Sensibilidad a flor de piel. Ninguna otra frase define mejor a Silvia Kutika (63), actriz que interpreta la obra "El cuarto de Verónica", un clásico del suspenso, por segunda temporada en el Paseo La Plaza. Profunda en su trabajo interpretativo, debajo del escenario esta mujer hija de húngaros que supo ser reina de belleza, se muestra tal cual es, con franqueza y naturalidad. Y es de esa forma que habla del amor que la une a Luis Luque -a quien llama "Pipo"- su compañero desde hace 30 años.
También de la felicidad que está viviendo en el presente, a la espera del nacimiento de su primer nieto, ya que su único hijo Santiago, será papá. Bellísima, Kutika nos contará además cómo toma el paso de los años, destacando que si bien se cuida, para ella lo más importante es la sabiduría y vivir lo más plenamente posible cada momento.
- Estás protagonizando "El cuarto de Verónica", un clásico del suspenso, donde tenés a cargo un rol fuerte, el de la “mala” de la ficción. ¿Cómo te sentís haciendo esta obra? ¿Qué repercusiones hubo?
-La verdad es que me siento muy feliz haciendo esta obra, El Cuarto de Verónica. Es un personaje que como vos decís, es "la mala de la película", pero a la vez es un personaje que tiene muchas capas... es uno de los tres personajes que van descubriendo y van mostrando distintas facetas. El mío es un poco como el cerebro que va llevando toda esa esa maquinaria adelante, pero es un personaje que tiene muchos matices y es como de los soñados, esos que uno desea tener en la carrera. Así que lo disfruto muchísimo. Y realmente las repercusiones que hay son buenísimas.
Tuvimos críticas espectaculares por suerte y sobre todo lo más lindo es que la gente sale de la sala hablando y y como discutiendo sobre qué es lo que les pareció. Es decir que no es una obra que vos terminás de verla y quedó ahí, sino que la gente sigue charlando sobre la trama después que sale de ver la función. Y muchas veces escuchamos que dicen que es realmente muy fuerte, muy intensa. O sea que estamos logrando lo que lo que queremos. Digamos es una obra de suspenso, de misterio y tiene algo de terror. Así que creo que tarea está cumplida.
-En una nota comentaste que sos amante del género policial, del suspenso y de la cosa fantástica. En ese sentido, ¿cuánto trabajo te demandó ponerte en la piel y crear a la tierna abuelita que se transforma en una especie de monstruo?
-Sí, soy amante desde chiquita del terror, del género policial y del suspenso. Me gusta mucho leer sobre eso y me gusta ver cine de ese género. Y creo que eso me ayudó también a componer mi personaje... Vos sabés que me cargan, me dicen 'vos viste demasiadas películas de terror porque siempre le voy poniendo más a mi personaje. Pero para componer a la abuela ya en en las pruebas de vestuario usé una peluca que me ayudó muchísimo, me empecé a imaginar la manera de caminar y de hablar, que se note como un poco la voz cascada, ¿no? Y tengo en las manos un pañuelo que es de mi papá que ya falleció, pero lo tengo conmigo todas las noches, me acompaña en las noches de función.
Después traté de hacer a una abuela como pícara que también sea un poco misteriosa, que de tanto en tanto tiene un arranque, que no sabe si es cascarrabias o qué le pasa, también está dentro del misterio y del suspenso que estamos tratando de darle desde el principio, pero es una que todos quisieran llevarse a la casa, de esas abuelitas tiernas y hasta divertidas por momentos, y que tenga algunas salidas un poco terroríficas, que lo dejan al espectador con una sonrisa pero también pensando "upa acá hay algo que que no está cerrando". Y me fue muy fácil con un texto de Ira Levin, tan coherente y enorme como esta obra.
Amante de la naturaleza
-Pasemos a tu vida cotidiana, más allá del escenario. ¿Como es Silvia Kutika en el día a día? ¿Cómo te definís?
-¿Cómo me defino? Me gusta mucho la casa, disfruto mucho cuando estoy en el jardín y amo a mis animalitos, a mis perros, a mis gatos, adoro la naturaleza. Me gusta mucho observar la naturaleza, los cambios, los ciclos de la vida. Y por otra parte soy una persona alegre. Me gusta que la gente que está conmigo esté bien, aunque yo tenga un mal día. Y soy perfeccionista con el trabajo, soy bastante obsesiva con eso. Disfruto mucho la pintura, adoro a mis seres queridos y ahora que vamos a ser abuelos más. Esperamos esperando con mucha ansiedad a la personita que está por venir... y además de todas esas cosas, soy muy sensible, muy llorona.
-Sos hija de húngaros y fuiste reina de belleza, pero huiste del mundo de las moda y preferiste la actuación, ?no es así?
