos los requisitos que les exigieron a los agentes inmobiliarios apareció… aunque se llevaron una sorpresa muy desagradable.
Un gesto que fue tomado muy mal
Es que el dueño de la propiedad que vale 48 millones de euros decidió realizar un aumento del valor del alquiler, algo que no estaba contemplado en los requisitos originales: al enterarse que el astro argentino era uno de los interesados en ser morador, decidió aumentar diez mil euros el valor de alquiler mensual.
Se trata del “Palais Rose” (Palacio rosado), que debe su nombre a las pilastras de mármol rosa que adornan su ostentosa fachada. Los Messi estaban a un paso de ocupar este palacete, pero el trago amargo terminó enfriando las negociaciones y, al parecer, ya habrían descartado la lujosa casa por lo que deben continuar con la complicada búsqueda.
