Los recientes accidentes graves en Ferias de Ciencias en escuelas de Pergamino y Palermo generaron alarma y cuestionamientos sobre la seguridad en las prácticas escolares. La docente y farmacéutica Mariángeles Navone, con más de 15 años de experiencia en la enseñanza de Química y docencia superior, comparte su visión sobre cómo prevenir estos hechos y asegura que la planificación y supervisión son clave para que los experimentos sean seguros sin dejar de ser educativos.
Qué salió mal y cómo evitarlo: la opinión de una especialista en Química
Con respecto a los sucesos de la semana, entiendo que se deben tener presentes distintas consideraciones. Frente a la pregunta que más escuchamos: ¿Se pudo haber prevenido? La respuesta es claramente, sí. Todas las experiencias que se llevan a cabo en éste tipo de muestras, o en los laboratorios, debieran ejecutarse de modo seguro, tomando todas las precauciones necesarias.
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De hecho, a medida que han pasado los años, se han revisado y modificado muchas prácticas y somos más cuidadosos, aunque esto, vaya en detrimento de la “espectacularidad” de las mismas.
Los riesgos de una experiencia no controlada/supervisada pueden ir desde intoxicaciones, dermatitis por contacto, quemaduras de distinto grado, hasta cortes de distinta profundidad, lesiones en las vías respiratorias por inhalación de vapores tóxicos o lastimaduras en los ojos. Por éstos motivos, elegimos llevar a cabo actividades que conlleven el menor riesgo posible.

Lo que muchas veces, debo decir, ocasione decepciones en nuestros alumnos quienes esperan resultados deslumbrantes a causa de estar sometidos de manera casi permanente a estímulos visuales.
Pensando en los motivos que pudieron ocasionar estos dolorosos hechos, pienso que quizás en la búsqueda de atraer la atención de los chicos, no se respetaron las medidas de seguridad permitiendo así, que se lleven a cabo experiencias con reactivos que nunca debieron estar en una escuela, mucho menos en manos de niños o adolescentes. En ambos casos, tanto la manipulación de explosivos como el uso de un combustible como el alcohol etílico son de extrema peligrosidad en general, más aún en una escuela.

Este tipo de ferias es muy común en todas las instituciones, y se llevan a cabo periódicamente para éstas fechas. De hecho, en mis 15 años de docente, no ha habido un sólo año en el que no se haya hecho el volcán: en algunas ocasiones con hielo seco, en otras, haciendo reaccionar bicarbonato de sodio y vinagre (generando una suave espuma, producto del desprendimiento de gas de la reacción), del mismo modo, que todas y cada una de las prácticas realizadas, está planificada por personal idóneo y corroborada su seguridad, siempre bajo la atenta mirada del adulto a cargo.
Entiendo que de ahora en más, todos los actores institucionales, tendremos que reforzar las medidas de seguridad, tales como re chequear reactivos involucrados, reacciones a desarrollarse, edad de los alumnos, espacio físico en el que se desarrolla el ensayo, etc. Para evitar a como de lugar que sucesos como los que ocurrieron en Palermo y Pergamino vuelvan a repetirse.

Por la profesora y ayudante de clases prácticas Mariángeles Navone. Farmacéutica MN 14601. Profesora en Docencia Superior. Escuela Educación Media “Rumania”. Escuela de Comercio N° 17 DE 7.
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