-Sí, soy hija de húngaros, mis viejos nacieron los dos en Hungría. Y sí, fui reina de belleza. Participé del concurso de revista Siete Días y salí primera princesa, y me mandaron a un reinado representando a la Argentina en Cali, Colombia y salí reina. Después hice bastantes cosas de publicidad y fotos, pero sentía que no me terminaba de convencer, no me llenaba. Entonces de repente vino la oportunidad de trabajar como actriz. Yo estaba estudiando biología en ese momento.
Y entre otras oportunidades para trabajar como actriz, comencé en el programa Calabromas, hice una película con Sergio Renán y después empecé a estudiar actuación. Pero no porque no me gustara el modelaje, creo que no me completaba, no me terminaba de cerrar. Tenía ganas de explorar otras emociones, ir más profundo.
El debut en "Calabromas"
-Contame sobre tu debut en la televisión
-Lo primero que hice fue el programa "Calabromas". Yo había sido tapa de unas cuantas revistas y me llama el secretario de Calabró y me preguntó si me animaba a leer un libreto. Me reuní con esa persona y estuvimos leyendo ahí distintos libretos, porque eran como sketchs y empecé a a trabajar haciendo personajes muy chiquititos en el programa. Después de un año estaban haciendo una prueba para entrar a Sentimental, una película que iba a filmar Renán, y me presenté al casting para imterpretar a una modelo. Y me seleccionaron. Más tarde hice mucha televisión, hice algo en Canal 7 y después en el 9 de Omar Romay, ahí no paré de hacer novelas. Era la época que se filmaban una tras otra y que en la tele desde las dos de la tarde hasta que llegaban los noticieros, daban una tras otra. Me tocó la suerte de vivir esa época.
La historia de amor con Luis Luque
-No puedo dejar de preguntarte por tu historia de amor con Luis. ¿Cómo comenzó? ¿Dónde se conocieron?
-Con Luis nos conocimos haciendo una novela en Telefe, que se llamó Lucía Bonelli. En la ficción éramos una pareja, ahí nos conocimos, hubo algunas miraditas pero después, cuando se terminó ese trabajo, nos dejamos de ver y no nos reencontramos hasta siete u ocho años después. Y entonces sí, cuando nos volvimos a ver, me invitó al cine a ver "Drácula", la peli de Francis Ford Cóppola, justo como si hubiese olfateado que a mi me gustaba ese género, me decía que tenía que hacer un trabajo porque le interesaba la dirección de esa película. Y después de un mes más o menos empezamos a salir y no nos separamos.
-Están juntos hace 30 años. Hablame de la fórmula, si es que la hay, y de cómo se cuidan y se miman mutuamente con detalles cotidianos.
-Creo que cada cada pareja tiene que encontrar su fórmula. A nosotros nos da mucho resultado el hecho de tratar de salir de la rutina, me parece que eso es fundamental y eso le cabe a todas las parejas. Nosotros los fines de semana, cuando podemos decimos "nos vamos a dormir acá a la vuelta" y nos vamos a Luján o a La Plata, para pasar el fin de semana, para cortar con la rutina. En nuestro cuarto nos gusta modificar la disposición de los muebles de vez en cuando, poner la cama de un lado o del otro. Vamos rotando así para salir de la rutina. Y después nos gusta hacernos pequeños regalo o dejarnos notitas... Cuando uno de los dos empieza un trabajo, hacernos un regalito sin gastar mucho o a veces gastando nada. Pero el tema es que el otro se dé cuenta que uno está que ese regalito... Que tenga características que al otro lo conmuevan. Disfrutamos de las pequeñas cosas, la verdad es que tenemos muchas cosas en común y disfrutamos de eso, y cuando vemos que el otro está ocupado en algo que le encanta, lo disfrutamos mucho.
Escapadas románticas
-También hablaste en alguna nota de los viajes que hacen juntos y sin planear demasiado.
-Sí, eso. Los viajes nos encantan y no planeamos nada. Nos levantamos el sábado y decimos dónde nos vamos. Y dormimos donde sea, no nos preocupa mucho. Nos adaptamos a lo que hay. No necesitamos ir a súper hoteles. Llegamos, dejamos la valijita en el lugar y nos vamos a comer algo rico, a pasear y por ahí nos metemos en un cine o en un teatro. No necesitamos grandes cosas para estar bien. Nos dimos cuenta que en eso somos muy parejos, ¿viste? Muy relajados también. Nos hemos ido a la costa, también y parar a mitad del camino a pasar la noche en Chascomús por ejemplo y a la mañana siguiente seguir el viaje. Nos gusta que venga la sorpresa y lo hemos pasado super lindo.
