A través de un juego de palabras que combinan "Linaje" y "Latino", Cazzu invita a su público a adentrarse en una mezcla de géneros que van desde el tango hasta la bachata y que reflejan una serie de historias que relevan la importancia de la identidad latina.
Luego de tomarse un tiempo en la música tras haber sido madre y de ser mencionada en una serie de polémicas que involucran a su ex pareja Christian Nodal y a su actual esposa Ángela Aguiñar, la cantante argentina demuestra en su nuevo disco una Cazzu madura y reversionada.
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Por medio de 14 canciones, la artista de 31 años refleja su versatilidad artística al incluír diferentes estilos que van desde la balada, la cumbia, el folklore, el tango y la bachata. Además de mostrarse como una cantante capaz de jugar con diversos ritmos y notas musicales, la importancia de la identidad y la cultura latina ocupa el rol determinante en los sonidos seleccionados por Cazzu.
Desde la portada del álbum, invita a la audiencia a visualizar esas historias que narra ella misma. Paisajes y entornos coloridos que preservan la memoria y la tradición que formó parte de su vida. La artista define artísticamente un objetivo a partir de estos dos elementos: compartir los espacios en los que creció y los distintos estilos de música que la acompañaron desde su infancia.
Se trata de uno de los discos más ambiciosos y personales de la cantante. Reubica su figura "rebelde" a una mujer vulnerable, sensible y a su vez honesta, luchadora y fuerte, que desea seguir adelante a pesar de las adversidades.
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