Después de haber pasado una década juntos, Julieta Prandi anunciaba en 2019 su separación de Claudio Contardi, padre de sus hijos Mateo (11) y Rocco (6). Durante aquellos años, nadie sospechaba el horror que atravezaba por la vida de la modelo y los niños, frente a una persona que buscaba manipularla y destruir su autoestima y su vida.
En diálogo con Infobae, Prandi reveló algunos detalles nunca antes conocidos de su relación con el empresario, como el episodio donde le robó sus documentos. "Me robó la identidad y enloquecí. Pero enloquecí. Ahí le perdí el miedo, ahí me rebelé, me volví loca", expresó, durante una entrevista con María Laura Santillán.
"Tenía que viajar a Uruguay a hacer un trabajo, me sacó los documentos y mi teléfono apareció en el freezer y quedé incomunicada", recordó sobre aquella vez, donde Contardi había llegado al límite. "Estuve tres días buscando mis documentos en mi casa sin poder viajar", se lamentó y alertó que, según tu terapeuta, esto se considera un "robo de identidad".
El robo de su departamento y otros bienes
Esta no fue la única situación de abuso de poder que sufrió, ya que logró quedarse con su primer departamento de soltera, que quedó en manos del hijo del empresario. Todo sucedió cuando la convenció de comprar uno más grande para mudarse. Pero en lugar de dejarlo en nombre de ella, lo puso en su nombre y en el de su suegra.
"El departamento tuyo de soltera es mío, porque me lo diste como parte de pago vamos a ficcionar una compra/venta así le queda a Ezequiel. Y así Ezequiel con 18 años se hizo acreedor de un departamento", resaltó. Esta manipulación económica se fue trasladando hasta distintos planos como en sus remuneraciones.
"Me hizo firmar un poder administrativo para hacerme el favor de cobrar mi sueldo y de manejar mi cuenta. Él entraba a Telefé y cobraba. Entraba a Actores y cobraba. Manejaba mis cuentas. Y así fue como empezó a vaciarme. Lo mismo que pasó cuando no me dejaba manejar (su vehículo)", expresó.
Sobre mitad de la entrevista, enumeró cuáles son las señales para estar alertas ante un posible maltratador. "Empieza con un celo controlador muy extraño. Con la ropa. Con las llamadas. Escuché a muchas mujeres que no las dejaban manejar. Esto permitía tener un radar de control, te llevo, te traigo...El argumento siempre es el cuidado, para que no te pase nada. Y te va aislando. Este es un patrón que todas lo cuentan. Quedan cada vez más alejadas de la familia y amigos", señaló.