Una "resucitadora compulsiva"
-Te paso a otra parte de lo cotidiano, como la casa y las plantas. Leí que tenés una relación muy especial con la Botánica y que te considerás una "resucitadora compulsiva". ¿Cómo es eso?
-(risas) Lo de resucitadora compulsiva surge porque me pasa que voy por la calle y no puedo ver gajitos de plantas sueltos ocuando hay una rama que está seca, que se cayó del árbol o de donde sea, lo agarro aunque esté seco seco y no haya posibilidades de revivirlo, pero igual siempre hago como un intento... Vos me vas a ver que yo lo levanto y trato y lo pongo en tierra o lo pongo en agua... Porque trato que de revivirlo. Hago el intento. Si no sale digo, bueno. Por lo menos hice el intento. Pero no puedo seguir de largo si veo que hay posibilidades de reavivar esa plantita. El otro día venía con una planta, estaba toda chamuscada, los vecinos se reían... También si paso por algún cantero y veo que hay alguna plantita que está medio como que se le están saliendo las raíces, paro, la acomodo y sigo de largo. Es más fuerte que yo. Me puede.
Pasión por la pintura y la escultura
-También pintás y la pintura es como una segunda vocación en tu vida. Contanos cómo lo descubriste.
-Sí, el tema de la pintura también es muy importante para mí. Lo descubrí hace como treinta años por un sueño que tuve e inmediatamente necesité hacer una escultura chiquitita de ese sueño. A partir de ahí empecé a tomar clases de escultura y después de pintura, pero fue a través de un sueño muy intenso y que necesité plasmar, sacarlo de mi cabeza y de mi corazón y se transformó en una escultura de hombre de casi un metro, en la que estuve trabajando un montonazo. Y después fui metiéndome en la pintura que son dos artes que me parecen maravillosos, solitarios, muy distinto a la actuación donde estás diciendo un texto que se le ocurrió a a alguien, ¿no? En la escultura se desnuda tu naturaleza, lo que sos. Realmente siento mucha pasión cuando pinto también.
-Sos una mujer muy bella. ¿Tenés secretos o tips que nos puedas compartir?
-¿Qué puedo decirte? Siempre mi papá nos hizo este valorar las cosas que conseguimos con esfuerzo y siento que esta cajita que me envuelve no fue hecha en base a esfuerzos, digo fue un esfuerzo de mi viejo y de mi vieja (risas). Esto es algo que yo tomo muy relajada... Sí a partir de los 40, que es cuando empecé a cuidarme un poco. Voy a una dermatóloga que me da cremas y me hace tratamientos con ácido hialurónico. Pero lo yo siempre trato es de no cambiar la fisionomía con los años, que cambia igual pero trato de reconocerme en el espejo siempre. Con arruguitas, con lo que venga, pero no transformarme en otra persona. Ese es mi ideal a seguir. Y después, aceptar que el paso del tiempo es maravilloso, aunque a veces nos enojemos porque nos vemos arruguitas, ojeras... Hay días que uno dice "ay no no..." , pero como se dijo en una entrevista, considerando la otra posibilidad, me encanta envejecer... Además se supone que uno tiene que ir ganando experiencia y sabiduría, ¿no? El paso del tiempo nos tiene que hacer mucho más sabios, eso nos hace hermosos. Así que, bueno, tratando de vivir lo mejor posible, lo más plenamente posible. Estoy convencida que cuando uno está bien, es hermoso.
El futuro y los sueños
-¿Cómo te ves de acá a diez años?
-No sé, no me imagino mucho tan adelante, pero ahora que voy a tener un nietito, me veo jugando, siendo una abuela babosa, jugando con con mi nietito, con los bichitos de la casa, compartiendo esos momentos tan hermosos... Y disfrutando de mis amores y de mis seres queridos. Tengo una amiga que me dice que tenemos que vivir cien años y yo le digo que es un poco mucho, no sé si te voy a acompañar tanto, le digo... Pero bueno, hay que ser consciente de que cada día es un milagro y es hermoso.
-¿Un sueño pendiente?
-Sueño pendiente... ¿Sabés qué? Dejo que la vida me sorprenda, se que la vida es una caja de sorpresas, que cuando parece que no va a pasar nada, pasa algo que te vuelve a descolocar... Me gusta que la vida me sorprenda. Y... estar con la familia, los amigos, los seres queridos, ese es mi sueño, estar una tarde al sol tomando mate con ellos, charlando, riendo, ese es mi sueño.
Producción: Marite Rizzo
Fotos: Diego García
Video: Alejandro Carra
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Ropa: Mishka (@mishkabuenosaires), María Lu (@marialuropa) y Avia Terai @aviateraioficial
